Manu Ginóbili tiró a un segundo del final, con la marca encima, y encestó el doble más festejado en la historia del básquet argentino. Fue un 15 de agosto en los Juegos Olímpicos Atenas 2004 para eliminar nada menos que a Serbia y marchar hacia la medalla dorada.
Alejandro Montecchia avanzó por izquierda cuando se apagaba el partido, habilitó al mejor jugador del que se tenga memoria en el baloncesto nacional, y gracias a su "palomita" la Argentina festejó hasta el hartazgo el triunfo por 83-82. Después, claro, lo que todos saben, el camino hacia la medalla dorada.