El tiempo. Fuente de inspiración de tantas obras maestras. A veces, amigo... y otras tantas, enemigo. ¿Quién pudiera controlar ese regalo preciado? Volver atrás para cambiar un error, pararlo para disfrutar un momento especial o hasta adelantar los minutos para no soportar el aburrimiento.
En fin. Un pensamiento que con mucha frecuencia pasa por nuestra mente. Y, claro, la de Víctor Heredia no es la excepción.
“Quiero volverme tiempo, para no pasar nunca”, son las palabras que marcaron una carrera llena de éxitos. Es que, de este modo comienza la canción Para cobrar altura, aquella con la que ganó el premio “Revelación Juvenil” en el festival Cosquín del año 1967.
“Recuerdo ese momento con mucha nostalgia porque cuando miro hacia atrás encuentro a aquel joven con sueños que se subió al escenario pensando sólo en cantar. Y, sin embargo, ese muchacho salió de allí con una distinción muy importante”, le dice Heredia a Estilo antes de su show de esta noche en el teatro Independencia.
–Imagino que, además de ese, los recuerdos son incontables.
–Después de toda una carrera, y más si es tan larga, hay un montón de cosas que se te vienen a la cabeza, pero principalmente los amigos. Conocí gente maravillosa, entre ellos, Mercedes Sosa y Armando Tejada Gómez. Personalidades que, para mí, son piedras fundamentales de la cultura popular argentina.
–¿Y pensar en Mendoza hacia dónde te lleva?
–En principio al reencuentro con un público al que se extraña después de tantos años de no ir. Y presentar un espectáculo de esta naturaleza, para mí, es el verdadero halago. Por otra parte, en mi memoria tengo imágenes maravillosas de otras actuaciones, como el Americanto o shows en Godoy Cruz y otras localidades de la provincia.
50 en vuelo
El espectáculo, que se podrá disfrutar esta noche en el teatro Independencia, es un resumen de la carrera del artista: 50 años con la música.
En él, Heredia expondrá en el escenario las canciones más salientes de su repertorio, aquellas que escribió y el público eligió como propias.
Así, repasará algunos de los temas que reunió en dos discos que grabó el año pasado junto a varios artistas.
–¿Cómo fue la selección de los acompañantes?
–Son amigos, grandes personas y artistas con los que compartí en distintas oportunidades escenarios, no sólo de Argentina, sino del mundo. Es como cuando uno festeja un cumpleaños: en lo primero que piensa es en los invitados. Y en este caso, por fortuna es una lista enorme de artistas admirados y queridos por mí y por el mundo.
–¿Qué sentís cuándo otros artistas interpretan tus canciones?
–Siento un halago muy grande y una emoción muy fuerte. Hay versiones de mis canciones interpretadas por otros que son realmente bellísimas. Pasando por la Negra Sosa, Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat. Realmente, la interpretación del Nano de Razón de vivir es impresionante.
–¿Creés que tus canciones traspasaron límites generacionales y se convirtieron en himnos?
–Sí. Y es algo de lo que me siento muy orgulloso. Por ejemplo, todo lo que plantea Sobreviviendo, especialmente el coraje, está ahí todavía. Parece una letra que escribí ayer… es una canción de lucha.
–Y en cuanto a la composición, ¿fue variando mucho con el paso del tiempo?
–La realidad es que uno se va acomodando en la medida que puede. Pero sinceramente creo que nunca abandoné la postura que tengo en relación a la escritura: la que me dicta es la realidad, yo no invento. Siempre me basé en mi entorno ya que es la mejor musa.
–La presentación es en el marco del homenaje a Oswaldo Guayasamín...
–Uno de los más importantes y auténticos artistas de América Latina. Toda su obra está referida a la lucha de los pueblos latinoamericanos y hace referencia, casi directa, también al sufrimiento de los pueblos originarios en América. Me parece extraordinario su trabajo y me enorgullece haber tenido la oportunidad de conocerlo y ser su amigo. Por eso es un placer estar presente en estas circunstancias
Un homenaje a la memoria
Llegar a cumplir 50 años sobre los escenarios es un lujo que no todos los artistas se pueden dar. Son miles de momentos y anécdotas atesoradas en la memoria y en el corazón. Por eso, para el cantautor fue difícil elegir, entre tantas, aquellas que marcaron su carrera.
“La primera actuación en el año 1972 en el Festival de Viña del Mar fue un gran suceso. En ese momento, el Presidente de Chile era Salvador Allende, a quien tuve el placer de conocer”, cuenta.
“También, durante esa época pude conocer y proponerle un trabajo a Pablo Neruda. La idea era musicalizar sus letras, algo que fue aceptado y dio lugar a un CD -ahora digo así, pero en aquella época era un LP (risas)- con diez poemas llamado Víctor Heredia canta Pablo Neruda. Y, finalmente, el álbum Taki Ongoy. No puedo dejar de nombrarlo porque es una obra indigenista que marcó muy profundamente a la gente y a la cultura de América", concluye.
Premios, de todos los colores
A lo largo de su trayectoria, el cantante cosechó múltiples galardones. Y varios de ellos son consagraciones destinadas a la élite de la música: ganador del Premio Konex, Gaviota de Oro, Lira de Oro, Premio Gardel, Gardel de Oro y el Premio a la Excelencia Musical otorgado en la 18° Entrega Anual de los Premios Grammy Latinos, entre tantos más.
“En relación a las distinciones, todo eso te impulsa y te confirma que estás haciendo bien las cosas, pero también añade un grado más de responsabilidad a la tarea del músico”, explica el músico.
El reloj pasa. Con este espectáculo, Heredia homenajea años que, con buenas y malas, lo convirtieron en el ícono que es hoy.
La ficha
"50 en vuelo", espectáculo de Víctor Heredia
Día y hora: hoy a las 21.30.
Lugar: en el Teatro Independencia (Chile y Espejo).
Entrada: $50.