A un año de la marcha “Ni Una Menos” se logró, según los especialistas, una mayor concientización sobre la violencia de género. Esto se vio reflejado en el aumento de las denuncias por el tema, así como en el surgimiento de nuevos sitios de contención.
De todas maneras desde entonces, 275 mujeres fueron asesinadas en el país, es decir, una cada 30 horas, tal como difundió el Observatorio de Femicidios Marisel Zambrano de La Casa del Encuentro. Como consecuencia 317 personas quedaron sin madre y 35 varones murieron intentando salvarlas de los femicidas. Con 10 femicidios, Mendoza figura séptima en el índice nacional que lidera Buenos Aires con 102 casos.
Más allá de estos números fatales, muchas mujeres que viven esta situación logran salir adelante y con su testimonio ayudan a concientizar a otras para que tomen su mismo camino. Por sus hijos, ellas prefirieron reservar su identidad, pero dieron detalles del calvario que les tocó vivir.
Salir del círculo
“Gracias a Dios mi vida hoy es otra y pude salir del círculo de la violencia por mí y por mis hijas”, cuenta Marcela (37) con voz segura. Ella estuvo en pareja durante 14 años hasta que dijo “basta” hace 5 años. “Yo recibí golpes y también violencia psicológica porque allí es donde trabajan ellos para bajarte la autoestima, porque te hacen creer que no valés nada y que te merecés lo que estás viviendo”, comenzó a relatar la mujer.
Mirando al pasado, ella hoy puede reconocer signos de alerta ya desde el noviazgo. “Cuando sos joven no te das cuenta, pero el maltrato comienza con actos de control, celos y juegos inapropiados: un beso robado a la fuerza me parecía romántico, pero ahora veo que no era así”, continuó Marcela.
Su primera denuncia la hizo a los 3 años de casada, pero con el tiempo quedó en nada. “Salir del círculo cuesta mucho porque no encontrás respuestas. Muchas veces me separé y volví por diferentes razones, sobre todo por la parte económica”, reconoció.
Hasta que cinco años atrás, Marcela decidió tomar las riendas de su vida y terminar la situación. “Me fui y me prometí no volver por nada del mundo, porque la violencia había llegado a un extremo, temía no solo por mí, sino por la vida de mis hijas”, remarcó. Desde entonces, ella encontró una gran ayuda en la Fundación Sobran Motivos donde recibió contención psicológica para fortalecerse, pero además pudo ver que no se encontraba sola.
“Sé que no es fácil para muchas mujeres y que muchas no tienen la oportunidad que tuve yo de salir con vida, pero no es imposible, es cuestión de proponérselo y borrar ese chip que te hace creer que no podés”, expuso.
Hoy en día, ella puede mantenerse gracias a las viandas que comercializa y hasta volvió a estudiar. “Estoy terminando el secundario”, aseguró. Ella además se siente feliz de poder ayudar a otras mujeres: “Me gusta darles consejos para que puedan salir de ese difícil camino”, comentó.
Violencia institucional
Heliana (39) vivió una corta y tormentosa relación de violencia de género, pero lo que más la marcó fue la violencia institucional que sufrió como consecuencia. “Mi relación fue corta, no llegué convivir con esa persona, pero llegué a padecer violencia física y psicológica”, resumió la mujer.
Al darse cuenta de la situación, ella quiso alejarse de esa persona, lo que la llevó a sufrir dos años de amenazas no sólo hacia ella, sino hacia la vida de sus hijos y sus padres. “Salirte de ese tipo de cosas cuesta mucho, nunca contás porque ese tipo de personas para el resto del mundo son excelentes, comunicativas y tenés miedo a que no te crean”, explicó.
Luego del último hecho de violencia que vivió, ella comenzó tratamiento psiquiátrico y tuvo que pedir licencia en su trabajo. Pasado un tiempo el profesional que la atendía pidió un cambio de funciones, pero no se lo otorgaron. “Me dieron tantas vueltas que mi parte de enfermo se empezó a agotar y llegó un punto que me hicieron un corte de haberes, me dijeron que estaban iniciando la baja porque había ocupado la cantidad de días de parte de enfermo”, detalló.
