En cualquier época del año e independientemente del clima, escaparse a Villa General Belgrano y dejarse atrapar por sus propuestas gastronómicas es un buen plan. Está de más decirlo: la cerveza artesanal es la estrella de la localidad, no sólo en la Oktoberfest.
Las pintorescas edificaciones de madera y estilo alpino de sus restaurantes invitan a degustar diversas variedades y también a llevarse algunas a casa.
Una buena opción es conocer cómo se producen estas bebidas en sus plantas. En Viejo Munich, una de las pioneras de la Villa, todos los días hay visitas guiadas a las 12, con charlas explicativas sobre el modo de preparación de sus cervezas. La entrada es una consumición.
Por la tarde, en esta zona hay varias casas de té y cafés para pasar la tarde entre cosas ricas. Uno de los referentes es Café Rissen, de donde no hay que irse sin antes probar una porción generosa de strudel de manzana y café en jarrito.
Sabores clásicos
Entre las mejores opciones para acompañar una buena cerveza, aparece una suculenta tabla de fiambres alemanes (con pepinos, leberwurst o paté de hígado, queso, pickles y aceitunas) o platos como kassler con chucrut, goûlash con spätzle y salchicha alemana.
Para chuparse los dedos, en el restaurante Brunnen Bier hay que pedir un plato de cuatro variedades de salchichas alemanas acompañadas de chucrut y una ensalada alemana.