Víctor di Nasso: “El payaso muestra las imperfecciones que queremos esconder”

El reconocido humorista y clown repasa, en primera persona, algunos momentos de sus 30 años de carrera.

Víctor di Nasso: “El payaso muestra las imperfecciones que queremos esconder”
Víctor di Nasso: “El payaso muestra las imperfecciones que queremos esconder”

Pasaron 30 años. A los 15 empecé a orientarme hacia donde era evidente que tenía que ir. Porque desde chiquito me disfrazaba, llamaba la atención, me gustaba hacer reír a la otra persona... Había (¡hay!) un placer grande en eso.

Ya cuando iba a la escuela participé de una obra. Ahí, incluso sin hablar, me sorprendieron los buenos comentarios de los amigos... Tenía 15 cuando una compañera de la secundaria me dijo que estaba haciendo teatro, y me preguntó por qué no me dedicaba a hacer todas las boludeces que hacía por ahí en un taller.

Ahora, viéndolo desde afuera, el placer con el que iba a la escuela era el de ir a un show: los compañeros eran el público, mi pupitre era el escenario...

¿Y qué pasó cuando tomé contacto con el público en ese taller? En la primera muestra, por primera vez hice reír a gente que no conocía, que no eran compañeros ni nada. Tuve contacto con el aplauso: ¡Fue algo hermoso!

Ahí empecé: continuaron los talleres, después ya pasé a la escuela de teatro de la UNCuyo, de ahí seguí... Y por esos años me topé con Gustavo Muñoz y Fabián “Tutuca” Castellani, que van a estar hoy en el festejo. Los tres coincidimos en un amor: por la figura del payaso.

¿Qué es un payaso? Un payaso es un ser cuya única misión es hacerte reír. Sale para eso. Así nació en el circo: es el personaje que hace reír y el que es más humano, con el que podés lograr una empatía.

Al malabarista le decís woooow, el acróbata es flexible, pero el payaso es torpe y bobo, como uno... Me parece que esa es su finalidad. Nos muestra con las imperfecciones que nosotros mismos queremos esconder.

Y creo que ha crecido muchísimo la figura del payaso a partir de todo lo que pasó con el clown. Al menos yo intento sacarlo de ese lugar.

Acá en Argentina siempre hubo una mirada infantil del payaso, pero descubrí, por ejemplo, que en México no, que los payasos hacen funciones para despedidas de solteros, de solteras, cumpleaños de adultos... La relación del payaso con el público adulto es la misma.

Desde que empecé, tengo como una necesidad de hacer reír a ambos.

¿Por qué? Me pasaba en las obras infantiles esto: veía a padres en el fondo, medio cabeceando con cara de embole y los niños divirtiéndose. Y no me gustó eso. Naturalmente me salió buscar la entretención del padre también.

Hoy me pasa que hago chistes directamente al niño, otros que van solamente al padre (es muy lindo ver cómo el niño se da vuelta y le pregunta de qué se ríe) y otros que son para los dos. Eso es muy del payaso: el payaso es familiar. Como nació en el circo, su humor no es limitante.

Chapote, mi personaje, nació en la época de la facultad, con Gustavo y Tutuca. Ahí empezamos a crear cada uno sus propios personajes: creamos un grupo, un nombre, un vestuario... Y yo empecé a jugar con las palabras “Chaplin” y “Chespirito”.

Chespirito a propósito había usado la CH para sus personajes, y jugando con las palabras “chipote chillón” se empezó a deformar y quedó “Chapote”... Me presenté, lo probé, dije “Me llamo Chapote” y se rieron. ¡El año pasado Chapote cumplió 25 años! A lo largo de mi carrera, tuve muchos momentos buenos que me han marcado.

Uno que siempre  recuerdo es cuando, a fines de los ‘90, se acercó una chica al final de una función con los ojos llenos de lágrimas y me dijo que hacía como una semana que no se reía.

En cierta manera, eso fue un antes y un después, por cómo establecí después mi relación con el público. Tomé conciencia de todo lo que estaba dando. En ese momento, solo y exclusivamente, lo estaba haciendo por mí, lo disfrutaba porque me gustaba, pero a partir de ahí me di cuenta de que uno sobre el escenario también está dejando cosas en el otro, marcando.

¿Si todavía me quedan deseos? ¡Miles! Este show se llama 30 años no solo por el viaje que hice hasta ahora, sino por un viaje que estoy por hacer a México, a un festival donde voy a dar conferencias, talleres, funciones y me van a galardonar...

Voy a México desde el ‘94, cuando hice un intercambio con la facultad, ¡y flasheé mal con ese país! Por el hecho de Chespirito y Cantinflas, pero sumado a todo lo otro: su cultura, su arte, su gente, amistades... Incluso ahí tuve la oportunidad de conocer a Chespirito.

Lo fui a ver al teatro y lo esperé. Tuvo la mejor: autógrafo, foto... Después, otro año, le llevé una carta a donde él vivía. Ya existían los mails, así que le dejé el mío, ¡y contestó mi carta con un mail!

Yo le decía que mi nombre de payaso era una deformación del chipote chillón, le conté todo lo que le agradecía y que él, junto con otros comediantes y payasos, han sido en cierta manera culpables de que yo me dedique a esto.

Él me agradecía a mí por haberle abierto las puertas de mi casa a la televisión, que él también se había reído de mi carta como yo me había reído con él.

Yo estaba así: leía y lloraba, leía y lloraba, leía y lloraba... Que me contestara la carta ya era un flash, no lo podía creer. La tengo ahí, en un cuadrito...

Sobre el artista

Víctor di Nasso hace reír desde los 15 años. Y desde antes también, incluso. Es actor, clown y director. Muchos de sus espectáculos (como “Risamaestra” y “Star Claun”) y personajes (como la maestra Marita Parangachully y el payaso Chapote) son clásicos del humor mendocino.

Ha actuado en muchas partes, desde escuelas y plazas al Metro de Santiago de Chile.

A veces también actuó inesperadamente: como cuando le propusieron en la Isla Mujeres (México) ser jurado de un carnaval, de un día para el otro.

Con Chapotina (o Luna, su hija) ha compartido pantalla en Zona Toon. Este año se ha lucido en los protagónicos de “Arnaldo Toma 3” y “120 kilos de jazz”.

En “30 años, un viaje” celebra tres décadas en los escenarios. Tiene como invitados también a otros artistas, como su hija Luna, Ruddy Aber, Gustavo Muñoz, Pachi Roque, Fabián Castellani y Adrián Sorrentino.

Además será una antesala de su viaje a México, donde representará a la Argentina en el Encuentro Internacional de Artistas Urbanos.

La ficha

"30 años, un viaje"

Con: Víctor Di Nasso y artistas invitados

Fecha y hora: Hoy, a las 21.

Lugar: teatro Quintanilla (subsuelo plaza Independencia).

Entrada: $50. En boletería.

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