Villa Francisca: el barrio que recuerda a una inmigrante española

El pequeño conjunto habitacional de Mayor Drummond nació en la década del ‘40 en medio de un ambiente rural. Dos escuelas, la Marianetti y San Pablo, marcan el límite barrial.

Villa Francisca: el barrio que recuerda a una inmigrante española

Villa Francisca es una barriada pequeña, de no más de 4 ó 5 cuadras, en Mayor Drummond, cerca del límite con la ciudad de Luján de Cuyo. La reducida barriada no es muy conocida por las nuevas camadas de lujaninos, pero posee una rica historia, como todo barrio.

El nombre proviene de la antigua dueña de las tierras, Francisca Mata de Guerra, que por testimonios recibidos de su nieta, Gladys Guerra (59), falleció hace más de 60 años, siendo por entonces ya viuda de don Rafael Guerra.

El barrio, que suma aproximadamente 60 casas y unos 300 habitantes, tiene 2 calles principales, la Congreso de Tucumán, que nace en la calle San Martín y termina en el conglomerado visitado, y el bulevar Libertad. Otras, transversales, son muy cortas y no tienen salida.

Las primeras casas se levantaron en la década del '40, cuando todo por ahí eran terrenos incultos y fincas, ambiente rural que todavía se percibe, representado por los paños de los viñedos de la cercana bodega Lagarde.

Una curiosidad del sitio es que en los extremos de la Tucumán, el eje oeste-este, existen 2 prestigiosos colegios, el San Pablo, de los Hermanos Menesianos, y el N° 4-151 Benito Marianetti; este último propiamente en la jurisdicción barrial, ya que el primero pertenece a la vecindad de Villa Gaviola.

El presidente de la unión vecinal, Jorge Astudillo (49), y Julio Jofré (55, empleado municipal), contaron que al barrio lo constituyeron antiguas familias que con mucho esfuerzo fueron mejorando un sector que estaba bastante olvidado del progreso.

Al Villa Francisca se entra por Congreso de Tucumán, ahora pavimentada, pero de tierra, más angosta y algo sinuosa 40 años atrás. Por entonces, no llevaba a ninguna parte ya que era un callejón sin salida. En ese entonces, los proveedores y abasteros entraban y pegaban la vuelta en el fondo porque la arteria era un verdadero cul-de-sac, como señalan los arquitectos para designar a un punto de entrada, que también es salida. Pero, el antiguo ingenio popular la bautizó con un término más vernáculo, simplemente "la Cola de Chancho".

 Los vecinos contaron que los pioneros de la entidad vecinal compraron un terreno en calle Monteagudo y allí se levantó un tinglado, pero en la actualidad urge completar el edificio que está en obra gruesa y brindar el servicio que los vecinalistas de la hora quieren proporcionar a los actuales residentes: fomento de la cultura, facilitar un sitio de reunión y mantener los vínculos familiares y amistosos, que, como se ha dicho, fue una característica hace varias décadas.

"Necesitamos más apoyo y un poco de ayuda oficial para terminar la sede", dijo esperanzado el presidente Astudillo, que también es coordinador de Entidades Intermedias de la Municipalidad de Luján de Cuyo.

Oscar Bilioto (62) pertenece a uno de esos clanes fundacionales del lugar, porque su padre, Dante (ya fallecido), se instaló hace mucho tiempo explotando una finquita y un almacén de ramos generales. Ahora vive Oscar (junto a su esposa Norma Barzola), sus 3 hijos y nietos, es decir, que el apellido aporta su cuarta generación.

En el bulevar Libertad hay un mástil, donde alguna vez hubo una placa que recordaba a la ya nombrada dueña de los terrenos, Francisca Mata, la inmigrante española que se vino a Argentina con sus padres huyendo de la convulsionada España de la Guerra Civil. Lamentablemente ese elemento de recordación fue robado hace tiempo.

Algunos pedidos

"Deberían protegernos más", señalan clientes y vecinos del quiosco de Zulema Garro, refiriéndose al clima de inseguridad de la zona, una problemática común en prácticamente toda la provincia y  gran parte del país.

Sin embargo, destacaron que actualmente hay muchas posibilidades de transporte público para los residentes que no tienen movilidad propia, merced a la circulación de las unidades del grupo 1 (línea 19). En materia de religión, un hito cercano es la parroquia Santa Inés, que levantó con mucho sacrificio el fallecido obispo Paulino Reale y muchas personas que le ayudaron.

Un pedido que se hizo por parte de varios vecinos fue que la calle Tucumán pudiera continuarse (termina en el colegio Marianetti) y conseguir con su prolongación, que debería rodear la escuela, vincular al sector con la lateral oeste del Acceso Sur, cuyo intenso tráfico pasa muy cerca del Villa Francisca.

 Entre otros reconocidos vecinos, los pobladores actuales recordaron a las familias de Jaime Soler, Julio César Jofré, Ampuero, Murciano, Guzmán, Rivarola, Escudero, Candiotto, Cristal, Villafañe, Margarita Zicatto y Mario Gatica. Otros recordados residentes  fueron Santos Hidalgo (ex obrero de Ciencias Agrarias), Domingo Chacón (de la ex Carbometal) y los Boccia.

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