Una joven chilena alertó sobre los riesgos de observar un eclipse solar sin la protección adecuada. Terminó con severos daños en 2010 y, en la previa del último apreciado en Argentina y Chile, contó su experiencia.
"Miré y ¡pum! Me quemé inmediatamente. Uno no alcanza a sortear nada, es un accidente", contó Daniela Ponce, explicando las graves repercusiones que sufrió tras ver el eclipse parcial del pasado 11 de julio de 2010 en Quilpué.
"De curiosa fui a ver, estaba nublado. Pero de pronto se corrieron las nubes, me llegó la luz del sol y me quemé la retina", recordó. Según Daniela, en aquel tiempo estudiaba Derecho por lo que las secuelas complicaron su actividad cotidiana. Aseguró que sufrió un estrés post-traumático, tras lo cual decidió cambiarse de carrera a Sociología.
En la actualidad, ya está recuperada, pese a utilizar anteojos. "Yo veo todo, pero pixelado, como con luz y sombras. Ahora me ven tranquila y feliz, pero durante nueve años fue súper trágico porque no podía llegar y prender la luz de una pieza sin usar mis lentes", dijo.
Vale recordar que los eclipses solamente se pueden observar directamente sin riesgos usando lentes con certificación ISO 12312-2 o equivalentes, como el vidrio de máscara de soldar grado 14 o superior.