Viraje del Central: la apuesta del FMI que desinfló al dólar

Autorizó a la entidad a intervenir a rienda suelta en el mercado cambiario. Una clara apuesta del Fondo por la reelección de Mauricio Macri.

Viraje del Central: la apuesta del FMI que desinfló al dólar
Viraje del Central: la apuesta del FMI que desinfló al dólar

Al darle rienda suelta al Banco Central para que intervenga en el mercado cambiario, el FMI dejó en claro que apuesta por la reelección de Mauricio Macri. El organismo multilateral de crédito dejó sin efecto una de sus principales condiciones y cedió para que la política monetaria beneficie a la estrategia electoral de Cambiemos, y viceversa.

El BCRA que preside Guido Sandleris informó que saldrá a vender dólares de sus reservas (que ayer terminaron en u$s 71.744 millones) ya sin contemplar las limitaciones de la zona de no intervención que demandó el FMI a cambio de reforzar el megacrédito que solicitó el Gobierno nacional para evitar un default.

"Apoyamos estas medidas, que están adecuadamente calibradas para los desafíos que enfrenta la Argentina", manifestó el vocero principal del Fondo, Gerry Rice, respecto al sorpresivo cambio en la estrategia de la autoridad monetaria.

El portavoz agregó que las nuevas reglas de juego se definieron para "abordar la reciente volatilidad del mercado financiero y del tipo de cambio", que quedó en evidencia al cierre de la semana pasada cuando el dólar amagó con posicionarse sobre los $47 en el mercado minorista y el Riesgo País superó momentáneamente la barrera de los 1.000 puntos.

Sin embargo, trascendió que la marcha atrás del Fondo está asociada con los temores respecto a un desvío en el rumbo político de la Argentina tras las próximas elecciones presidenciales y ante las eventuales dificultades que ese nuevo escenario podría imponer para cobrar lo prestado.  

El propio Macri salió ayer a hablarle al mercado para tratar de despejar las dudas y remarcó que la incertidumbre llegará a su fin en octubre. "Esos que dudan, que creen que vamos a volver atrás, que creen que no aprendimos, que vamos a buscar de vuelta un atajo, una mentira, un engaño. No, nosotros aprendimos y queremos progresar insertados en el mundo", manifestó.

Minutos antes de que se inicien las operaciones en el mercado, el BCRA dio a conocer la medida que atribuyó al Comité de Política Monetaria (Copom). Detalló que habrá intervenciones, aún cuando el dólar no supere el techo de la banda (que se congeló en $51,448) en la plaza mayorista y que el accionar se incrementará cuando el billete verde rompa esa marca: venderá u$s250 millones diarios, en vez de los u$s150 millones previstos anteriormente.  

"Asimismo, el Central podrá determinar la realización de intervenciones adicionales para contrarrestar episodios de excesiva volatilidad si lo considerase necesario", remarcó el comunicado oficial.  

Los economistas recibieron la noticia con sentimientos cruzados que tradujeron en advertencias, como la que manifestó Federico Furiase, del estudio Eco Go: “Nos despedimos de la zona de no intervención. Puede ayudar de muy corto plazo pero si la presión continúa puede ser un arma de doble filo dado el límite de las reservas de libre disponibilidad en un contexto de cierre de los mercados”.

El empoderamiento del Central permitió desinflar el precio del dólar luego de los máximos históricos en los que se posicionó la semana pasada.

En el sector minorista, la divisa norteamericana bajó  $1,31 (2,7%) y finalizó a $43,41 para la compra y a $45,59 para la venta.  

En tanto, en el sector mayorista el billete retrocedió $1,74 y quedó en $44,32 para la venta en el cierre de una sesión que también se caracterizó porque el volumen negociado en el segmento de contado fue el más alto en lo que va del año.

El día que murió el “dólar flotante”

Una promesa de campaña, el tipo de cambio libre, funcionó en un contexto de ingreso de capitales y un gobierno con credibilidad.

Hace unos días el Presidente Mauricio Macri dijo que había que “acostumbrarse a vivir con la volatilidad del dólar”. Más atrás en el tiempo lo habían hecho la mayoría de sus funcionarios: Marcos Peña (jefe de Gabinete), Nicolás Dujovne (Ministro de Hacienda) y hasta ex responsables de la conducción económica como Federico Sturzenegger y Francisco Pancho Cabrera.

La idea del tipo de cambio flotante viene de la época de la campaña de Mauricio Macri como contraposición al cepo que había instaurado el gobierno kirchnerista. Contar con un dólar cuyo precio se estableciera por la oferta y demanda, en un contexto de libre entrada y salida de capitales, y que perdurara en el tiempo, fue un esquema al que Macri apostó para la Argentina que arrancaba en 2015.

El régimen ‘funcionó mientras hubo ingreso de capitales y el Gobierno tuvo credibilidad (crédito). Pero con la huída de más de u$s 30.000 millones de inversiones de cartera el año pasado, el sistema no logró amortiguar el impacto de la salida de dólares sobre la economía como se esperaba y la imagen del Gobierno quedó herida. El dólar subió 100%.

Con la ida al FMI, en mayo de 2018 y en medio de una corrida cambiaria, su buscó cuidar el régimen El esquema cambiario permaneció inalterado gracias a que el organismo aprobó un préstamo de u$s 50.000 millones -el mayor en su historia-.

Por eso unos meses después, cuando la volatilidad no frenaba sino que aún crecía, el FMI observó la decisión del entonces presidente del BCRA Luis Caputo de intervenir y vender reservas.  ¿Qué pasaría si todos los países manipularan sus monedas? Caputo se fue y lo reemplazó Guido Sandleris que defendió a capa y espada la idea de seguir flotando. Pero por seis meses.

La decisión de ayer del BCRA bien podría describirse con la frase “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros” (Groucho Marx). La autoridad monetaria y el Gobierno dejaron en claro que si hay algo a lo que no hay tiempo para acostumbrarse es a la volatilidad del dólar en medio de las elecciones.

La mayoría de los economistas e inversores advirtieron en las últimas horas que iba a venir una serie de jornadas difíciles en el mercado cambiario sino había una reacción del Gobierno a tiempo.

La decisión del Gobierno y el FMI de permitir intervenir antes de alcanzar ese nivel -cuando la autoridad lo considere pertinente-, avanza en ese sentido.

El organismo, se sabe, es crítico de las intervenciones cambiarias. Pero ahora apoyó la medida en marcha. La cartera argentina representa casi un tercio de los préstamos stand by que otorgó.

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