El violento ataque contra la casa de la familia Costa el domingo por la noche terminó de enfervorizar los ánimos de la comunidad de General Alvear el día previo a una nueva marcha para reclamar por la inseguridad que mantiene en vilo desde hace meses a todo el pueblo.
En un episodio digno de una película de terror, el matrimonio de Gustavo Costa y Dora Farina, junto con sus dos pequeños hijos de 3 y 6 años y los suegros del dueño de casa, sufrieron un brutal asalto mientras compartían una cena familiar en la vivienda del barrio 21 de Setiembre, lindante con el Faustino Andrés y muy cercano a los conflictivos Soemga y El Inmigrante, en el sector noreste de la ciudad.
Alrededor de las 21.45 comenzaron a escuchar golpes de piedra contra un vehículo, y preocupado por su auto que estaba estacionado frente a la casa, el suegro de Costa decidió salir a mirar.
Allí descubrió que un grupo de cinco jóvenes utilizaban su Renault Sandero como blanco para una improvisada práctica de tiro con trozos de escombros, y cuando los increpó para que se detuvieran los maleantes tuvieron una reacción tan violenta que en cuestión de segundos pasó de provocar estupor a un terror visceral en sus víctimas.
Al ver que los siniestros personajes arremetían contra ellos, la familia Costa se encerró en su casa mientras los sujetos seguían destrozando los cristales del rodado, pero tres de ellos decidieron ir por más y comenzaron a arrojar piedras y golpear con palos un amplio ventanal que hay en el frente hasta que lograron quebrar el grueso vidrio laminado y meterse dentro de la casa, donde la horrorizada familia apenas atinó a esconder a las criaturas dentro de uno de los dormitorios en tanto que los agresores arrasaban con todo lo que encontraban.
Presa del pánico, Dora Farina trató de huir hacia la cocina pero uno de los delincuentes destrozó la puerta vidriada de una patada, provocándose un profundo corte en la pierna, y le colocó una pistola en la cabeza antes de golpearla brutalmente en la frente y el rostro hasta que perdió el conocimiento.
Una vez satisfechos con el daño que habían causado, los ladrones consideraron que merecían una recompensa por tanto esfuerzo y en la huida cargaron con un LCD de 42 pulgadas, sin llevarse otra cosa.
Alertados por los vecinos que apenas se enteraron salieron a la calle con palos, machetes y todo lo que sirviera para defenderse, los patrulleros llegaron en pocos minutos y montaron un amplio operativo en los alrededores que los llevó, siguiendo el rastro de sangre que había dejado el ladrón herido, hasta una casa del barrio Soemga, donde recuperaron el televisor robado y apresaron a cuatro de los presuntos agresores, tres mayores y un menor de edad, todos con antecedentes.
Durante el procedimiento los uniformados debieron esquivar proyectiles de todo tipo por varios minutos, hasta que cargaron a Marcelo Rodríguez (20) en una ambulancia para que fuera atendido en el hospital por los cortes que sufrió en la pierna y un brazo, y que además es uno de los imputados por el robo de 350.000 pesos de una vivienda del barrio Agrario que se produjo el 4 de febrero.
Junto a él se aprehendió a su hermano de 17 años, de quien no trascendió la identidad por ser menor, Ariel Sosa (23) y más tarde se logró capturar a Fernando Gadea (20) con variados antecedentes por robo.
Los tres mayores fueron alojados en los calabozos de la Seccional 14 de Alvear y el menor fue derivado por orden judicial a la Comisaría del Menor de San Rafael, imputados por el delito de robo agravado. En la causa entiende el Cuarto Juzgado de Instrucción de Alvear, a cargo del juez Néstor Murcia.