El 2 de diciembre de 1993, tras un espectacular operativo de las autoridades colombianas, sobre el tejado de una casa de Medellín terminaba la vida de Pablo Escobar Gaviria, el narcotraficante que sembró el horror en su país al declararle la guerra al estado colombiano en los años 80.
Su viuda, Victoria Eugenia Henao, y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela, huyeron del país y peregrinaron por distintas ciudades hasta que terminaron asentados en Buenos Aires en diciembre de 1994 con otras identidades. Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos, Juan Pablo es ahora Juan Sebastián Marroquín Santos y Manuela se llama Juana Manuela Marroquín Santos, identidades que fueron reveladas hace algunos años por su propia voluntad.