Pocas horas antes de presentarse a declarar ante el juez federal porteño Sebastián Ramos (quien lleva adelante su juicio de extradición a Estados Unidos) el colombiano Henry de Jesús López Londoño (41, alias "Mi sangre") dio ayer una serie de entrevistas periodísticas en las que mostró la estrategia que desplegará hoy en los tribunales de Comodoro Py.
El "narcotraficante más buscado del mundo" (según palabras del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni) se presentó como un "perseguido político" de la policía de inteligencia de su país, una víctima de un complot armado por su condición de ex paramilitar.
"Yo vine a la Argentina refugiándome de un grupo de policías colombianos que desde 2005 iniciaron una persecución en mi contra y en contra de mi familia. Vine a Argentina con intención de comenzar una nueva vida", dijo López Londoño en una entrevista realizada por el canal TN.
-¿Por qué eligió nuestro país?, le preguntaron.
Respondió: "En toda América Latina no hay un espíritu más solidario para el refugiado que el de la Argentina. Y no creo que exista en la región otro país con el nivel cultural tan alto, un nivel que es el que uno busca para criar a sus hijos", agregó, en un reportaje en el que llenó de elogios a la Policía Federal, a las autoridades argentinas y hasta al Servicio Penitenciario Federal.
"Mi sangre" ni siquiera criticó a la Justicia de Estados Unidos, que es la que pidió su detención con fines de extradición. "La Policía colombiana le dio a Estados Unidos informes de inteligencia falsos que me vinculan con cargamentos de cocaína. La Justicia norteamericana tiene todo el derecho a citarme para que yo dé explicaciones", dijo el colombiano en otra entrevista, con Radio Mitre. Aún así, aclaró que se negará a ser extraditado porque tiene dudas de que en Estados Unidos pueda tener oportunidad de defenderse legalmente.
"Argentina fue asaltada en su buena fe", agregó López Londoño para intentar explicar por qué Berni lo había calificado como capo narco.
"Mi sangre" repitió una y otra vez que tiene miedo de que lo asesinen, y apuntó a los servicios de inteligencia colombianos. Su versión: que en 2005, al desmovilizarse como paramilitar en el marco del proceso de paz, debía declarar todo lo que sabía de los nexos entre los paras y políticos, policías y militares de su país. Según él, para impedirle hacer esto fue que comenzaron a iniciarle causas como narcotraficante. "Yo me defendí judicialmente y demostré que todo era un montaje", concluyó.
