Las actividades sociales y el ejercicio físico son dos herramientas fundamentales para darle batalla al Alzheimer, cuyo Día Mundial se conmemora hoy. Los especialistas señalan que estas prácticas pueden ralentizar el avance de la enfermedad y aportar a la calidad de vida de las personas afectadas. Por otra parte, destacan que también son recomendables para disminuir el deterioro mental en personas sanas.
“La sociabilización es muy importante en la fase preventiva para personas sanas de mediana edad (a partir de los 50 años), ya que ejerce un efecto protector”, señaló el neurólogo Daniel Zuin. El médico, quien trabaja con estos pacientes en un hogar de día, agregó que “una vez que está constituida la enfermedad mejora el ánimo, el aspecto conductual y el trabajo mental, lo que en definitiva mejora la calidad de vida”.
En los mismos términos opinó Cecilia Ortiz, neuropsicóloga especialista en Alzheimer, quien explicó que esta patología no puede prevenirse porque es una enfermedad congénita, no es que sea hereditaria. Señaló que es como si estuviese en el "disco rígido" de la persona y de manera aleatoria puede desarrollarse o no en pacientes que tengan algún familiar que la haya tenido. "Lo que se puede hacer es retrasar el inicio y una vez que se manifiesta, retrasar el avance", subrayó.
Lo fundamental es favorecer la plasticidad mental, fortalecer y crear conexiones neurológicas, destacan los especialistas.
Lo que hay que tener en cuenta es que las posibilidades de concretar estas actividades sociales, cómo y dónde dependerá del nivel de avance de la enfermedad y que si estuviese ya en un estadío avanzado, deberán hacerse en un espacio contenido y controlado, como los talleres que se organizan especialmente para estos pacientes o en centros de día.
Zuin mencionó además que la participación del paciente en estas instancias permite el alivio por algunas horas para la persona que está a cargo de su cuidado, tarea que puede ser muy desgastante.
Beneficios
El Alzheimer se presenta con manifestaciones como falta de memoria, olvido de cuestiones comunes en la vida del paciente y hasta de palabras de uso habitual; también con bruscos cambios de humor y falta de iniciativa.
El cuadro hace que el paciente tienda al aislamiento, justamente todo lo contrario de lo que se recomienda. Esto particularmente en la primera etapa, en la que es consciente de lo que le está sucediendo, se encuentra incómodo y está haciendo un duelo por el diagnóstico.
Los profesionales reconocen que no todos los pacientes se adaptan a realizar estas prácticas. "Las actividades grupales implican interacción con otras personas, intercambio de ideas y conceptos, oportunidad de ejercitar el lenguaje, adaptación, empatía; también aumentan la reserva cerebral y ayudan a reducir el riesgo de depresión", destaca en un documento la neuróloga María Alejandra Amengual, del Sanatorio Los Arcos de Buenos Aires.
Indica además que el ejercicio físico ayuda a controlar la presión arterial y el sobrepeso, reduce el riesgo de diabetes y de algunos tipos de cáncer. Por otra parte, genera bienestar y es una excelente oportunidad para compartir actividades con amigos y familiares.
Ortiz, por su parte, destacó que “la vida social estimula las neuronas, te hace conectarte con otros, despierta la parte emocional y genera empatía”. Por eso, los talleres y actividades donde se encuentran con personas con el mismo diagnóstico son positivos en tanto se encuentran con otros que transitan por lo mismo y los saca de la soledad. “Es como compartir el dolor del diagnóstico”, consideró.
30 millones de personas son las que en el mundo sufren Alzheimer, enfermedad cuyo diagnóstico ha mejorado pero que sigue sin tratamiento curativo.
Los cuidadores tienen un desafío diario
Quienes tienen a cargo el cuidado de personas con enfermedad de Alzheimer en estado avanzado tienen por delante un desafío cotidiano que puede resultar arduo. Ronald Petersen, del Centro para la Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic -Estados Unidos-, enumera algunas recomendaciones para facilitar la cotidianidad y ayudar a que el ser querido conserve el sentido de la autosuficiencia y la dignidad.
Programe muy bien el horario. Establezca una rutina diaria para que los días sean más predecibles y menos confusos. Programe las tareas más difíciles, como bañarse o acudir a citas médicas, para la hora del día en la que el enfermo esté más calmado.
Adapte la rutina según sea necesario. Por ejemplo, si su ser querido insiste en usar las mismas prendas de vestir todos los días, considere adquirir varios atuendos iguales.
Sustituya la ropa sucia con la limpia, mientras su ser querido se baña.
