Pocos se animan a descubrir este país, que recibe menos de 200 visitantes al año. Un viaje que desafía las reglas del turismo tradicional.
Cuál es el país con menos turistas del mundo y por que nadie va: es un lugar paradisíaco.
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En el vasto océano Pacífico, a más de 15.000 kilómetros de distancia de viaje de España, se encuentra Nauru, una pequeña isla nación que ostenta el título de ser el país menos visitado del mundo. Con una superficie de apenas 21 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 10.800 habitantes, Nauru recibe menos de 200 turistas al año.
A pesar de sus playas de arena blanca y aguas cristalinas que podrían rivalizar con otros destinos turísticos, Nauru enfrenta varios desafíos que limitan su atractivo para los viajeros. Uno de los principales obstáculos es su accesibilidad. La isla cuenta con conexiones aéreas limitadas, con vuelos escasos y costosos que parten principalmente desde Brisbane, Australia, y Nadi, Fiyi. Esta falta de opciones de transporte dificulta la planificación de un viaje a Nauru.
Además, las infraestructuras turísticas en Nauru son básicas. Con solo dos hoteles en toda la isla y servicios limitados, los visitantes deben planificar con anticipación y estar preparados para una experiencia más rústica. Esta carencia de comodidades puede desalentar a aquellos que buscan destinos con mayores facilidades.
Otro factor que influye en la baja afluencia turística es la necesidad de obtener una visa antes de la llegada, lo que añade un paso adicional en la planificación del viaje. Además, la falta de promoción turística y la poca información disponible sobre la isla contribuyen a que Nauru permanezca en el olvido para muchos viajeros.
Sin embargo, para los aventureros dispuestos a superar estos obstáculos, Nauru ofrece experiencias únicas. La isla es un testimonio viviente de la explotación de fosfatos, con paisajes moldeados por la minería y una historia rica que incluye su ocupación durante la Segunda Guerra Mundial. Los visitantes pueden explorar restos de la guerra, antiguas minas y disfrutar de actividades como el snorkel y el buceo en sus arrecifes de coral.
Aunque Nauru posee bellezas naturales y una historia fascinante, su aislamiento geográfico, la falta de infraestructuras y las dificultades de acceso lo convierten en un destino poco frecuentado. Para aquellos interesados en el turismo fuera de los circuitos habituales, Nauru representa una oportunidad para descubrir uno de los rincones más remotos y menos explorados del planeta.