Hace semanas, cuando cumplí 98 años de edad, reflexioné sobre la etapa de mi existencia, llegando a la conclusión de que la vida plena es la que se transita hasta los 90 años.
Y explico por qué. La pasión es lo que nos mantiene más jóvenes en una etapa de mayor libertad y ocio y esa forma permite explorar nuevos territorios en la compañía de familiares y amigos.
Es lo que siento tras trabajar toda una vida, interviniendo en entidades de bien público y haber practicado deportes y cultivar la amistad con una legión de amigos.
El hombre o la mujer que ha llegado a esa etapa, tras haber cumplido con las obligaciones laborales, se permite despertar cada mañana con metas a cumplir, como leer, escribir, hablar por teléfono o asistir a un espectáculo, artístico o deportivo, y no quejarse de que no hay nada que hacer.
También hay una predisposición al cuidado de la salud para sentirse mejor, pero reitero que una vida plena se vive hasta los 90 años.
Todo lo que comento es la actividad que entiendo se practica cuando uno ha tenido una vida plena y extensa y arribar a los 90 compartiendo con la familia, especialmente los nietos y bisnietos.
Ahora intentaré referirme al estadio de las personas que superan los 90 abriles, etapa en la que me encuentro.
Recuerdo a mi fallecido hermano mayor, nacido en 1905, que un día me dijo: “Yo he vivido mucho, no tiene sentido cargarse más años para transitar un futuro incierto”.
Comprendo hoy sus reflexiones al estar transitando una etapa de la vida invadida por olvidos, indiferencias y experiencias buenas y malas, resultado de una larga trayectoria.
Además, al llegar a esta edad es lo más probable que se haya perdido, como es mi caso, a la compañera con la que se compartió tantas experiencias.
Entonces concluyo: la vida plena se vive hasta los 90 porque la etapa siguiente seguramente nos encontrará con menos salud, menos paciencia y dificultades hasta para descansar y uno tienda a buscar la soledad porque nada ya atrae como antes y se llega más fácil al aburrimiento y el aislamiento.
Julio César Bac
Publicista que trabajó 60 años en el rubro