Tómese su tiempo. Anticipe que las cosas llevarán más tiempo que antes. Programe más tiempo para terminar las tareas a fin de que no sea necesario apurar al ser querido.
Involucre a su ser querido. Permítale hacer lo máximo posible, con la menor cantidad de ayuda. Por ejemplo, su ser querido tal vez sea capaz de vestirse solo si usted le deja la ropa colocada en el orden en que debe ponérsela.
Restrinja las alternativas. Mientras menos alternativas hay, más fácil es decidir. Por ejemplo, permítale escoger entre dos atuendos, pero nunca entre todo el armario. Retire las correas y los accesorios que posiblemente no se pondrá bien.
Reduzca las distracciones. Apague el televisor y reduzca al mínimo las distracciones a la hora de la comida y durante las conversaciones, para que su ser querido pueda enfocarse mejor en la tarea que realiza en ese momento.
Tomar medidas de seguridad. Prevenga caídas eliminando elementos que puedan provocarlas y coloque elementos para sostenerse. Instale cerraduras en los armarios que contengan cualquier cosa potencialmente peligrosa, revise la temperatura del agua, mantenga alejados objetos que puedan provocar fuego.
Ofrecer ayuda a los cuidadores. Requieren mucho apoyo en su tarea, por lo que se sugiere proponer colaboraciones específicas como realizar compras, cuidar al paciente o mantenimiento del hogar. También se sugiere mantener el contacto, ya sea de manera personal o con mensajes, para levantarle el ánimo.
Zuin señaló que la actividad física debe hacerse sin exigir al paciente y de acuerdo a sus posibilidades, y que por otra parte debe resguardárselo de la posibilidad de que se ocasione algún daño. Si se realiza en espacios abiertos es mucho mejor, ya que estimula los sentidos y tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo.
Entre las prácticas recomendadas destaca el teatro, ya que además se divierten; también la musicoterapia y las tareas manuales, vinculadas a la expresión artística y la creación de artesanías.
También se recomiendan las caminatas, la práctica de yoga muy tranquila, jugar a las bochas y en términos generales, actividades que no involucren demasiado esfuerzo físico.
De qué se trata la enfermedad
Proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 21 de setiembre ha sido declarado el Día Mundial del Alzheimer. Se estima que en Mendoza hay alrededor de 1.200 pacientes, una proporción de la población que puede ir en aumento en tanto la edad es un factor de riesgo.
Se calcula que hay casi 50 millones de personas con demencia en el mundo y que esta cifra se triplicará hacia 2050.
La enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular (secundaria a accidentes cerebrovasculares o ACV) son responsables del 90% de los casos de demencia.
Se manifiesta en general a partir de los 65 años, mientras que la expectativa de vida se ha incrementado por lo que cada vez más personas superan esa edad y viven varios años más, lo que los deja más vulnerables frente a esta enfermedad.
La neuropsicóloga Cecilia Ortiz detalló que los factores de riesgo son la edad, el estilo de vida, la hipertensión y la diabetes.
Por otra parte, señaló que “si bien la educación no es un factor que prevenga, sí se ha visto que en personas con mayor educación avanza más lento por las conexiones neuronales”.
Por otra parte destacó el impacto de la jubilación, a partir de la cual muchos están menos estimulados cognitivamente, por lo que se recomienda incorporar otras actividades.
Disertación de especialistas
En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Alzheimer y del Día de la Sanidad, que se celebran cada 21 de setiembre, se realizará la primera Jornada “Día Mundial del Alzheimer”.
Será hoy de 18.30 a 20.15, en el Salón de los Pasos Perdidos de la Legislatura (Paseo Sarmiento 295, Ciudad). La participación es abierta y gratuita y los cupos son limitados.
Disertarán el doctor Juan Ignacio Bacha sobre "Características clínicas del Alzheimer y síntomas psiquiátricos" y la licenciada Cecilia Ortiz sobre "Síntomas cognitivos y apoyo a la familia de pacientes con Alzheimer".
Algunas recomendaciones
José Antonio Lorences, geriatra y psiquiatra, destacó algunos recaudos que pueden tomarse para prevenir el deterioro cognitivo.
- Seguir en la escuela (primaria, secundaria, terciaria) hasta después de los 15 años por lo menos.
- Reducir la obesidad, controlar la hipertensión arterial, eliminar el tabaquismo, evitar el sedentarismo, incentivar la actividad social, corregir la depresión, mejorar la disminución de capacidad de los órganos sensoriales (visión, audición) y controlar la Diabetes Mellitus tipo 2, que es una enfermedad metabólica y vascular (obstruye arterias de todos los tamaños).