El gobernador Alfredo Cornejo y su par sanjuanino, Sergio Uñac, ganaron una durísima batalla con el Gobierno nacional al lograr que se eliminara la intención de gravar con un impuesto del 10% al vino y del 17% a los espumantes.
"Hemos sido escuchados. Acabo de tener una reunión con el presidente Mauricio Macri y me ha confirmado que el impuesto al vino y a los espumantes no va al Congreso", dijo a Los Andes un Cornejo exultante al salir de la Casa Rosada.
Fue una nueva marcha atrás para la administración de Macri que, en pos de bajar el déficit fiscal, esta vez intentó sin éxito avanzar sobre una economía regional clave para Mendoza, San Juan y Salta.
Macri llegó ayer de los Estados Unidos y minutos después se reunió con sus ministros, los gobernadores y representantes de todas las provincias para avanzar sobre el Pacto Fiscal, la Reforma Tributaria y la discusión del Fondo del Conurbano.
Tal como lo había anticipado un día antes cuando se fue de la Casa Rosada con las manos vacías, Cornejo esperó que terminara la reunión y lo primereó a Macri para pedirle una audiencia a solas.
Cornejo había estado el día anterior con el ministro de Producción, Francisco Cabrera, en la Rosada, pero no había logrado nada. En ese momento, el ministro le dijo que esperara al regreso del Presidente y hablara con él.
Macri sabía por dónde venía el pedido y accedió de inmediato a la audiencia privada. Ambos salieron del Salón Eva Perón y caminaron unos pasos hasta una sala contigua. Allí, Cornejo se plantó con que no podía volver a Mendoza sin una respuesta.
Sin dar vueltas el jefe de Estado le dijo a Cornejo que no se preocupara porque la decisión estaba tomada: tras escuchar los argumentos de los gobernadores y de los bodegueros, se definió no gravar a los productos vitivinícolas.
Por ello, el proyecto de Reforma Tributaria que el lunes desembarcará en el Congreso no tendrá la alícuota del 10% para el vino ni la del 17% para los espumantes. Ambos productos seguirán exentos.
Según pudo saber Los Andes, la decisión fue tomada por Macri, dado que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, insistió hasta último momento con discutir la gradualidad de la aplicación, pero avanzar con el tributo.
Con una sonrisa indisimulable, el gobernador salió de la Casa Rosada y hasta se permitió bromear a los periodistas: “¿Que ha pasado, los han echado parece?”, dijo el mandatario. Pero enseguida se puso serio: “Nos han escuchado”.
Mientras el mandatario hablaba afuera, en el Salón de los Pueblos Originarios daban una conferencia de prensa Dujov ne y su par de Interior, Rogelio Frigerio. Este último, con una mayor cintura política, destacó que el Gobierno no había enviado al Congreso “a libro cerrado” a ninguna de las más de cien leyes propuestas desde que asumió.
Dujovne, más técnico y con la enorme responsabilidad de reducir el déficit fiscal, expresó que el Gobierno decidió dar marcha atrás y modificar el proyecto inicial tras detectar que definitivamente había algunos nuevos impuestos que “afectaban” a determinadas actividades económicas, como la del vino y los espumantes.
La reacción de los vitivinícolas
No los unió el amor sino el espanto. Pero al cabo de dos semanas de incertidumbre, de golpear puertas y hacer cuentas sobre el impacto que tendría el nuevo impuesto al vino, ayer los representantes del sector vitivinícola empezaron a respirar aliviados al enterarse del resultado de la reunión Cornejo- Macri.
“Fue duro pero lo logramos. Que haya un compromiso del presidente nos deja tranquilos. El gobernador se jugó, aunque creo que es logro de un trabajo conjunto, como quedó demostrado en la reunión con Cabrera en la que estuvimos productores, bodegueros, fraccionadores. Todos consideramos totalmente injusto el impuesto a partir de la declaración del Vino Bebida Nacional. Sabíamos que la pelea era con el Ejecutivo, ya que en el Congreso se jugaban muchos intereses", consignó Eduardo Sancho, directivo de Acovi y titular de Fecovita.
