Victoria: el barrio que surgió con casas de fin de semana en El Algarrobal

Al principio, a mediados de los ‘40, se promocionaba como Weekend Victoria. Amplios lotes conservan las familias radicadas allí en forma permanente.

Victoria: el barrio que surgió con casas de fin de semana en El Algarrobal
Victoria: el barrio que surgió con casas de fin de semana en El Algarrobal

En el centro del distrito El Algarrobal se encuentra desde hace casi 70 años el barrio Victoria, donde moran aproximadamente 4.000 personas.

Los comienzos hay que ubicarlos hacia 1946, cuando la firma Della Santa y Egea, con oficinas en Sarmiento 220 de Ciudad, empezó a realizar los primeros fraccionamientos.

La promoción de la inmobiliaria del luego intendente socialista de Godoy Cruz, Renato Della Santa, invitaba a adquirir lotes en una zona fresca de Mendoza, con numerosas vertientes de agua y una temperatura veraniega más agradable que la existente en la ciudad.

Los lotes costaban aproximadamente 1.100 pesos de entonces y se podían pagar en 100 mensualidades sin intereses. Inclusive el nombre que entonces tenía el fraccionamiento era sugerente, "Weekend Victoria", y el eslogan de los planos decía "Una oportunidad para quien desea levantar su casa para fin de semana".

Pedro Romo y Alfredo Luis Sánchez son dos antiguos vecinos de la zona y ambos se refirieron a la calle Paso Hondo, antigua ruta a San Juan, y a las dificultades de traslado que había antes, y al hecho de que "entonces faltaba de todo". Contaron los grandes cambios que ha experimentado la zona, ya convertida en un lugar de residencia permanente.

El Weekend Victoria, inicialmente trazado sobre Paso Hondo, se extendió, se fueron sumando casas y hoy esta fusión de poblados se denomina Villa Victoria, donde se encuentra el templo de María Rosa Mística.

Pero las viviendas actuales conservan lotes generosos, en general de 510 m2, y cubren unas 14 manzanas, distribuidas en forma irregular; la mayoría con todos los servicios, aunque no faltan sectores sin asfalto ni cloacas. Como los terrenos son amplios, en muchos hay 2, 3 y hasta 4 viviendas.

En los '70 y principalmente a partir de 1983, en la gestión municipal de Domingo Bartolomé, comenzaron a aparecer las mejoras.

El agua que llega a los hogares es de pozo, y se almacena en un gran tanque, visible desde varios lugares. La provisión del líquido es administrada por una comisión, la 19 de Noviembre, que preside una mujer, la maestra Roxana Escudero (36).

La perforación brinda el imprescindible líquido a una vasta zona, con alcance hasta El Borbollón. Roxana sostiene que no es sencillo conducir la entidad, porque de 1.000 bocas de agua, solo pagan la cuota los titulares de 300.

"A veces me dan ganas de renunciar", dice la educadora, "pero persisto porque hay gente muy buena que quiere progresar". Reconoce que en el estío la provisión del vital elemento tiende a disminuir.

Mónica Alvarado (38, 2 hijos) reside en el Victoria desde 1984. "Desde que tenemos la escuela (Yaciófano), el cambio ha sido notable. Antes los chicos tenían que ir a establecimientos retirados, como Provincia de San Juan, en el barrio San Pablo".

Esta mujer, cabeza de hogar, sostuvo que desearía que se terminara el asfalto y que todos los ciudadanos, hombres y mujeres, tuvieran un comportamiento solidario, cuidando el agua y la limpieza.

Hacia el este del conglomerado está emplazada la importante finca Rocío SA, perteneciente desde 2006 a la familia López, y que antes fue de los Galarraga.

Empresa familiar, se dedica a la producción de frutas, tomate y pimiento para consumo en fresco. En ese pujante establecimiento trabajan muchas mujeres de la zona.

La escuela Yaciófano es un baluarte en este complicado punto del departamento, donde, por supuesto, también campea la inseguridad.

Con 420 alumnas, el plantel educativo hace esfuerzos en la enseñanza y también en la contención del alumnado. Fue creada en 1989 por lo que este año cumplió 25 años de vida.

Dos de sus educadoras fueron exalumnas, viven en el lugar y ahora están al frente de grados. Son las hermanas Roxana (36) y Estela Escudero (34). La primera sostiene que "es un orgullo vivir y enseñar en este sitio, que en medio de dificultades, tiene potencialidades para mejorar".

Centro social y deportivo

Próximamente el barrio dispondrá de un centro deportivo y social, el último de una cadena de 20 establecimientos comunitarios de ese tipo distribuidos en la geografía departamental.

El edificio está en construcción en la plaza, a la que se le tomó una parte y al lado de la escuela.

La superficie total es de 4.500 m2. Tendrá un espacio de 918.00 m2, que contendrá una cancha de fútbol, 2 canchas de basquetbol y 4 de vóleibol. Tiene un salón de usos múltiples de 136 m2.

Dispone de un  un espacio verde y juegos infantiles integradores y una nueva forestación completa.

En el barrio conviven muchos jóvenes. La próxima puesta en servicio del centro comunitario será una posibilidad para encarar actividades y mejorar sus vidas

Pablo Araujo (20) es uno de esos pibes que enfrenta las dificultades actuales. "Me faltan 2 años para terminar la secundaria, me gustaría intentarlo, y también conseguir algún empleo".

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