Vinos envenenados causaron decenas de fallecidos: cuando una copa termina en muerte

Historias de tristes hechos que ocurrieron en Mendoza en la década del '80 y San Juan. El más grave provocó 30 muertes en 1993

Vinos envenenados causaron decenas de fallecidos: cuando una copa termina en muerte
Vinos envenenados causaron decenas de fallecidos: cuando una copa termina en muerte

Atilio Bengolea, tenía 57 años, trabajaba como tractorista en la provincia de Buenos Aires, estaba casado con Delfina Guemil y era padre de una familia numerosa, cuando a poco de compartir un asado familiar murió intoxicado.

Ocurrió un domingo de la última semana del caluroso verano del mes de febrero de 1993 y fue el inicio de la mayor tragedia por consumir vinos adulterados con el agregado de alcohol metílico (también llamado de quemar o metanol) de las marcas Soy Cuyano y Mansero que habían sido elaborados en la bodega sanjuanina Nietos de Gonzalo Torraga S.A.

A lo largo de varios meses el número de muertos varía entre 26 y 30, con casi medio centenar de personas que terminaron con diversas lesiones, siendo la ceguera y los daños neurológicos los más importantes, cifra que en ese año superó a los fallecidos por ingesta de propoleo, ocurrida meses antes y que, además de la responsabilidad de los dueños de la bodega ubicada en el departamento de Caucete, puso en tela de juicio los controles que debía realizar el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Las intoxicaciones se produjeron en Quilmes y Ensenada de la provincia de Buenos Aires, donde el vino era envasado en damajuanas de 4 litros y medio, que se vendían a 3,50 pesos, pero además eran distribuidas en Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Misiones.

La noticia nacional puso su mira en la provincia de San Juan, desde donde habían salido los caldos (uno tinto y el otro blanco), pero el titular de la empresa que ya había sido intervenida por un decreto del presidente Carlos Menem, logró escapar del pedido de detención emitido por la Justica Federal, a donde por competencia había caído la investigación.

Finalmente y con una asegurada e inmediata ex cancelación Mario Torraga se entregó, acusando a las autoridades de un "complot orquestado por Mendoza para perjudicar la industria vitivinícola sanjuanina...", olvidando declarar que 3 años antes había sido condenado a prisión por falsificar cupos de vinificación dictada en el inicio de los '90.

Cronología

Las muertes se fueron sucediendo desde febrero de 1993 y así el tiempo fue pasando lentamente hasta que 3 años después el caso volvió a ser noticia, cuando un Tribunal Federal, en un juicio oral y público condenó a un Mario Torraga a 15 años de prisión y al enólogo Armando Ribes a 10 años, a los que consideró responsables de los delitos de "adulteración de vinos" y "adulteración de sustancias alimenticias en forma peligrosa para la salud, seguida de muerte reiterada de 10 o más casos".

Mientras que su hijo Guillermo, junto a Horacio Barbero y Pedro Tobares recibieron una pena de 6 años y medio de prisión, como participes secundarios. Todos, beneficiados por el régimen de 2 x 1, recuperaron la libertad mucho antes de cumplir las condenas. El bodeguero a fines del año 1997 obtuvo un permiso para salir de la cárcel por 24 horas sin custodia, cuando su hijo Guillermo ya había dejado el establecimiento carcelario de Chimbas.

En el debate, con más de 200 testigos, quedó comprobado que la intención del bodeguero fue la de agregar el químico para luego "estirar" el producto con agua y así lograr mantener la graduación alcohólica mínima autorizada por el INV que, en el juicio estuvo representado por el abogado mendocino Omar Venier.

El caso también terminó desnudando una realidad conocida y que demostraba que el INV no tenía control sobre los alcoholes. Fue por esto, que en el año 1995,  fue promulgada la ley de alcoholes y se le otorgan las facultades y controles al instituto nacional con sede en Mendoza.

En el 2002, Carlos Alberto Blanco, señalado durante el debate como el distribuidor en el área metropolitana de los vinos sanjuaninos, que había logrado eludir a la Justicia terminó siendo detenido en la Capital Federal.

Mientras que en el año 2010 la Segunda Cámara Federal de La Plata ratificó una condena civil contra el INV y la bodega sanjuanina Nietos de Gonzalo Torraga S.A. por las casi treinta muertes y ratificó el pago de 300 mil pesos más intereses de 17 años a favor de los herederos de Atilio Bengolea, una de las víctimas mortales, mientras que muchos otros perdieron los juicios en los tribunales y nunca cobraron una indemnización.

También Mendoza

En la década de los '80, Mendoza también fue noticia. Primero se conoció que bodegueros de General Alvear derramaron vino a las acequias con la intención de borrar los caldos adulterados con alcohol etílico. Todo comenzó cuando sobre la ruta nacional 188 en su ingreso a la provincia se detuvo a dos camiones tanque con más de 50 mil litros del producto químico que tenía como destino algunas bodegas del sur mendocino.

El procedimiento se extendió en horas de la madrugada y terminó con la detención de enólogos, bodegueros, abogados e incluso un ex legislador nacional que pasaron a ocupar un espacio en la delegación de la Federal y después de la instrucción algunos fueron condenados.

Un año después -1981- ocurrió algo similar pero en la zona Norte de la provincia. Un llamado anónimo alerto a la delegación local de la Federal sobre este tipo de maniobras. Así la calle Perú se vio sobrepasada con camiones tanques que  habían sido secuestrados por la policía, mientras que unas 40 personas, entre bodegueros, enólogos, transportistas, algunos empleados judiciales y una mujer terminaron durmiendo sobre colchonetas en distintas dependencias de la delegación local.

La causa estuvo en manos del juez federal Gabriel Guzzo y convocó a los tribunales de calle Las Heras a decena de abogados reclamando por los detenidos. La mayoría fue imputada y terminaron alojados en la cárcel de Boulogne Sur Mer, tiempo que después del juicio se prolongó en algunos años de encierro.

El presente

Este tipo de hechos que fueron noticias entre los años 1980 y 1993, desde que está en vigencia la Ley  24566, conocida como la Ley Nacional de Alcoholes y que le da al INV la competencia para el control total de la comercialización de alcoholes son pocos los casos que llegaron a ocupar, como aquellos, las crónicas de la Justicia, aunque muchos involucrados en alguna de las maniobras ahora se vieron obligados a pagar multas de cinco veces el valor por litro de alcohol, pero sin intoxicados ni muertes.

Hoy aquellos vinos que el INV intervino porque en alguna bodega fueron aguados, adulterados o manipulados con el agregado de algún tipo de químico, fueron destinados, ante la pandemia global de coronavirus, a producir alcohol y alcohol en gel.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA