Nunca pasarán desapercibidas las apariciones de Nicolás Gil Pereg por los Tribunales. Este viernes el israelí acusado de matar a su madre y a su tía volvió a estar en una audiencia e hizo "de las suyas". Salió maullando nuevamente, preguntó por sus gatos y hasta insinuó que podía suicidarse. Además, le pidió a un juez que su dinero pase a sus abogados y terminó en un neuropsiquiátrico.
Ante el juez Eduardo Martearena se trató este vez una cuestión puramente económica, sobre los 4 millones de pesos que se le habían secuestrado en los allanamientos en su vivienda de Guaymallén, y en donde fueron encontrados los cuerpos de Pyrhia Sarusi (63) y Lily Pereg (54), madre y tía respectivamente del sospechoso. Es que el magistrado había ordenado que todo ese dinero-consta de pesos argentinos, dólares. euros y moneda de Israel y Nueza Zelanda-fuera depositado en un plazo fijo y que el interés generado quede para los abogados defensores en forma de pago por sus servicios.
Los letrados Maximiliano Legrand, Lautaro Brachetta y Marcos Segovia querrían quedarse con la totalidad de la plata, que en primera instancia fue utilizada como embargo. Gil Pereg habló en la audiencia y manifestó la voluntad de que esto sea así. Tras escucharlo, el juez le dijo a los abogados que primero prueben que el acusado es capaz y tiene voluntad racional de decidir.
Esto último en principio pondría en aprietos a la defensa, que plantea la hipótesis de la inimputabilidad del israelí al no comprender sus actos.
Además de referirse al dinero, Gil Pereg pidió ser internado en un neuropsiquiátrico ya que en el penal es hostigado y podría quitarse la vida. Aseguró que le "pegan y lo obligan a bañarse".
Ante esto, Martearena decidió enviarlo al hospital Carlos Pereyra para que sea revisado por los médicos. Luego de la evaluación, los profesionales determinaron que estaba en buenas condiciones y que podía regresar a la cárcel, lo cual se concretó entrada la noche de este viernes.
En la audiencia el imputado no se olvidó de hablar de sus 37 gatos, a los que él llama sus "hijos", y preguntó si ya fueron dados en adopción. Actualmente los animales están a cargo de una ONG, pero Pereg quiere se los den a sus abogados.
Tras esta jornada muy particular, la causa sigue su rumbo y la fiscal Claudia Ríos suma detalles y elementos para elevarla a juicio en los próximos meses.