Fusión de tango y rock empañados de una fuerza y carácter propios de algunos elegidos, son algunas cualidades innatas que se filtraron desde los 17 años en Victoria Di Raimondo. Una musa que entabló desde chica su idilio con el tango y las fusiones exquisitas que devinieron en “Altertango” (como ex integrante y cofundadora del grupo mendocino), para luego seguir su camino en solitario en la “gran ciudad”, con su talento innegable como ADN.
“Me fui a Buenos Aires a principios del 2014. Siempre había querido pasar un tiempo acá, era una cuenta pendiente con el tango que ha significado y significa tanto para mí, pero por distintas razones lo iba postergando”, apunta.
Una mixtura tanguera de canciones crudas y viscerales se desprenden en "Mariposa Muerta", la nueva placa del Cuarteto La Púa (la formación de tango porteña con tres discos y un consolidado estilo propio) y Victoria Di Raimondo en donde se embarcan juntos en un proyecto de nuevas canciones propias, y de otros autores en actividad. Y es justamente el contexto del 92° aniversario del Teatro Independencia, el festejo que los trae como parte de la grilla artística (ver cuadro aparte) para deleitarse este fin de semana.
El Cuarteto La Púa integrado por Leandro Angeli, Juan Otero, Cristian Huillier (en guitarras) y Pablo Sensottera (en guitarrón criollo), junto a la voz de Victoria Di Raimondo plantean desde el nuevo material nuevas formas y acordes con la sensibilidad de estos tiempos...Las problemáticas crudas de las situaciones sociales.
“El nombre del disco nace de un poema de Lele Angeli, unos de los guitarristas del cuarteto: ‘Tinta vieja, Mariposa muerta, alas rotas, tiempo derramado (respirando) azufre en el papel. Tinta nueva. Crisálida espera’... La frase hace alusión a la necesidad que tuvo nuestra generación, luego de una larga etapa de revisionismo y aprendizaje, de expresar los dilemas y problemáticas de estos tiempos. Más allá de que los grandes temas universales, el desamor, la soledad o la injusticia sean los mismos, los acontecimientos, el modo de expresarlos y el telón de fondo ya no. No son iguales a los de los 20’ o 40’”, argumente la intérprete.
- Algo que desnudan las letras de este nuevo material...
- En el disco, por ejemplo, hay una canción que se llama “Puente Pueyrredón” que habla de la masacre de Avellaneda y de los asesinatos de Kosteki y Santillán. Otra se llama “El aparecido”, y la letra es un contundente repudio a los represores de la última dictadura militar. Entonces pienso que hacer nuevas canciones, crear nuevos relatos que den testimonio de lo que hemos vivido, como generación, (de los que fuimos adolescentes en los 90) es imprescindible para mantener la vitalidad del género y lo que implica realmente una canción...
- ¿Qué implica desde tu mirada?
-Un compromiso más amplio...Hacer canciones es un compromiso con el mundo... Para mí es importante pensar la música popular en relación a la construcción de la identidad de nuestro país. Considero que debemos ser conscientes de esa responsabilidad con nuestra cultura a la hora de hacer música nueva. Creo que esta generación de músicos de tango está haciendo un aporte muy valioso a nuestra música popular.
- Letras que tienen mucho por decir...
- Tal cual. Testimonio de esta tinta nueva son algunos de los discos que salieron este año, como “Quilombo de Astillero”, “Las historias del humo” de 34 Puñaladas o “Tango sin reservas” de Juan Serén y “Los Púa abajo”, entre muchos otros.
- ¿Qué canciones compusiste en este nuevo material, qué inspiraciones tuviste?
- En “Mariposa muerta” solo hay una canción de mi autoría, “Mañanita”. Cuando los chicos me invitaron a trabajar en el disco, el repertorio y los arreglos ya estaban armados, pero finalmente la grabamos, porque habla de unas mariposas y del paso del tiempo, aunque siempre pensé que no hacía falta poner ni quitar nada.
- ¿Cómo fue sumarte al cuarteto en Buenos Aires?
- Apenas me instalé, los chicos de La Púa me propusieron cantar en este disco y esto se convirtió en un gran desafío para mí, porque aunque soy cuyana, no había cantado con cuartetos más que de invitada alguna vez, asique tuve que adaptarme a esa experiencia y aprender.
- ¿Porqué decidiste irte?
- Desde siempre quise hacerlo, es algo que deseaba y se dio... El 2012 y el 2013 fueron años muy raros para mí, debido a la popularidad de “Altertango”. Cada vez tocábamos menos en Mendoza –aunque en espectáculos más multitudinarios. El año antes de venirme había cantado sólo dos veces en la provincia, y tampoco tenía un trabajo fijo como ocurría con los demás integrantes de la banda. Entonces aproveché ese momento de inestabilidad para dar el salto, pero ojo que no fue al vacío porque tenía contacto con los músicos de esta ciudad desde hace muchos años. Además creí en ese momento, que mi presencia en Buenos Aires iba a beneficiar a Altertango por razones obvias, pero lamentablemente no fue así.
- ¿Aparecieron diferencias?
- Sí. Las diferencias en lo musical y en muchos otros aspectos vinculados al manejo del proyecto, se volvieron insalvables. No dejé la banda por haberme venido a Buenos Aires como se ha dicho, todo lo contrario. Los motivos fueron mucho más irremediables que la distancia.
