River derrotó a Rosario Central y sigue cerca de la cima. El equipo de Gallardo, que viene de conseguir el pase a semis de la Libertadores, no contó con Mercado, Sánchez y Mora, pero sí con el regreso de Aimar, desde el banco de suplentes. Gutiérrez, tras una perfecta habilitación de Pisculichi, se la picó a Caranta y abrió la cuenta a los 13’ del primer tiempo. Quinto del colombiano en el certamen.
Central, obligado, sometió a River. Con la movilidad de Cervi, bien apoyado por Musto y Aguirre. Así, de a poco, el Canalla arrinconó al local, que sufrió ante cada centro. Cuando el visitante se dio cuenta que había grietas en el fondo de River, aceleró.
Así, Funes Mori bajó a Ruben, Pitana se hizo el distraído y omitió un claro penal. Luego, Barovero se lució ante Aguirre, le ahogó el empate a Domínguez, y apuró a Cervi en un mano a mano. También el Millo tuvo sus chances.
Rojas, en una contra, quedó mano a mano con Caranta y definió al cuerpo del arquero. Pisculichi tuvo la suya, con un remate que pasó rozando el palo. Y Maidana, sobre el cierre, se lo perdió de cabeza el 2-0.
El ST fue una continuación de lo que había sucedido en los primeros 45. Central con la pelota, River resistiendo. A los 7’, Rojas tejió una ataque por izquierda y envió un centro para Teo, que perdió en el mano a mano con Caranta.
Entonces, fue el momento de Central, que presionó y puso a River contra las cuerdas. Con un Villagra que lastimó en cada proyección, con Musto que recuperó por él y por sus compañeros, por Colman que se apropió de la pelota y manejó los hilos del visitante.
Entonces se sucedieron los ataques de Central y apareció en escena, una vez más, Barovero. Primero le sacó un balazo a Delgado, luego, voló hacia su otro palo para impedir el 1-1. Y cuando el arquero no pudo, Vangioni se jugó la humanidad para que Central no festeje.
A los 29’, en pleno dominio de Central, ingresó Aimar. Su carta de presentación, un caño. Luego, una gambeta. River lo disfrutó y salió del acoso.
Cuando se iba el partido, Solari desbordó, Boyé cabeceó al palo y Mayada, de carambola, sentenció el resultado.
Una sensación única para el 'Payaso' Aimar
“Es difícil dejar de jugar porque extrañás esa mezcla de sensaciones”, sintetizó el Pablo Aimar, quien, tras someterse a dos intervenciones quirúrgicas, ingresó en el último cuarto de hora del triunfo ante Rosario Central.
Otro de los motivos de enorme satisfacción para quien fue mundialista con el seleccionado consistió en que sus hijos por fin lo vieron jugar en la Argentina y con ese ambiente tan pasional. “Les habrá parecido rarísimo porque en las canchas que me vieron ellos no se vive así el fútbol”, destacó Aimar, tras el partido.