Violencia en el fútbol: las hermanas que pelean por el control de la barra de Chaca

Angélica y Ana Molina, conocidas como La Negra y la Dueña, luchan por adueñarse de los “kioscos”.

Violencia en el fútbol: las hermanas que pelean por el control de la barra de Chaca
Violencia en el fútbol: las hermanas que pelean por el control de la barra de Chaca

Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera", dice el Martín Fierro en la tradicional obra literaria. Esta unión no ocurre entre Angélica y Ana Molina, las dos hermanas que desde hace más de un año luchan por el poder de la barra de Chacarita.


Jefas. Cada una de las hermanas mostrando su amor por el Chaca. | Los Andes
Jefas. Cada una de las hermanas mostrando su amor por el Chaca. | Los Andes

No son los únicos casos de hermanos barras involucrados en el control del grupo radical de cada club. Pasó en River y en Boca, pero en ese caso funcionaron como una sociedad. Los hermanos Alan y William Schlenker -condenados a prisión perpetua por el asesinato de Gonzalo Acro- hasta viajaron al Mundial de Alemania 2006 cuando manejaban los negocios del para-avalanchas en el club Millonario. Rafael y Fernando (este último ya fallecido) Di Zeo estuvieron (Rafa sigue estando) en lo más alto de la pirámide de La Doce.

En Godoy Cruz, por ejemplo, estuvieron los hermanos Diego y Daniel "El Rengo" Aguilera, quienes formaron parte de Hinchadas Unidas Argentinas, el grupo de barras que fue al Mundial de Sudáfrica 2010. El caso de Deportivo Merlo es más similar al de Chacarita: Carlos "Caio" Zalazar -hermano de Dante y Matías, también barras enfrentados- se debate entre la vida y la muerte tras haber recibido 5 balazos hace diez días. Es que hermanos, barras y negocios -a veces- no van de la mano...

El último capítulo de esta sangrienta interna en Chacarita Juniors se vivió durante el partido ante San Martín de Tucumán. La Policía de la Provincia de Buenos Aires detuvo a cuatro miembros de la barra disidente, que poseían una importante cantidad de armamento y tenían la idea de atacar a los del bando oficial. Los detenidos son: Jorge M. (42 años), Sergio P. (36), Rodrigo B. (27) y Leonel G. (18).

La guerra entre la familia Molina está exclusivamente ligada a la lucha del poder de la tribuna funebrera. "Las responsables son dos hermanas, 'La Dueña' (de la facción oficial conocida como 'La Famosa') y 'La Negra' (de la banda opuesta, 'La Legendaria') que pelean por el poder de la tribuna de Chacarita. Sus nombres son Angélica y Ana Molina y el enfrentamiento empezó hace más de un año", dijo Juan Manuel Lugones, titular de la hoy cuestionada APreViDe, la agencia anti-violencia bonaerense.

Mientras dentro del estadio se estaba jugando el partido correspondiente a la Primera Nacional, afuera se desató la guerra, que incluyó peleas mano a mano y disparos con arma de fuego. No hubo heridos. El sistema de seguridad actuó justo a tiempo sobre lo que podría haber terminado en una catástrofe. 

Se confiscaron una metralleta de color plateada marca Pam, una pistola calibre 380 marca Bersa, una calibre 22 mm, otra pistola calibre 380 marca Prieto Beretta, una 9 mm, y varias municiones de diferentes calibres, como también elementos punzantes.

No es nada seguro ir a la cancha de Chacarita en estos tiempos. La interna del club está que arde y el ambiente no es apropiado para el hincha común. 

El peligro está a la vuelta de la esquina. En el comienzo del torneo, se enfrentaron Chaca y All Boys a puertas cerradas. Y la razón -se supo ahora- es que fuentes de la APreViDe tenían conocimiento de que habían baleado la casa de Raúl "Muchinga" Escalante, ex jefe de la barra y actual vocal de Chacarita, quien está en pareja con Angélica.

"Están enfrentadas (las hermanas Molina) por el poder de la tribuna y para hacer negocios. No tienen derecho de admisión porque no habían cometido ninguna contravención ni nada que nos permitiera prohibirles el ingreso a la cancha", le declaró Lugones a la agencia Télam.

Pero, ¿qué ocurrió en la familia Molina para que hoy estén las dos hermanas en veredas opuestas?

Según reveló el periodista Gustavo Grabia en el sitio Infobae, todo se debe a que Angélica, líder de la barra oficial, eliminó a su hermana Ana del negocio. "Muchinga" Escalante, marido de La Dueña, fue jefe histórico de la barra del Tricolor que mandó en la popular desde los años 90 y a partir del año pasado dejó la tribuna del club para sumarse a la Comisión Directiva.

Luego de abandonar su trono, "Muchinga" le cedió el poder a su hijastro Diego Pulitsik, quien finalmente fue detenido por narcotráfico. Sin su hijo al mando de la tribuna, Angélica creyó que los distintos barrios podrían quedarse con la barra. Entonces, decidió tomar la posta ella y controlar el negocio que había armado "Muchinga".

Una vez en el poder, empezó a eliminar de manera unilateral a varias de las facciones que lo ponían en peligro. Dentro de esos grupos, estaba su hermana Ana, líder de la banda de José León Suárez y Billinghurst.

"La Dueña" pudo manejarse con total libertad. Villa La Rana estaba con ella y su marido también. Para que las aguas se tranquilizaran arregló con cada uno de los barrios. Pero como la repartija fue desigual, las distintas facciones se rebelaron contra Angélica y la nueva barra oficial.

A partir de ahí, esta historia familiar, que tenía muchas cuestiones en común por el fanatismo por Chacarita y por compartir los paraavalanchas, pasó a tener mucha violencia de por medio por la puja del negocio ilegal. Lo que ocurrió en Chacarita-San Martín de Tucumán no era nada impensado. Tiempo atrás ya habían aparecido mensajes en las redes sociales y a través de amenazas que anunciaban que correría sangre en San Martín. Y en el último mes hubo varios tiroteos entre ambos bandos que dejaron tres heridos de bala.

No solo creció el peligro tras la división de la barra. También creció su poder en el club ya que los violentos se ubicaron cada vez más dentro de las entrañas de Chacarita con la presencia de Escalante en la Comisión Directiva, factor que facilitó -y mucho- toda la estrategia de Angélica, su mujer.

La guerra de hermanas aumenta con el paso del tiempo. Angélica, la líder de este negocio, no se quiere mover de su posición. Su hermana Ana, a quien desplazó hace un año, asegura a quien quiera oírla que luchará por retomar el poder.

Lejos de estar unidas, como al principio, ahora están más separadas que nunca y esta historia bien podría culminar trágicamente. Como muchas otras: con mucha sangre de por medio.

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