Así ella estuvo sin sueldo por dos años y medio, lo que la llevó a vender su casa para poder alimentar a sus hijos. “Golpeé todas las puertas, todos los lugares donde se ocupan el tema de la mujer y nadie me ayudó”, subrayó.
La abogada especialista en el tema Carolina Jacky logró que le devolvieran su trabajo y la designaran en un puesto saludable para ella.
“Hoy estoy con cambio de funciones en mi trabajo y me siento muy cómoda, estoy agradecida de Carolina que me permitió recuperar mi trabajo y mi vida como sostén de familia”, recalcó.
Contención externa
Susana (56) tiene 3 hijos y cinco nietos. Hoy vive sola y se siente satisfecha con su independencia, pero durante 30 años estuvo casada con un hombre que la maltrataba. “Al principio, la violencia empieza con los psicológico y una y otra vez pasó a lo físico”, narró la mujer.
Para ella, las personas que sufren este tipo de hechos quedan disminuidas y como ella, además, venía con problemas desde su familia, pensaba que tenía que agachar la cabeza, poner la otra mejillas y seguir por sus hijos.
Ella también abandonó su casa en reiteradas oportunidades, pero finalmente volvía. “Hasta que llegué a un punto que estuvo en peligro mi vida y lamentablemente la Justicia no me ayudó. Ellos empiezan con las influencias y queda todo en la nada”, remarcó. A pesar de todo el sufrimiento, el hombre abandonó la casa. “Parece que él ahora está reconociendo sus errores, no conmigo porque ya pasó todo, pero sí con mi hija”, deslizó. Ella encontró la contención en la fundación Accionar de la cual se encuentra eternamente agradecida.
Aunque reconoce los avances en materia de violencia de género, asegura que la sociedad sigue siendo muy machista. “Cuesta mucho tiempo cambiar eso, pero para eso están las marchas, los medios y el tiempo para que todo mejore”, subrayó.
Colecta para refugio
La fundación Sobran Motivos cuenta con un centro de día y albergue para mujeres víctima de género; este último se encuentra suspendido temporalmente desde enero por falta de fondos. “Estamos intentando ver cómo reflotarlo”, explicó María Belén Real, directora de la entidad.
En la marcha de hoy, la fundación hará una colecta. “Vamos a ir con un listado para asociar gente para la fundación y vamos a recibir colaboración ya sea de artículos de limpieza, sábanas, pañales, leche y todo lo que pueda servir para nuestro albergue”, detalló la mujer.
Marcha #NiUnaMenos
Hoy, a las 17, se realizará en la provincia una nueva marcha #NiUnaMenos. La convocatoria partirá de San Martín y Garibaldi, recorrerá calles del centro y finalizará en la Legislatura.
Para Silvina Anfuso, directora de Género y Diversidad de la provincia, la primera manifestación masiva bajo la consigna #NiUnaMenos, que se realizó el año pasado, significó un antes y un después porque la sociedad se expresó claramente contra la violencia machista. “Eso generó una serie de dispositivos de mayor compromiso y de alguna manera favoreció el incremento de las denuncias. Hubo una clara percepción de que definitivamente la violencia contra la mujer no es un problema privado, sino que un problema social”, manifestó.
A partir de entonces, para ella, se asumieron mayores compromisos. “Hoy no existe ningún partido político que no tenga un área que tome la temática de género, la mayoría de los municipios los tienen, al igual que los ámbitos de la Justicia y hasta los sindicatos”, enumeró.
Desde la dirección que ella dirige cuentan con una partida presupuestaria para víctimas de violencia. “Hemos afectado un fondo que establece una asistencia integral a mujeres que estén en situación de violencia de género, en el marco de desvinculación con el agresor, siempre que no demuestre ingresos”, precisó.
Además realizan capacitaciones constantes en municipios, efectores públicos y privados, entre otros sectores a los cuales las mujeres acuden. “Más allá del trabajo de asistir a las mujeres, buscamos la territorialización para lograr la prevención, detección temprana y de alguna manera orientar para que no caigan en situaciones de mayor vulnerabilidad”, remarcó Anfuso.
