La investigación de uno de los casos más aberrantes del mes de enero -una entradera que terminó con una joven abusada sexualmente- está muy cerca de naufragar: la semana pasada quedó en libertad la presunta cómplice del caso; ahora la víctima dice que el hombre detenido no es el que la violó.
Ayer el padre de la víctima se presentó en la fiscalía de Homicidios y declaró que su hija le dijo, luego de que se realizara la rueda de reconocimiento, que el detenido no fue el hombre que la abusó.
El 11 de enero pasado, la Policía detuvo a Emanuel Cepeda (29) y a su novia Linda G., de 30 años como presuntos autores del hecho. De inmediato se realizó una rueda de reconocimiento en la que Cepeda fue reconocido por el amigo de la joven. En cambio, la chica no pudo reconocer a ninguno.
Cuando regresó a su casa, le dijo a su padre que el detenido no fue el hombre que la abusó, que no lo había visto en su vida.
Distinto
La joven sostiene que el hombre que la abusó tenía el pelo muy corto, como si estuviera rapado. En cambio el detenido tiene una cresta.
Según la joven, en una semana no podría crecerle el pelo de esa forma.
Además, la edad tampoco coincide, Cepeda no tiene treinta y el autor del hecho tendría como 40 años. Para la joven el abusador es una persona de contextura musculosa; el detenido no es musculoso.
Por ahora Cepeda sigue en prisión y está imputado por un gravísimo delito: abuso sexual agravado por acceso carnal, tentativa de homicidio criminis causa y robo agravado por uso de arma.
El viernes pasado, Carlos Moyano, abogado defensor, logró que le dieran la libertad de la novia de Cepeda, Linda. G., luego de pagar una fianza de 80.000 pesos.
Aun así, la joven sigue imputada como partícipe primaria tanto de robo como de la violación.
Sobre ella no había ninguna prueba que la comprometiera. Es que la mujer que participó del crimen se quedó en la moto, nunca entró a la casa y nunca se sacó el casco.
El caso cada día está más complicado y la investigación sólo podría prosperar si surge ADN de Cepeda en los análisis que se están haciendo.
Las huellas dactilares tomadas en la escena del crimen no comprometen al detenido.
Ahora se espera que se agreguen al expediente nuevos registros de algunas cámaras de seguridad de la zona.
El caso
En la noche del 3 de enero en una vivienda de Videla Castillo al 3000, en la Cuarta Este, un joven estaba entrando en la casa de una amiga y fue sorprendido por un ladrón que iba en moto.
Ya adentro de la vivienda, tomó dos notebook, un equipo de música y mil pesos.
Luego obligó al joven a tirarse al piso y llevó a la chica a la lavandería de la casa, donde la agredió sexualmente. La situación hizo reaccionar al joven, que quiso ayudar a la víctima.
El ladrón entonces le disparó y le dio en el pecho. Milagrosamente, no le tocó el corazón.
Pide que ofrezcan una recompensa
La razón por la cual fue el padre de la víctima quien declaró es porque la joven abusada tiene miedo.
Su temor es por volver a encontrarse con el abusador en la calle, pues afirma que el que está detenido ahora no es el culpable.
Además, la joven desea que el ministerio de Seguridad ofrezca una recompensa pública para agilizar la investigación, tal como se hace en otros casos complicados.