3 de marzo de 2025 - 00:10

Evangelio de hoy, 3 de marzo: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!"

La Palabra de Dios nos ilumina e invita a la reflexión. Compartimos el Evangelio de hoy lunes 3 de marzo según el Vaticano.

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La reflexión del Papa Francisco

"El joven rico" realiza una pregunta: «¿Qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?». Fijémonos en los verbos que usa: he de hacerpara tener. Esta es su religiosidad: un deber, un hacer para tener; “hago algo para conseguir lo que necesito”. Pero esta es una relación comercial con Dios.

La fe, en cambio, no es un rito frío y mecánico, un “debo-hago- obtengo”. Es una cuestión de libertad y amor. La fe es cuestión de libertad, es cuestión de amor. Y aquí tenemos la primera pregunta del test: ¿qué es la fe para mí? Si es principalmente un deber o una moneda de cambio, estamos muy mal encaminados, porque la salvación es un don y no un deber, es gratuita y no se puede comprar.

Lo primero que hay que hacer es deshacerse de una fe comercial y mecánica, que insinúa la falsa imagen de un Dios contable, un Dios controlador, no un padre. Y muchas veces en la vida podemos vivir esta relación de fe “comercial”: hago esto para que Dios me dé esto.

Jesús —segundo pasaje— ayuda a ese hombre ofreciéndole el verdadero rostro de Dios. Y así — dice el texto— «fijando en él su mirada, le amó»: ¡esto es Dios! Aquí es donde nace y renace la fe: no de un deber, no de algo que hay que hacer o pagar, sino de una mirada de amor que ha de ser acogida. De este modo la vida cristiana resulta hermosa, si no se basa en nuestras capacidades y nuestros proyectos, sino que se basa en la mirada de Dios.

"Hoy podemos preguntarnos: “¿Cuál es la situación de mi fe? ¿La vivo como algo mecánico, como una relación de deber o de interés con Dios? ", comentó el Papa Francisco en el Ángelus, domingo 10 de octubre de

"Cuando oramos, Dios abre nuestros ojos, renueva y transforma nuestro corazón, y sana nuestras heridas”.La Palabra de Dios nos brinda mensajes profundos y una oportunidad para la reflexión. A continuación, compartimos las lecturas del lunes 3 de marzo de 2025 según el Vaticano.

Lectura del libro del Eclesiástico

Sirácida 17, 20-28

A los que se arrepienten, el Señor los ayuda a volver, y él reanima a los que pierden la esperanza. Vuélvete al Señor y deja ya de pecar, póstrate en su presencia y quita los obstáculos. Aléjate de la injusticia y vuélvete al Altísimo, aborrece con toda el alma lo que él aborrece.

¿Quién alabará al Altísimo en el sepulcro, como aquellos que le dan gloria mientras viven? El muerto ya no alaba al Señor, pues ya no existe; es el bueno y sano quien le da gloria. Cuán grande es la misericordia del Señor y su perdón para los que se vuelven a él.

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Lectura del Evangelio según San Marcos

Marcos 10, 17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".

Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven''. Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.

Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!" Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios".

Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".

Es Palabra de Dios

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