Estos trucos de reciclaje te permitirá aprovechar un objeto en desuso a la vez que se promueve el cuidado del medio ambiente.
Si esta semana contás con algo de tiempo libre, aprovechalo para poner en práctica una idea sencilla y económica de reciclaje. En lugar de desechar un bidón de agua vacío, podés transformarlo en un frutero práctico y decorativo con unos pocos materiales que seguramente tenés en casa. Esta propuesta no solo te ayudará a contribuir al cuidado del medio ambiente.
Estos trucos virales son ideales para quienes buscan soluciones creativas y accesibles sin gastar dinero extra. Con un poco de pegamento, lana o cordón y algunas herramientas básicas, vas a obtener un contenedor resistente, funcional y con un diseño personalizable que se adapta a cualquier estilo de cocina.
Antes de comenzar, asegurate de contar con todos los materiales. Una de las ventajas de este proyecto es que podés personalizarlo completamente según tu gusto, eligiendo colores y detalles decorativos que combinen con el estilo de tu hogar. Seguí estos pasos para transformar tu bidón en un frutero único:
Preparación del bidón: Limpiá bien el bidón por dentro y por fuera para eliminar cualquier residuo. Luego, con un marcador, trazá las zonas que vas a recortar. Podés optar por cortar la parte superior para que el acceso a las frutas sea más cómodo
Colocación de las manijas: Si querés que el frutero sea más fácil de transportar, podés agregarle manijas con una soga o cordón firme. Para ello, realizá dos pequeñas perforaciones en los extremos del bidón y pasá la soga por ellas.
Decoración con lana o cordón: Aplicá pegamento en los bordes y comenzá a adherir la lana o el cordón, asegurate de envolver todo el contorno del bidón. Esto no solo mejorará la estética del frutero, sino que también reforzará su estructura.
Detalles adicionales: Si querés darle un toque más personalizado, agregá otros elementos decorativos, como cintas, cuentas o incluso pintura para hacer dibujos sobre la superficie.
Dejá secar bien: Asegurarte de que todo quede firme y bien adherido.
Una vez terminado, este frutero puede ubicarse sobre la mesada, arriba de la heladera o en cualquier rincón donde necesites un espacio extra para organizar tus alimentos. Además de ser funcional, también puede convertirse en un elemento decorativo dentro de la cocina. Si lo hacés con dedicación y un buen acabado, incluso puede ser una excelente opción para regalar a alguien especial, sumando un detalle artesanal y sustentable.