Un intento de robo terminó de la forma más insólita luego de que el asaltante que había ingresado a un bar primero amenazara a la cajera con un arma y luego terminara pidiéndole disculpas y a los abrazos con la mujer.
El particular atraco ocurrió en un local del sur de Gales el 27 de diciembre pasado cuando Luke Jones, un habitual cliente de 29 años, ingresó al negocio con su cara cubierta y un revólver en la mano. Allí se encontró con Yvette Smith, quien era la encargada de la caja.
Jones extrajo de su ropa el arma y apuntó directo a la cabeza de la mujer, quien quedó en estado de shock. La violencia del ladrón hizo que la víctima intentara varias veces quitarse de su rostro el revólver con el que el hombre la apuntaba y amenazaba.
Fue en ese momento cuando la mujer reconoció la voz del ladrón: se trataba del cliente que visitaba el bar con frecuencia.
Al identificarlo lo llamó por su propio nombre y el sujeto cambió totalmente su actitud: se descubrió la cara y se identificó, para luego darla abrazos e intentar contener los nervios de la trabajadora. Luego dejó el arma en el mostrador y huyó del lugar.
La policía encontró a Jones a escasos metros del lugar, escondido en la casa de su padre. Cuando lo detuvieron intentó defenderse diciendo que solo quiso jugar una broma, pero tras el juicio que lo condenó a ocho años de prisión, el acusado confesó que el dinero del robo pensaba usarlo en drogas.