Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
“No hay que generar expectativas exageradas, pero el paso ha sido importante. Al menos, el ánimo cambió”. Con esos términos un bodeguero resumió lo ocurrido durante la reunión en la que el Gobierno provincial anunció la apertura de un registro de exportadores destinados a “sacar” los 200 millones de litros “sobrantes”, que están influyendo sobre los precios.
Ese aspecto, por el lado de la iniciativa provincial, pero por otro lado se mantienen las duras diferencias entre los sectores y el INV, como consecuencia de la decisión del organismo nacional de liberar “individualmente” y por pedido, los vinos de la presente cosecha.
El primero de los temas, el de la necesidad de exportar los vinos sobrantes, tiene su historia. Porque desde el Gobierno nacional se había anticipado que destinarían 300 millones de pesos para “compensar” -no se puede hablar de subsidios- los precios de los blancos escurridos a los efectos de poder exportarlos.
El anuncio respectivo también había sido realizado pero, al decir de los propios actores de la industria, era tan intrincado en su mecanismo de aplicación que prácticamente no fue utilizado. Sucede que se le quiso dar prioridad a los pequeños productores -un aspecto valioso porque son los que más sufren las consecuencias- pero se los obligaba a realizar una serie de trámites a los que no están acostumbrados y no saben cómo realizarlos. En ese esquema, sólo hubo ofertas por poco más de 40 millones de litros.
Desde la industria se indicaba que el problema no era de fondo, sino metodológico, en razón de que había que acordar con los exportadores, que son los que saben, los que tienen mercados y también la experiencia suficiente como para llevar a buen puerto la iniciativa. Por ese motivo fue bien recibida la convocatoria que el Ministerio de la Producción local realizó a los exportadores (“estaban todos”, se indicó), algunos de ellos con operaciones que han superado los 100 millones de litros.
“Lo que sucede, es que las exportaciones de vinos a granel son muy complejas, muy especializadas, porque se trata de grandes volúmenes con baja rentabilidad y altísimo riesgo”, destacó una fuente, la que agregó que rápidamente se conformó un esquema que puede llegar a funcionar. “Otro hecho importante fue que esos mismos exportadores conformarán una mesa de seguimiento del instrumento”, destacó la fuente, señalando que los propios empresarios, para ser serios, plantearon que las operaciones que se presenten sean bloqueadas.
En los hechos, se trata de un registro de operaciones de exportación, donde una empresa concurre, plantea su operación, establece cuánto necesita de incentivo o de promoción y después irá a una licitación. Se priorizará el vino genérico, a granel, que se medirá por precio y volumen. Si esos volúmenes no aparecen, los mismos actores podrán fijar cuáles pueden ser las condiciones para que aparezcan.
“Esto cambió los ánimos”, dijo un bodeguero, “porque hay una posición de menos enfrentamientos, de menos prejuicios, más realista y más dispuestos a hacer cosas verdaderas. Todavía no se ha hecho nada, pero hay una fuerte posibilidad de juntar masa crítica para sacar volúmenes”. También se indicó que esa salida de volúmenes no será inmediata, en razón de que toda exportación lleva su tiempo, pero lo importante es que esos volúmenes quedan bloqueados y, de hecho, “salen” del mercado.
A ello le suman el acuerdo alcanzado por la propia industria, en el sentido de que quien no pueda cumplir con la multa, por lo haber hecho mosto, pueda destilar los vinos. “Son dos grandes acuerdos para llevar una solución estructural”, se indicó. “Todos sabemos que el precio del vino también se mueve por expectativas. No creemos que haya que generar expectativas exageradas, pero sí se puede asegurar que los ánimos han cambiado”, se indicó.
Señaló la fuente que hay un hecho concreto: hay vino y hay actores especializados que conocen la forma de exportarlos. “Sólo hace falta encontrar la sintonía fina para que esto se concrete en hechos”, se indicó, asegurando que “la gente tiene que ver que el vino que se hizo de más por no enviarlo a mosto sea destilado y el que está de más se comience a exportar. Eso hará que el mercado se mueva”.
La resolución del INV
No sólo se mantuvieron en el tiempo, sino que se profundizaron las diferencias entre lo que opina gran parte del sector privado y el INV respecto de la liberación de los vinos. Hay quienes señalan que el organismo nacional estuvo muy presionado por algunas entidades y el propio gobierno de San Juan, que siguen considerando que postergar la fecha de liberación obligará a “los grandes” a salir a comprar vino para poder hacer frente a los pedidos, lo que elevará el precio del vino.
“Hasta el momento, lo único que ha logrado es que los productores hayan debido postergar 30 días el cobro”, dijo un dirigente mendocino, quien aseguró entonces que “se están pagando enormes costos para nada, salvo que se intente generar un nuevo orden donde el Estado sea quien determine todo, pero eso sería volver a la década de los 60, 70 y 80 y todos sabemos cómo terminamos”.
La mayoría de las entidades mendocinas considera que el crecimiento de la vitivinicultura se realizó en base a diálogos y acuerdos, no a diferencias entre los sectores. “No podemos demonizar a los que venden y tampoco a quienes exportan, como intentan algunos”, manifestó un dirigente.
Respecto de la resolución, se indicó que habrá presentaciones judiciales, pero no de recursos de amparo, sino de acciones de inconstitucionalidad, porque no quieren que quede ningún antecedente relacionado con la “discrecionalidad” por parte del organismo nacional.
La parte final del comentario, para los anuncios “políticos” de parte de los candidatos nacionales. Según se indicó, todos saben que Mauricio Macri tiene un estudio realizado por el Partido Demócrata sobre la realidad de la industria, pero ni el candidato, ni sus asesores han dialogado con los sectores. Quienes sí lo han hecho han sido los asesores de Daniel Scioli, quienes han mantenido dos reuniones con la Coviar y con gente de la industria.
Precisamente Scioli se refirió a la vitivinicultura en su charla con empresarios, al indicar que está de acuerdo con la iniciativa de establecer, por ley, la derogación del impuesto al champán y de estudiar, en profundidad, la posibilidad de edulcorar las gaseosas con mosto o jugos naturales.
“Si bien no lo hacen público, todos han manifestado su intención de dejar de lado las retenciones a las exportaciones, lo que favorecería a las economías regionales, incluyendo en estas al vino”, concluyó un dirigente.