María Eugenia Vidal no adelantará a junio las elecciones provinciales, que de esta manera se realizarán el mismo día de las presidenciales, el domingo 27 de octubre. Es decir que la gobernadora, que es la estrella de Cambiemos, será candidata a la reelección en la misma boleta del presidente Mauricio Macri, que está golpeado en su imagen como consecuencia de la crisis económica del país.
La decisión de mantener la concurrencia de ambos comicios, que supone un riesgo electoral para la mandataria, la comunicó ayer el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai. De esta manera, le puso fin a una incógnita que mantenía en vilo a toda la política nacional. Es que se trata nada menos que del principal distrito electoral del país, que concentra el 38% del padrón nacional, y en el que es fuerte nada menos que la principal adversaria de la Casa Rosada, la senadora y ex presidenta Cristina Kirchner. Vidal tomó la determinación, tras negociaciones con Macri, que no quería que anticipara (desdoblara, en la jerga política) los comicios.
Sin Vidal en la boleta, a Macri se le reducen las chances de ser reelegido en octubre. La aguda crisis económica afectó la imagen positiva del mandatario, que no está por ahora a la altura de una contienda presidencial y además siete de cada diez argentinos desaprueban su gestión. El líder del PRO confía en que una relativa estabilización de la economía durante los próximos meses le permita mejorar su consideración en la opinión pública, pero también necesita tener a Vidal en la misma boleta y hacer campaña a la par de ella.
Jugar en equipo
Para la gobernadora, en cambio, aparecer pegada a Macri podría significarle un perjuicio. Por eso se evaluaba adelantar los comicios locales. Con todo, Salvai le dijo ayer al diario Clarín que "Cambiemos va a jugar en equipo y Vidal cree que tiene buenas chances de triunfo para ser reelecta".
El jefe de Gabinete bonaerense, esposo de la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, también argumentó que Vidal "quiere que los bonaerenses no tengan que votar tantas veces" y que "el desdoblamiento sería una decisión muy costosa en este momento para la Provincia".
El adelantamiento de los comicios bonaerenses para junio (es decir antes de las PASO, de agosto) era promovido por un sector de Cambiemos, acompañado por el radicalismo provincial, que consideraba que no solamente Vidal tenía más chances de revalidar su cargo sino también el propío Macri, por el impulso que le otorgaría el eventual triunfo previo en el principal distrito electoral del país. La idea no prosperó.
Respeto por las reglas
Además de necesitar a Vidal a su lado y en la misma boleta, Macri entendía que el desdoblamiento suponía una señal de debilidad suya y, a su vez, una triquiñuela que se contradecía con la propuesta de Cambiemos de mantener reglas de juego claras, estables y ceñidas a la ley. Por eso no fue casualidad que la semana pasada el frente Cambiemos resolviera institucionalmente que los candidatos a gobernador de la alianza oficialista tendrán prohibida la participación en la elección de octubre, tanto como integrantes de una fórmula presidencial como en listas de postulantes a diputados y/o senadores de la Nación.
Por ejemplo, si Mario Negri compite por la gobernación en Córdoba, no podrá ser candidato a diputado nacional. La resolución, firmada por las autoridades de los tres partidos de Cambiemos, el PRO, la UCR y la Coalición CívicaARI, fue un mensaje para las internas oficialistas de Córdoba, Santa Fe y Tucumán, donde la Casa Rosada no logra candidaturas de consenso. Pero también era un mensaje para la exitosa Vidal.
Alivio en el peronismo por la decisión
Dirigentes del peronismo y del kirchnerismo salieron a celebrar la decisión de la gobernadora. "Resulta inadmisible que hayan siquiera evaluado despilfarrar más de 3.000 millones de pesos en un desdoblamiento electoral totalmente innecesario para todos los bonaerense.
Esto demuestra una vez más la improvisación del Gobierno. Nos llevan permanentemente a situaciones de ensayos de prueba y error", dijo Fernando Gray, presidente del PJ bonaerense, aliado a Cristina Kirchner.
El adelantamiento de los comicios habría significado un verdadero problema para el peronismo bonaerense, porque los habría obligado a definir más rápidamente las candidaturas, sin que se hubiera develado el misterio del momento: si Cristina será o no postulante a la Presidencia otra vez.