Que Tom Cruise se convierta en el primer actor en filmar una película en el espacio no debería sorprender a nadie. Hablamos del hombre que fue piloto de élite, jugador de billar, veterano discapacitado de Vietnam, héroe indestructible, agente deportivo, orador motivacional, policía del futuro, samurái atormentado, asesino a sueldo, padre que enfrenta una invasión extraterrestre, soldado atrapado en el tiempo… Y también fanático de la cienciología, productor extravagante y romántico desquiciado en el sillón de Oprah. No es al azar que Ed Harris, quien interpreta a su superior en la secuela “Top Gun: Maverick”, a estrenarse próximamente, le diga: “Pese a tus mejores esfuerzos, te niegas a morir”.
Es que los 57 años, la carrera de Cruise nunca ha estado más activa. La pandemia de coronavirus ni siquiera afectó demasiado el rodaje de la séptima película de "Misión imposible", una de las franquicias más exitosas y que, al contrario de otras, mejora con cada entrega. ¿Acaso alguien todavía la asocia a la serie de televisión homónima de los '60? Cruise fue el productor que la hizo realidad y, junto a su socia, la todopoderosa Paula Wagner, definió cada director, reescritura de guion y hasta las escenas de riesgo, ya sea colgado de un rascacielos en Dubái, manejando una moto a toda velocidad o a bordo de un helicóptero. Aquí no hay doble de riesgo; todo es producto del coraje, carisma y acrobacia del actor.
Al revés que muchas estrellas de Hollywood, Tom Cruise es un éxito por sí mismo. La vez que quiso reflotar con "La momia" (The Mummy, 2017) el universo cinematográfico de monstruos de Universal, fracasó. Al público le interesa ver al Cruise que está de turno, ya sea con sus roles de la etapa Reagan, los más amables para el público de mediana edad o los que se vieron afectados por escándalos mediáticos.
Tan impredecible es que, 15 años atrás, inauguró una nueva era en la cultura pop: la del meme. El 23 de mayo de 2005, Cruise apareció en el show de Oprah para promocionar “La guerra de los mundos”, dirigida por Steven Spielberg. O al menos eso pensaban los televidentes. Es que el actor aprovechó la ocasión para declarar su amor por la actriz Katie Holmes: se subió al sofá, le agarró las muñecas a Oprah, la sacudió, se puso de rodillas ante las mujeres extasiadas del público y rompió con el hermetismo de su vida privada.
Tom volvió a ser el héroe romántico, empático y familiar. Capaz de decir que la cienciología lo curó de la dislexia, pero también de pasear con su nueva novia a bordo de una Harley-Davidson en la alfombra roja. Atrás habían quedado las decepciones con Mimi Rogers o Nicole Kidman, de quien se separó tras la incomprendida “Ojos bien cerrados” (Eyes Wide Shut, 1999), la última de Stanley Kubrick.
Pero los de Paramount, socios y responsables de muchos hitazos, no estaban muy satisfechos con su rebeldía. Cruise le habrá dado los mayores ingresos de las últimas décadas, pero se despacharon con dureza: “Es un actor fantástico, pero consideramos que alguien que efectúa suicidios creativos no debería formar parte del equipo”.
Disuelto el vínculo, el actor decidió resucitar United Artists para la producción de filmes como "Leones por corderos" (Lions for Lambs, 2007), fracaso en el que Tom compartió pantalla con Robert Redford y Meryl Streep en busca del Oscar que no tuvo por "Magnolia" (1999); y "Operación Valquiria" (Valkyrie, 2008), con más pena que gloria.
A esta última le afectó un boicot en Alemania, lugar de rodaje, ya que la familia del coronel von Stauffenberg, el militar interpretado por Cruise que había sido fusilado por planear el atentado contra Hitler, se manifestó en contra por el constante parloteo del actor a favor de la cienciología. Hubo hasta protestas durante el estreno de la película, tanto en Berlín como en Nueva York, donde la proyección privada tuvo que trasladarse a un cine más pequeño y menos expuesto. Y el alemán Thomas Kretschmann, inicialmente casteado para el rol que se llevó el estadounidense, no se equivocó con el resultado fallido de la cinta: "[Cruise] lo hace por ver si le dan por fin el Oscar, va a hacer el ridículo intentando parecer un aristócrata militar".
En paralelo, en un incipiente YouTube, todos se lanzaron contra Cruise por un video promocional de la iglesia de la cienciología en el que aparecía. Exaltaba las presuntas bondades de la secta, pero, obviamente, omitía los abusos físicos y psicológicos, las instalaciones secretas, los trabajos forzosos, el rechazo a la psiquiatría y la creencia en el dictador galáctico Xenu. Cruise parecía haber perdido el eje en su carrera: rompió su relación con la responsable de ser quién es (Wagner) y luego se divorció de Katie Holmes, preocupada por la influencia de Tom en Suri, la hija de ambos.
Recién en 2011, con el cálido recibimiento de "Misión imposible: protocolo fantasma" (Mission: Impossible – Ghost Protocol, 2011), la desgracia se esfumó. Durante su década de vida número 50, el actor lanzó dos de las mejores películas de su carrera: "Al filo del mañana" (Edge of Tomorrow, 2014) y "Misión imposible: repercusión" (Mission: Impossible – Fallout, 2018).
Después de exprimir la nostalgia con "Top Gun: Maverick", Cruise viajará al espacio no solo como la cara de un hito ridículo para Hollywood sino también de una táctica de la NASA para captar a la gente, desinteresada en el asunto desde el final de las misiones Apolo. "Necesitamos inspirar a nueva generación de ingenieros y científicos para hacer realidad los ambiciosos planes de la NASA", subrayó en Twitter el administrador Jim Bridenstine.
Como antecedente a la movida de Cruise, se espera que el 27 de mayo, la Dragon Crew de SpaceX ponga dos astronautas en órbita. No obstante, la cápsula desarrollada por la compañía de Elon Musk apenas tiene cuatro asientos, lo que deberá optimizarse para un eventual rodaje. Además, cada viaje privado al espacio cuesta unos 55 millones de dólares, según estimaciones extraoficiales.
Aunque ya tuvimos a Matthew McConaughey, Sandra Bullock o Matt Damon cruzando la última frontera, Cruise aplicará su propia regla para la travesía: él mismo viajará al espacio y se dejará documentar, sin pantallas verdes ni efectos exagerados. No sabemos qué edad tendrá para entonces, pero sí que es el único capacitado para hacerlo.