Los guardavidas de Santa Fe salieron a aclarar que "no es alarmante" la aparición de palometas en las playas de la ciudad, luego de que el paso de un cardumen dejara unas 40 personas con mordeduras en lo que va del año y circularan versiones de una nueva invasión de los peces.
Sergio Berardi, a cargo de la filial Santa Fe del Sindicato Único de Guardavidas (Sugara), explicó que "la situación se ve potenciada por la aparición de las noticias en los medios o la viralización de videos", pero en opinión de su gremio "no es algo que deba alejar a los bañistas porque existen maneras de prevenir los ataques".
"En la segunda semana de enero, entre el 7 y el 13 aproximadamente, hubo 40 personas mordidas en los balnearios Espigón I y II y Playa Grande, en la ribera oeste de la laguna Setúbal, y se trató de un cardumen que pasó porque luego no hemos tenido nuevos casos", expresó el dirigente.
Berardi dijo que "la mayoría de los casos se dio el jueves 11, el día de mayor calor de todo el año", pero sostuvo que "con los días un poco más frescos y el repunte del río" la amenaza de las palometas se disipa y "es muy probable que no volvamos a tener casos de mordeduras".
Sobre un video que se viralizó en las redes sociales, donde se observa a un hombre arrojando carne al agua con decenas de palometas mostrando su voracidad para comer, el guardavidas explicó que es normal que suceda: "Si se esparcen granos de maíz como cebo se arriman las bogas; si se tira carne, las palometas se desesperan porque además de ser omnívoras son voraces".
De todas maneras, el presidente comunal de Arroyo Leyes, localidad situada unos 20 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe, desmintió que el video se haya filmado allí porque "la costa que se observa no condice con las condiciones de nuestros ríos".
Ante la presencia de las palometas, las autoridades de la filial Santa Fe del Sugara acordaron con el municipio de Santa Fe establecer un código de bandera y un dispositivo sanitario.
Si bien todavía no fue informado oficialmente, el sistema se implementará con banderas rojas para alertar sobre el riesgo de palometas y también habrá banderas blancas para avisar sobre niños perdidos.
Al respecto, Berardi señaló que "con responsabilidad de los mayores y un correcto trabajo de prevención las palometas no deberían representar un problema".