Por su parte, José Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), uno de los primeros a los que Cornejo confirmó la novedad de la exención a la salida de su encuentro con Macri, también manifestó su satisfacción. Según el empresario, "es un gran gesto y un excelente trabajo del Gobierno provincial con el sector. Nos despeja el camino para dedicarnos a producir más y mejor, poniendo la energía en lo que se necesita".
Walter Bressia, presidente de Bodegas de Argentina, se mostró muy conforme por el cambio de posición del gobierno, "Era una batalla bastante difícil de ganar sobre todo por los argumentos que se expusieron desde la Nación, pero ayer nos pudimos defender y mostrar que el vino es saludable y eso está científicamente comprobado. Estamos felices con la decisión del presidente Mauricio Macri", dijo a Los Andes el bodeguero mendocino.
Desde la cámara que representa Bressia estimaron que “es de destacar que en los pasados días la voz de la vitivinicultura se hizo escuchar por medio del apoyo de gobiernos, Cámaras empresarias, bodegueros y viñateros de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta, Río Negro, Neuquén, Tucumán y Córdoba, presentando un frente homogéneo con el objetivo común de preservar la competitividad del vino y los espumantes”.
Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este estimó: "Nos deja tranquilos que esto se haya resuelto, porque se estaba generando una situación muy incómoda. Las autoridades nacionales se mostraron dispuestas a dialogar y recibir propuestas".
Agregó: "Creo que hay que poner en valor la actitud del gobernador Cornejo quien se puso a la cabeza de la situación y lideró y gestionó ante la situación que se nos presentó".
Dudas y memoria
Aunque con cierto escepticismo y algunas reservas, tampoco desde el sector primario y de las pequeñas bodegas se mantuvieron al margen.
"Es lo que queríamos y lo que se debía hacer. Nuestro argumento más fuerte fue que si seguía adelante lo terminaría pagando la producción primaria. Habrá que ver si hubo condiciones, sabiendo que no tenemos tanto peso como otras bebidas para la economía”, señaló Sebastián Lafalla, de la Asociación de Viñateros de Mendoza.
“Es algo histórico, como la 125/08 de la vitivinicultura”. Así lo definió Pablo Asens, de la específica Vitivinícola de la Cámara de Industria de San Rafael, director ante Coviar, “El proyecto irá al Congreso con este cambio, eso esperamos. Por lo tanto, con 11 provincias vitivinícolas en contra, debería desaparecer el fantasma del impuesto. Más allá del lobby, lo rescatable fue el trabajo fuerte en bloque del sector. Se demostró que se puede trabajar en conjunto para lograr buenas cosas”.
Como ejemplo, Asens recordó que en la última reunión del sector vitivinícola con Macri, el presidente preguntó “por qué había tantas Cámaras en la vitivinicultura” y la respuesta fue que eran sectoriales y tenían diferentes orígenes, pero que estaban unidas en la Coviar.
“En otros sectores, frente a estas amenazas siempre hay alguien a contramano. Aquí no. Quedó claro el trabajo de la corporación luego de tantas críticas, incluso las del propio gobernador en contra nuestra cuando ya se hablaba del impuesto en su momento”, señaló.
La cerveza tampoco pagará
El Gobierno también dará marcha atrás con el gravamen a las cervezas. El Ministerio de Hacienda había propuesto gravar a esta bebida con una alícuota del 17%, pero el gabinete económico finalmente decidió mantener el impuesto en el 8% que rige actualmente.
En Hacienda consideraron que ambas bebidas (vino y cerveza) son sustitutas entre sí, por lo que sin gravamen sobre el vino, el consumo de cervezas iba a mermar para mudarse a las opciones de las bodegas, que iban a lograr precios más económicos.