Víctima de una depresión, murió el actor Robin Williams

Brilló en la televisión y en el cine con recordados papeles. Tras una recaída en su adicción al alcohol, todo indica que fue suicidio.

Víctima de una depresión, murió el actor Robin Williams
Víctima de una depresión, murió el actor Robin Williams

El actor y comediante estadounidense Robin Williams murió ayera los 63 años. Fue declarado muerto en su casa en California, informó la oficina policial del condado Marin, al norte de San Francisco (EEUU). La causa del fallecimiento fue -en principio- suicidio por asfixia.

“Falleció esta mañana. Padecía una severa depresión. Es una trágica noticia”, confirmó su publicista. Williams fue encontrado inconsciente tras un llamado al 911.

“He perdido a mi marido y mi mejor amigo. El mundo ha perdido a uno de sus mejores artistas y personas”, expresó su mujer, Susan Schneider, en un comunicado.

Según consignaron medios estadounidenses, el protagonista de “Patch Adams” (1998), “Jumanji” (1995) y “La sociedad de los poetas muertos” (1989), entre otros éxitos, estaba sumido en una profunda depresión. A comienzos de julio se había internado en el Hazelden Addiction Treatment Center en Minnesota para superar su adicción al alcoholismo. Los problemas con el alcohol y la cocaína de Williams empezaron en los años ‘80. Pero logró controlarse. En 2006, después de veinte años de sobriedad, recayó en la bebida y tuvo que recurrir a rehabilitación.

Este año, Williams había estado trabajando en la filmación de “Una noche en el museo 3”, que se estrenará en Navidad. Y el año que viene se lo iba a ver en “Papá por siempre 2”.

El rey de la comedia

De su saltó a la fama a fines de los ‘70 como el extraterrestre en la serie televisiva “Mork y Mindy'”, a su carrera con monólogos de comedia y películas como “Buenos días, Vietnam” (1987), el bajito Williams -pero de complexión robusta- gritaba y despotricaba como si acabara de salir de un encierro en solitario. Gritón, dicharachero, maniático, parodiaba a todo el mundo, desde John Wayne a Keith Richards, imitando a un inmigrante ruso con la misma facilidad que a una jauría de perros nazis.

Era una bomba vestido de señora en “Papá por siempre” (“Mrs. Doubtfire”, 1993), como payamédico en “Patch Adams”, o como genio en la cinta animada “Aladino” (1992). Curiosamente, ganó el Oscar en un papel dramático, aunque igualmente intenso, como profesor en la película de 1997 “En busca del destino” (“Good Will Hunting”).

En las entrevistas no era menos intenso. Durante una charla en 1989 con The Associated Press, apenas podía mantenerse sentado en su habitación de hotel o incluso mencionar la película que se supone debía promover, pues en su diálogo pasaba de la comedia al cosmos con total libertad.

“Se avecina una Era del Hielo'”, dijo. “Pero la buena noticia es que habrá daiquiris para todos y que (las bailarinas sobre hielo) Ice Capades estarán por todas partes. La langosta se conservará por al menos 100 años, eso es lo bueno. Las cenas (congeladas) Swanson se conservarán todo un milenio. Lo malo es que la casa básicamente estará en Arkansas”.

Sus papeles dramáticos

Al igual que tantos hombres graciosos tenía ambiciones serias, lo que derivó en su Oscar como un terapeuta empático en “En busca del destino”. También hizo llorar en “Despertares” (“Awakenings”, 1990), “La sociedad de los poetas muertos” y “Más allá de los sueños” (“What Dreams May Come”, 1998), algo que llevó a que el crítico del diario The New York Times Stephen Holden dijera alguna vez que le daba miedo ver los “ojos arrugados y llorosos y la mueca de Humpty Dumpty” del actor.

Williams ganó además tres Globos de Oro por “Buenos días, Vietnam”, “Papá por siempre” y “Pescador de ilusiones” (“The Fisher King”, 1991).

Entre sus créditos de cine también destaca “Moscú en Nueva York” (“Moscow on the Hudson”, 1984), de Paul Mazursky, en la que compartió créditos con María Conchita Alonso. Ayer por la tarde la estrella cubano-venezolana recordó a Williams en su cuenta de Twitter: “@robinwilliams mi compañero de elenco en ‘Moscow on the Hudson’ acaba de morir. Un gran actor, un ser humano increíble, una estrella humilde. Q.E.P.D”, escribió en inglés.

Otras de las cintas de Williams son “Popeye” (1980), de Robert Altman (que fracasó en taquilla), “Hook” (1991), de Steven Spielberg, y “Los secretos de Harry” (“Deconstructing Harry”, 1997), de Woody Allen. En el escenario Williams compartió el escenario con Steve Martin en la reposición de Broadway de “Esperando a Godot”, presentada en 1988.

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