Alrededor del 42% del volumen total de vinos fraccionados que se comercializa en el mercado interno, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, está envasado en multilaminado. Aunque se habla mucho de premiumización, los vinos "en cartón", que suelen ser más accesibles, siguen teniendo una importante participación en las ventas y algunos referentes del mercado aseguran que la tendencia se va a sostener e incluso afianzar, ligado en parte a la crisis económica.
El tradicional vino en caja se perfila como la apuesta para competir con la cerveza y para intentar recuperar el consumo per cápita de los argentinos, que fue cayendo en el tiempo. Y si bien su fuerte es el mercado interno y no el externo, los países asiáticos podrían ser un buen destino para posicionarlo en el mediano plazo.
El lunes pasado, Fecovita inauguró una planta de fraccionamiento de tetrabrik de Bodega Toro, que es la más grande del mundo ya que puede envasar hasta 38 mil litros por hora, en recipientes de 1 litro, 750 cc y 500 cc. También construyó un nuevo centro de distribución. Ambas instalaciones, casi completamente automatizadas, permitirán a la Federación de Cooperativas reducir los costos, con lo que buscan mantener el precio del producto y aumentar la rentabilidad del productor.
Gustavo López, gerente de negocios de Bodega Toro, señaló que el consumo de vino en tetrabrik siempre existió en la Argentina y sigue siendo significativo, más allá de los cuestionamientos que recibe desde ciertos sectores. En este sentido, indicó que el consumidor valora mucho poder desembolsar poco dinero y llevarse un vino para tomar con soda o con hielo, y disfrutar de algo fresco. Y consideró que si se encarece el producto, toda la industria vitivinícola va a verse perjudicada, ya que de perderse este segmento se reduciría significativamente la cantidad de hectáreas cultivadas.
Fecovita comercializa unos 270 millones de litros al año y 60% de ellos están envasados en cartón. La perspectiva de la organización es seguir creciendo, ya que si bien el mercado en general tuvo una contracción este año, el nivel de ventas de la federación se mantuvo -de hecho, octubre de 2018 fue mejor que el de 2017-, por lo que ganaron participación.
En cuanto a las perspectivas a futuro, López comentó que, en momentos de crisis, se rompen las barreras de consumo, lo que implica para ellos una oportunidad. Para ilustrarlo, planteó que familias que antes compraban leche de una primera marca ahora buscan una tercera y descubren que el producto es bueno y cuesta la mitad. Lo mismo, lanzó, ocurre con el vino.
El relevamiento del Instituto Nacional de Vitivinicultura muestra que de enero a agosto de este año, el consumo de vino fraccionado en botella cayó un 4,14% con respecto a igual período de 2017, y en tetrabrik disminuyó 5,67%; por lo que la relación de 53% embotellado, 42% en cartón y el resto en otros envases se mantuvo casi sin variaciones.
Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, manifestó que el vino envasado en tetrabrik apunta a un segmento muy competitivo en precio y también importante en tamaño. Y añadió que es de esperar que con la reducción de los costos se refuerce el consumo de esta bebida en general, que se ha resentido en los últimos años.
Panorama exportador
Si bien 95% del vino en tetra se destina al consumo interno, 5% se exporta a Paraguay, Brasil, Uruguay, Ecuador y Estados Unidos (y a otros 25 países de modo poco representativo). Sin embargo, Gustavo López indicó que en el mundo este envase está ganando preferencia, sobre todo en los que son recipientes más chicos, porque permiten consumir una porción y, además, son una alternativa con menor impacto ambiental porque el papel proviene de bosques que se renuevan y es más fácil reciclarlo después de su uso.
Mario Lazzaro, director de ProMendoza, explicó que el vino envasado en cartón apunta principalmente a los países limítrofes, como un producto de consumo masivo. Pero señaló que este envase admite también vinos varietales y que los consumidores de otros países están aceptando diversidad de recipientes, como la lata y el tetrabrik.
Asimismo, opinó que en el mediano o largo plazo se puede desarrollar una estrategia para instalar el vino en cartón en los sectores emergentes en los países asiáticos. Lazzaro comentó que esas economías están creciendo, lo que se traduce en la mejora de ciertos estratos sociales, que podrían empezar a consumir los vinos argentinos.