El virreinado de Nadia sorprendió a los alvearenses

"Una alegría inmensa, porque los triunfos de los hijos son los de uno", dijo su padre.

El virreinado de Nadia sorprendió a los alvearenses
El virreinado de Nadia sorprendió a los alvearenses

El sábado a la noche, durante la previa de la Fiesta Nacional de la Vendimia, General Alvear se asemejaba al típico escenario que muestra el pueblo cuando se enfrentan Boca y River.

Calles desiertas, televisores y radios a todo volumen sintonizando la transmisión del espectáculo, miradas ansiosas y bares repletos de clientes con la vista fija en la pantalla.

Y en esos mismos momentos el papá Edgardo jura que no creía que Nadia hubiese resultado electa Virreina.

"Pensamos que había salido cuarta o quinta en la elección, no contamos los votos" explica, por eso casi sufren una conmoción cuando oyeron el nombre de Nadia en las voces de los locutores. "Fue una alegría inmensa por ella, porque los triunfos de los hijos son los triunfos personales de uno" afirmó.

Tanto él como su mamá, Élida Guisado, afirman que su hija "es una chica perseverante en todo lo que hace y cuando se propone algo lo consigue. Ahora cumplió un sueño mucho más grande que el que tenía, que era ser reina departamental", dicen.

"Hoy ya es una mujer que toma sus propias decisiones y una profesional. Nosotros le dimos todo nuestro apoyo" contó, aunque no dejó de admitir que al principio sentían cierto temor de que otra vez no pudiera alcanzar la corona.

Un día después y todavía sin haber podido disfrutar más que unos minutos junto a la hermosa joven, porque luego de la fiesta Nadia debió cumplir con una serie de actividades, Élida y Edgardo ya están planificando la vuelta para el miércoles y anticipan un festejo familiar importante, "como hicimos siempre con los logros de todos nuestros hijos".

Y también en Los Compartos, paraje que representó la bella joven en la elección departamental, se vivió con angustia el anuncio de cada voto, y la esperanza de alcanzar la corona se diluyó por momentos al notar la diferencia que obtenía Candela, de Malargüe, desde los primeros sufragios.

"Como mi mujer estaba en Mendoza, me tenía al tanto por mensajes de texto", dice Rubén Sosa, tío abuelo de Nadia que por cábala no se afeitó desde febrero, cuando su sobrina nieta alcanzó el reinado de Alvear.

Mientras los padres y algunos otros parientes de la soberana la acompañaban en Mendoza (ayer descansaban del ajetreo en una cabaña en Cacheuta), el resto de la familia seguía la elección por TV, al borde del infarto y a 320 kilómetros de distancia. "Estábamos todos atentos y sufriendo, pero la más contenta es la abuela", confiesa Rubén, todavía emocionado.

"Como los demás votos estaban muy repartidos, en un momento creímos que no iba a ser Virreina", cuenta Silvia, la empleada que tiene a cargo el cuidado de la casa familiar, mientras atiende un llamado de amigos de Río Gallegos, donde nació Nadia hace 23 años cuando su papá trabajaba allá.

Silvia conoce a la familia desde hace 9 años y relata que Nadia es una chica humilde, de muchos amigos, y que siempre fue muy estudiosa. "Fue abanderada en la primaria y la secundaria. Es muy activa y responsable", la describe, y no duda en afirmar que también es "muy pegota" de su familia.

"Cuando se fue a estudiar a San Rafael le costó mucho acostumbrarse, y apenas terminó la carrera volvió con los papás", relata. Aunque es la mayor de 4 hermanos, Nadia es la única que prefirió seguir al lado de sus padres en el chalet de estilo clásico de avenida Libertador Norte, que adorna el acceso a la ciudad.

Es una zona tranquila, aunque con un intenso tránsito vehicular por la cercanía de la ruta nacional 143, y rodeada de establecimientos de tipo industrial. Una bodega, algunas gomerías, un local de venta de cereales y un autoservicio son sus vecinos inmediatos.

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