- ¿Qué fue lo más complejo de partir y de vivir en la gran ciudad?
- No es tan fácil dejar la tierra de uno. Buenos Aires como toda gran ciudad, está llena de contrastes. A veces se pone brava y es puro cemento; otras veces es toda azul, violácea, de jacarandá y Art Nouveau. Entonces hay que estar muy bien parado para no sentirse abatido con esos extremos. Me impacta la deshumanización en todo su esplendor, en la ciudad todo está magnificado. Hay muchas personas durmiendo en las calles y una buena dosis de violencia cotidiana, con otra de velocidad a la que la lógica que un mendocino –que vive en un lugar mucho más amable- nunca logra adaptarse del todo.
También existe algo muy autorreferencial que responde a tu pregunta: la letra de Sinsur, un tango de Julián Peralta al que le puse una letra, poco después de haber llegado:“Náufrago en la desidia del asfalto y la impiedad (…) La brújula se pierde en el azar”. La contracara de esto son los cafés, la pizzerías, las librerías de Corrientes, la historia en general, y la nuestra como país.
- ¿Qué cambió en vos por dentro y en lo profesional en la Victoria de esos años en Mendoza, a la que hoy vive la impronta nostalgiosa de los cafetines porteños y tangueros?
- Bueno... Son veinte años de camino recorrido en este oficio de los tangos. En lo personal, creo que estar acá me ha fortalecido como a cualquiera que cambia de residencia, con los miedos e incertidumbres propios de esa experiencia. En lo profesional, vivir en Buenos Aires ha sido enriquecedor; he enfrentado nuevos desafíos y además tengo la posibilidad de trabajar con músicos que admiro y que me han enseñado mucho. Pero soy mendocina, ese cuño está en mí de manera profunda, y me hace ser lo que soy. Pero ni Buenos Aires es del todo nueva, ni Mendoza ha quedado atrás. Es un ir y venir permanente.
- ¿Extrañás algo en particular?
- Sólo he cambiado de residencia, porque viajo mucho y siempre estoy en contacto con mis seres queridos. Pero igual extraño a mamá, a la familia, a los perros –especialmente al “Shiru”-; a los amigos...Extraño el recorte de las montañas en el crepúsculo, y por supuesto ¡las tortitas! Pero aquí también estoy con mi familia: que son Alberto y mis tres gatos cuyanos, que viajaron por la ruta 8 junto conmigo. Además he encontrado apoyo en los amigos tangueros.
- ¿Hay un día promedio para vos, o son unos totalmente diferentes de otros?
- En estos días todo es una caja de sorpresas, con poca regularidad. Hay días para cantar, en los que trato de evitar los sobresaltos y guardar la energía para la ceremonia de cantar. Es algo que practico desde muy chica. El resto de los días son para ensayar, para estudiar y para trabajar con las canciones. Aprovecho las mañanas, me levanto, tomo café, después unos mates... Pero como aquí las distancias son más largas, siempre hay que tener en cuenta el tiempo para trasladarse.
Con “La Púa” ensayamos en Zona Sur, en el conurbano (que hasta no hace mucho era para mí un misterio). Así que 8.30 nos encontramos con Juan Otero en Constitución y tomamos el tren a Glew, para luego bajarnos en Remedios de Escalada. Otros días ensayo con mi amiga Paula, en San Telmo -donde viví hasta hace poco-, y tomo el subte “A” hasta Plaza de Mayo. Como me gusta caminar por la ciudad, no me molesta moverme. Generalmente me acuesto temprano y tomo una copita de vino para honrar nuestra tierra (ríe).
- Sos una caminante incansable de desafíos y proyectos ¿Qué se viene para el nuevo año?
- Son muchos: Grabar un disco con canciones que hicimos en autoría conjunta con Hernán Reinaudo para cuarteto de cuerdas, grabar una serie de canciones que compuse y que acabamos de estrenar hace una semana junto a la pianista Paula Gandino, y trabajar en nuevas canciones. Digamos que amando lo que vivo y viviendo lo que amo.
En primera persona
- Un recuerdo siempre presente: Mi viejo
- Un tango que te defina: ¡Qué difícil...! Podría ser "Golondrinas", por lo del "alma criolla errante y viajera".
- La alegría más grande de este año: Tuve varias grandes como cantar con la Orquesta Típica Julián Peralta en la Ballena Azul, terminar la práctica profesional de Letras en la UNCuyo y todas las presentaciones del disco con La Púa.
- Mendoza: Los afectos
- Buenos Aires: El tango, la música
- Una cuenta pendiente: estudiar música
- La vida pasa por... Enormes minucias, como decía Chesterton.
- ¿Qué ves cuando te ves? Veo a una mujer voluntariosa, que conserva algo de aquella nena que cantaba en la ventana para que los vecinos la escucharan, y de aquella chica desprejuiciada que iba con tapados de peluche en micro a cantar.
La ficha
92°Aniversario del teatro independencia
Actúan: Cangemi Grupo, Victoria Di Raimondo & Cuarteto La Púa.
Fecha y hora: Hoy, a las 21.30.
Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo).
Entradas: 2 por 800 grs de leche en polvo.