De Charles de Gaulle, cuya esposa era llamada afectuosamente “Tía Yvonne” por los franceses, a François Hollande, cuya presunta relación con una actriz hace correr hoy ríos de tinta, la vida privada de los presidentes franceses ha estado salpicada de sonadas historias de amor.
Fue con Valéry Giscard d'Estaing que la vida privada y amorosa de un presidente irrumpió en la plaza pública. Se le atribuían numerosas relaciones, entre ellas una con la fotógrafa Marie-Laure de Decker. El caso, llamado del “camión del lechero”, fue revelado en setiembre de 1974: policías y bomberos fueron enviados al alba al lugar de un accidente en el que el presidente, con bella compañía (se habló entonces de una actriz célebre), había chocado con la camioneta de un lechero.
La “revelación” más sensacional sobre la vida amorosa de un jefe de Estado francés se produjo bajo la presidencia de François Mitterrand (1981-1995). Rumores sobre una doble vida del presidente corrían desde hacía tiempo cuando la revista Paris-Match publicó el 3 de noviembre de 1994, las fotos de una joven sumamente parecida a Mitterrand, Mazarine Pingeot, hija natural del presidente, cuya existencia fue mantenida oculta durante mucho tiempo.
Cuando Jacques Chirac ocupó la presidencia en 1995, tenía ya una sólida reputación en asuntos de amores. Chirac reconoció su gusto por las mujeres.
El mismo año en que Nicolas Sarkozy fue elegido presidente, 2007, la prensa publicó fotos suyas con la cantante y ex modelo Carla Bruni en Disneylandia, cerca de París. En enero de 2008 el presidente declaró: “Con Carla, es serio”. La boda se celebró poco después.