Villa Talleres: otro barrio de ferroviarios en plena Sexta Sección

Los antiguos vecinos recuerdan cuando la actual plaza era un potrero y llegaba ahí un ramal del tren. El Gran Capitán y la confitería Plaza Bar.

Villa Talleres: otro barrio de ferroviarios  en plena Sexta Sección
Villa Talleres: otro barrio de ferroviarios en plena Sexta Sección

La Sexta Sección está caracterizada por la presencia de muchos barrios tradicionales, como el Ferroviario, y de otros hitos urbanísticos, entre los que se puede citar al ex nosocomio del personal del riel, hoy convertido en hospital universitario.

Más abajo, al oeste de las vías y al norte de la calle Suipacha, se encuentra la estructura habitacional que se conoce como Villa Talleres.
El nombre, según la licenciada en Historia del Arte Verónica Cremaschi, está relacionado a la primera presidencia de Juan Domingo Perón.

La investigadora aportó que "en 1947 el Poder Ejecutivo nacional lanzó la propuesta de construir una serie de casas para obreros en los terrenos de los talleres y la estación del Tren Trasandino. Ese barrio, según el diario La Libertad, contaría con plazas, jardines y casas individuales. El gobierno federal había cedido los terrenos a la provincia. Esto fue posible luego de la nacionalización de este tramo del Trasandino, lo que posibilitó que se agregara a otros servicios e instalaciones pertenecientes al Estado nacional".

El nombre de Villa Talleres, no cabe duda, se debe a la existencia en la zona de hogares de ferroviarios pertenecientes a las distintas 
secciones de la actividad, especialmente los sectores de reparación y de depósito de locomotoras. Obviamente, el conglomerado más grande vinculado al tren fue y es el barrio Ferroviario, el vecino más grande del área, ubicado hacia el oeste y el sur.

Vecinos antiguos que residen en las calles adyacentes a la plaza Malvinas Argentinas, que es el centro de este conglomerado urbano, confirmaron la denominación de Villa Talleres, que está asentada en la memoria vecinal más que en papeles y planos actuales.
Un hito, entonces, es la plaza, que también se llamó Talleres y que recién adquirió el nombre actual luego de la guerra de 1982 por la recuperación de los territorios australes.

El paseo, ahora arbolado y con juegos, era  "casi un gran potrero", señala José Emilio "Pepe" Moreno (73), el heladero de la zona. Esta persona, un referente innegable, contó que antes de que fuera plaza, tal vez en los años '30, llegaba al sitio  un ramal del ferrocarril. "Yo estoy por aquí desde 1948 y no vi esto que le cuento, pero así me lo describieron", aclaró.

Concepción Mezzatesta (62), ex docente de sordos de la escuela Raquel M. de Pavón, es otra conocedora del área. "Mi papá (Oscar 
Mezzatesta) era maquinista de la línea General San Martín. En tiempos de (Arturo) Frondizi hubo una gran huelga y mi mamá para ayudar a la economía hogareña abrió una despensa, que todavía mantenemos en el formato de un quiosco", narró "Conce".

El templo

Al lado del pequeño negocio se encuentra la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, sobre la calle Aguado, de la que es párroco Mariano Cinquemani.

Es otra edificación asociada con el barrio y su gente. Primero, en los años '40, fue una sencilla capilla, impulsada por el padre Antonino Fantini.

"Al principio, viñas y una higuera cobijaban a los fieles junto al padre Antonino para rezar el rosario", aportó la secretaria de la iglesia, Andreina Massiero, conocida como Adriana. El modesto oratorio, luego capilla, terminó convirtiéndose en parroquia en 1972, al desmembrarse de Nuestra Señora de los Dolores, de calle Granaderos. El sismo de 1985 afectó la vieja construcción y se edificó la sede religiosa que hoy se utiliza. 

A pasos del templo, funciona un supermercado, integrante de una pequeña cadena de origen chino. Antes, mucho antes, fue un depósito de la Aduana de Mendoza; posteriormente los Millán abrieron una boca de expendio, hasta que  se hicieron cargo los asiáticos.

En el pasado allí sentó reales un cine de barrio, el "Gran Capitán", que administraron los Buiges-De Casas, los mismos que fueron dueños de un almacén de ramos generales en los años '50 y '60.

El citado José Moreno se refirió a otro jalón de la barriada, pero de antaño: un bar popular y concurrido. Ésta es su explicación: "En 1948, mi papá Cristóbal compró la confitería Plaza Bar, donde empecé a trabajar con 13 años, apenas terminada la primaria. Después papá abrió la heladería Sierra Nevada, que con el tiempo yo convertí en Imperial, negocio que seguimos explotando con mis hijos hasta la actualidad".

La heladería de los Moreno fue y es muy conocida, al igual que el viejo y desaparecido cine. Eran sitios, la plaza también, frecuentados por personajes conocidos. Entre otros, el popular cantante melódico Polo Márquez, que vivió en el barrio, y el actor y director teatral Hugo Vargas, quien por estos días reside a pocas cuadras.

El trovador, el hombre de las tablas y el comerciante confitero fueron a la vieja escuela Carlos N. Vergara, aquella que funcionó en la casona de los Alurralde, demolida con los años. Debe consignarse que esta parte de la ciudad tuvo antaño un club, el Malvinas. Funcionaba en Rodríguez, entre Jorge A. Calle y L. Lugones.

"Conce" Mezzatesta, de generosos recuerdos barriales, describió algunos apellidos de la jurisdicción, con la incertidumbre de omitir otros. "Además de los nombrados, se puede citar a las familias Barrera, Tello, Mariño, Aparicio, Soria, Pacini, Baneta, Rocandio, Vivaldelli (eran guardas de tren) y el doctor José Santos Favaro y su hermano Luis".

Delia Velasco (73) lleva mucho tiempo viviendo por la zona, en Belgrano, frente a las vías. "Era grato ver pasar el tren que iba a San Juan, en los años '50 y posteriores. También había un tío, maquinista, que hacía maniobras por acá y nos llevaba hasta la estación (Mendoza) de calle Las Heras, de donde volvíamos caminando".

Claudia Barré (52), mientras compraba en un almacén, citó a su papá Humberto, hombre del San Martín, y a su abuelo Juan, que era carpintero en la misma línea.  "Como yo trabajé un tiempo en el ferrocarril, sumamos 3 generaciones en la misma empresa, el ferrocarril".

Una cita del libro parroquial

El nombre de Villa Talleres está registrado en la página 8 del libro parroquial de Nuestra Señora de Lourdes. Se señala en ese documento que la iglesia "se ubica en calle Alejandro Aguado 160, entre las calles Coronel Rodríguez, Francisco Moyano y José Hernández”, en el sector conocido antiguamente com Villa Talleres del FGSM, playa de maniobras, talleres de reparación y mantenimiento.

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