La estadía de la selección argentina en La Serena le permitió a muchos poder tener cerca a los ídolos que cada fin de semana siguen por TV en las mejores ligas del mundo. La presencia del equipo de Martino despertó el interés de algunos, que dejaron muchas cosas de lado para poder acercarse y al menos verlos pasar en el micro del hotel al centro de entrenamientos.
En el caso de Abel Dip es diferente, al menos desde todo punto de vista. El "Turco", como le dicen sus amigos nuevos en La Serena, tuvo uno de los momentos más inolvidables para su vida. Amante del fútbol, como cualquier argentino, fue quien le hizo el asado a la Selección el último domingo, cuando almorzaron en la parrilla "Martín Fierro".
"Aún no lo puedo creer. Desde hace días sabíamos que iban a venir, pero cuando entraron y estaban a dos metros de nosotros se me paralizó todo. Ver a Messi ahí, cuando lo disfruto por tele cuando juega en el Barcelona...", recuerda con la vista perdida y aún incrédulo de la vivencia que experimentó.
Abel, un cordobés de San Francisco, llegó hace cinco años a La Serena en busca de un buen pasar y es el parrillero número uno del restorán que a pesar de ser el día del padre el domingo, cerró para recibir exclusivamente al plantel de Gerardo Martino.
"La gente estaba como loca afuera. El chileno no entendía porque no los dejaban pasar y estuvieron haciendo cola afuera hasta que se fueron para entrar a comer. Después, tuvimos que prepararles todo en poco minutos, pero qué importa, ya había tenido el momento de gloria", afirmó.
Como recompensa mayor se llevó su camiseta de River que trajó para la ocasión con el autógrafo de varios jugadores, entre ellos La Pulga. Pero, también le firmaron el delantal rojo con el que trabajó ese día. "Este también lo enmarco", contó con emoción.
Pero el encuentro con los cracks de la Selección no pasó desapercibido para sus amigos en su San Francisco natal. "Me odian, imaginate. Ellos hacen todo para ir a la cancha y poder conseguir algo de sus ídolos y yo los tuve a todos juntos acá y hasta les hice el asado", agregó, con la felicidad que le brotaba hasta por los poros.