Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
La cosa no venía bien desde el plano económico y se embarró aún más en lo político. Lo sucedido durante los actos vendimiales, con la ausencia notoria de funcionarios nacionales, y lo que ocurrió luego con la teleconferencia desde una empresa de Lavalle, no hicieron más que confirmar que el enojo del Gobierno nacional para con la Provincia es evidente. Lo grave es que en todo esto la industria vitivinícola nada tiene que ver pero puede resultar perjudicada si nos atenemos a la reacción que suele surgir desde el lugar donde se toman las decisiones a nivel nacional.
Como estamos en un año electoral, era seguro que la expectativa nacional se centraría en Mendoza, en razón de que la Vendimia es, quizá, la fiesta más importante del interior del país. Lo entendió la oposición, que tuvo prácticamente asistencia perfecta en lo que hace a sus precandidatos a Presidente, pero lo que sucedió en el oficialismo fue diametralmente opuesto. No vino nadie, a excepción del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Carlos Casamiquela, quien demostró en las respuestas dadas a los planteos de la industria que no integra el núcleo “duro”, el de la toma de decisiones en el Gabinete nacional. Algunos atribuyen también a la posibilidad de que se hayan bajado líneas desde el Gobierno nacional para evitar la presencia de gobernadores de provincias vitivinícolas, como puede ser el caso del mandatario salteño, Juan Manuel Urtubey, que había tenido asistencia casi perfecta en los último años o el de La Rioja, Luis Beder Herrera, que también solía ser un asiduo concurrente. El caso del vecino José Luis Gioja podría ser distinto en razón de que Paco Pérez no asistió a la Fiesta Nacional del Sol, que se realizó días antes en San Juan.
Por si quedaba alguna duda del malestar del Ejecutivo nacional para con las autoridades provinciales, el desplante que la presidenta de la Nación propinó al gobernador mendocino durante la inauguración de una empresa industrial en Lavalle no hizo más que ratificar la situación. La Presidenta no lo nombró y las cámaras de la televisión oficial lo evitaron, un aspecto que incomodó al mandatario provincial.
Si nos atenemos a las palabras surgidas desde el propio seno de la industria, todos coinciden en que se trató de un problema político y que en ese esquema tuvo mucho que ver la interna partidaria, al no alcanzarse un acuerdo y determinar que el sector ultrakircherista deba ir con lista propia para enfrentar a la estructura justicialista provincial. Aspecto que también quedó ratificado con la expulsión de Juan Carlos Mazzón de las cercanías del poder central.
“Estamos preocupados, porque la vitivinicultura puede ser la víctima de esta pelea entre elefantes”, sintetizó un dirigente del sector, quien destacó que “se trata de hechos simbólicos, pero más que evidentes. Sólo esperamos que la vitivinicultura no sea el arma que la Nación utilice en contra de la Provincia, porque el dinero para favorecer la exportación, entre otras medidas, proviene de la Nación”. Reconocieron en ese aspecto que lo único cierto, hasta ahora, es el acuerdo para la derivación del 35 por ciento de uva a mosto, “porque de lo demás no hay nada”.
La inquietud también alcanza a algunos planteos que la industria había hecho en la Nación para lograr que se apruebe la iniciativa que establecía la edulcoración de bebidas gaseosas con jugos de frutas naturales, que permitiría sacar unas 50 mil toneladas de mosto. Pero la sorpresa llegó porque las trabas no llegaron desde el fuerte lobby azucarero sino de las expresiones de la propia presidenta de la Nación al destacar, como un logro de su gobierno, que en la Argentina se consume más una determinada bebida gaseosa que en el resto de América Latina. “En realidad no entendemos nada, porque no hace mucho la propia Presidenta había impulsado la denominación del vino como bebida nacional”, dijo la fuente consultada.
Frente a ese panorama más que inquietante, la industria no se quiere quedar de brazos cruzados. Desde algunos sectores ha surgido la iniciativa de convocar a los grandes exportadores de vinos a granel para dialogar y, entre todos, encontrar alguna variable para favorecer la salida de vinos a través de la exportación. Ya habrían mantenido contactos con Peñaflor, Fecovita, Abdala (de San Martín, uno de los más importantes exportadores de vinos blancos escurridos), Falasco y también con quienes se ocupan de la salida de mosto al exterior. “Esos grandes jugadores conocen el negocio pero, aunque no lo dicen, seguramente están preocupados por el hecho de que ellos jueguen, hagan los negocios y después la plata anunciada no aparezca. Son 200 millones de litros que si logramos sacarlos y con la derivación del 35 por ciento a mosto, vamos a llegar al cierre del ciclo de esta vendimia con 4 meses de despacho, que son absolutamente manejables”, dijo el dirigente.
También advierten que esperan que esta situación por la que atraviesa la industria no sea aprovechada por la oposición para llevar agua hacia su molino. “Si las propuestas son oportunas y reales, bienvenidas sean, pero no queremos que haya aprovechados”, señaló la fuente.
Dura reacción
Quien a mediados de semana salió con los tapones de punta fue el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este. A través de un comunicado, se refirió al discurso de la Coviar, indicando que ellos, a través de los años, desde 2008 hasta la fecha venían advirtiendo sobre los problemas de la industria que ahora fueron planteados, como por ejemplo el de la inflación y el dólar planchado. Aboga por alcanzar acuerdos y objetivos comunes desde el sector privado, por encima de diferencias sectoriales e inmune a las impugnaciones partidarias, “cementada en una convivencia de respeto mutuo, sin ofensas, fomentando una coexistencia pacífica y sin complicidades con la política partidaria”.
Vale señalar también que la entidad envió una nota al titular del bloque de la Unión Cívica Radical de diputados, para que solicite una interpelación al ministro de Agroindustria de la Provincia, Marcelo Costa, a los efectos de que informe sobre la publicación, durante la Fiesta de la Vendimia, de un aviso publicitario titulado “Lo que hicimos y lo que haremos”.