Jorge Sosa - especial para Los Andes
El mundo ha soportado guerras, invasiones, luchas, coscachos, moretones, por distintos motivos. Algunos querían territorios, y bueno, vamos a buscar territorios, si son ajenos espichando al ajeno no hay quien reclame.
Algunos querían poderío sobre el mar, entonces los ingleses inventaron los piratas, que dio lugar a hechos tan horribles como las películas de corsarios y de Margareth Tacher. Algunos querían oro, como los españoles que vinieron a América. Se cansaron de buscar El Dorado los muy ambiciosos, sin darse cuenta que el único dorado que hay por esta zona es el que se pesca en el Paraná. Algunos querían petróleo, bueno, ahí tienen la última guerra de los cowboys americanos, sin ir más lejos.
Pues las disputas del futuro han de ser por el agua. Sí, como lo escucha, por el agua. El agua, el agua dulce, digo, va a pasar a ser material estratégico. Los polos se están retrayendo, los glaciares se van achicando, hay ríos que están escuálidos, las sequías progresan, sirva nuestro ejemplo como ejemplo. Puede terminarse el uranio, el plutonio y bueno haremos las bombas atómicas con plastilina. Puede terminarse el petróleo y bueno le pondremos pedales a los autos. Pero cuando comienza a escasear el agua comienza a escasear la vida.
El agua es escasa, y en todo el planeta tenemos lo que tenemos nadie nos suministra del cosmos cercanos dosis del líquido elemento. Y al agua que tenemos la estamos ensuciando de tal manera que ya ni siquiera es barro, es algo. Recuerdo la letra de la inmensa canción de Serrat:
“Si el hombre es un gesto el agua es la historia. Si el hombre es un sueño el agua es el rumbo. Si el hombre es un pueblo el agua es el mundo. Si el hombre es recuerdo el agua es memoria. Si el hombre está vivo el agua es la vida. Si el hombre es un niño el agua es París. Si el hombre la pisa el agua salpica. Cuídala como cuida ella de ti. Brinca, moja, vuela, lava, agua que vienes y vas. Río, espuma, lluvia, niebla, nube, fuente, hielo, mar. Agua, barro en el camino, agua que esculpes paisajes, agua que mueves molinos. ¡Ay agua!, que me da sed nombrarte, agua que le puedes al fuego, agua que agujereas la piedra, agua que estás en los cielos como en la tierra”.
Nuestra provincia sabe de eso, aquí, antes de cualquier canto, tuvo que cantar el agua. Los hombres, nuestros antiguos hombres, los que estaban cuando la historia no estaba, aprendieron a dominarla. Fue por eso que de todas las ciudades que se fundaron en la época de la conquista española la única que no se fundó sobre un río fue Mendoza. Mendoza se fundó sobre un río que hicieron los hombres: un canal.
Para nosotros siempre el agua fue lo más importante que tenemos y será lo más importante que podamos tener. Más que la vitivinicultura, el ajo, el Aconcagua, la Fiesta de la Vendimia, el turismo, el ajo, el petróleo, y el Cochero e Plaza. El agua. Pues bien, dicen algunos, que vienen por el agua nuestra. ¿Quiénes vienen? Bueno, dicen algunos que los mismos que nos hicieron pelota nuestros bancos. Vinieron por los bancos ahora vienen por el agua. Con los bancos nos fundieron, con el agua ¿nos matarán de sed?¿Qué tenemos que mirar? ¿La mitad del vaso lleno o la mitad del vaso vacío? Mire, tenemos que cuidar la mitad del vaso lleno porque si no lo hacemos muchos van a llenar sus piscinas hasta el borde mientras en las canillas de los pobres solo van a salir recuerdos.