Tanto Vélez como Banfield llegaron a este compromiso con la clara obligación de ganar, ya que su presente no es para nada bueno. Y en la calurosa tarde del José Amalfitani, el triunfo fue para el dueño de casa, que ganó por 1-0, gracias al gol convertido por Lucas Pratto, a los 8’ del complemento.
¿Fue justa la victoria? Sí, absolutamente, ya que el Fortín fue superior y se mostró como un mejor equipo. Sin mostrar las cualidades que lo llevaron a ser principal protagonista en los últimos años, el equipo de Liniers estuvo más aplomado y dejó en claro que tiene más oficio. Con poco, solventado en la calidad que tiene Pratto, venció a un tibio elenco visitante.
Lo de Banfield sigue siendo malo en este torneo, más allá que se pondere la intención que pregona Almeyda. Es un equipo que quiere jugar, pero no tiene los intérpretes para hacerlo; por lo que se torna en un conjunto sin ningún argumento como para inquietar al rival.
Es decir, no genera situaciones de gol en consecuencia a sus intenciones; mientras que sufre constantemente en defensa por mostrar un claro desequilibrio.
Por lo tanto, ante esta mala campaña (13 puntos) comenzaron los problemas internos entre el entrenador y el principal referente del plantel, Walter Erviti, quien está acostumbrado a tener inconvenientes en los clubes donde juega.