Generar cierta confusión en el público, para aquellos que lo conocen desde sus inicios con Los Fabulosos Cadillacs o recién lo descubren, a Vicentico de alguna manera le sirve. Lograr expectativa, con esas canciones que sonarán una y otra vez en la radio, o formarán parte de la cortina musical de una nueva ficción, para luego quedarse en el puesto de clásicos en la música nacional.
En cierta manera eso sucedió con “Último acto”, el sexto disco solista del músico que lanzó el año pasado y recopila dieciocho canciones, entre ellas cuatro nuevas composiciones como “Esclavo de tu amor”, y versiones de “Solo un momento”, “Culpable” y “Paisaje”.
Lo primero que sorprende es su portada. Un Vicentico vestido de mujer; o con una peluca representando a un productor musical. Y en el interior, los temas que nacieron de su autoría suenan con otra intensidad, otra cara de la misma moneda.
Y de esa aventura recopilatoria que grabó en estudios de Nueva York, Los Ángeles y Buenos Aires, forman parte el legendario Willie Nelson, el dúo jamaiquino Sly & Robbie, las bandas Intocable, Our Latin Thing y su mujer, la actriz Valeria Bertuccelli.
Entre los shows con su banda y los recitales con Los Fabulosos Cadillacs, así transita Vicentico su presente artístico. “Toco todo el tiempo, tampoco me planteo hacer un disco y hacer una gira referente a ese disco. Sobre todo este trabajo que es una recopilatorio de canciones que ya tocaba. Hay una parte muy fácil de hacer, pero lo que cambió un poco es que armé distintos formatos de banda.
Por momentos es muy pequeño y por otros es gigante. Y eso está muy bueno para los músicos, porque tenemos mucho para hacer y diferentes matices. Y espero que de algún modo se transmita a la gente que ve el concierto”, afirma el cantautor de 51 años que, esta noche después de su visita a la Fiesta de la Cerveza en diciembre pasado, tocará nuevamente en el auditorio Bustelo.
-En este material se potenciaron tus canciones...
-A mí también me parece que en algunos casos se potenciaron ciertas cosas. Encontré una raíz más profunda de la canción. Por ejemplo me acordaba de “Culpable”, cuando la compuse pensaba en lo que es el sonido que tiene ahora.
Después se fue transformando y, cuando la grabé, sonaba otra cosa distinta a lo que me imaginé. Y hay otras que es más exagerado su estilo como “Solo un momento”, con Willie Nelson, donde tratamos de armar una linda base para que él se sintiera cómodo y pudiéramos cantar los dos.
-¿Cómo surgió esta idea de hacer un disco con nuevas versiones?
-Para serte sincero, naturalmente mi idea no era un disco de reversiones, yo estaba para hacer un disco nuevo. Básicamente tenía una pila de canciones y energía para eso. Pero en ese proceso de plantear un nuevo trabajo, amigos y gente de la compañía me empezaron a sugerir de hacer reversiones.
La verdad es que al comienzo no me gustaba la idea, me proponían un unplugged y otras cosas. Y después un día me junté con Cachorro (López, productor de varios discos de Vicentico) y había otro modo para hacerlo que fuera lindo para nosotros y que tuviera otra profundidad. Y era viajando.
A mí me gusta viajar y esa idea de buscarle la raíz a las canciones, de cambiar de lugar, de conocer músicos nuevos. Y tanteé esa idea, y me dijeron que sí. Me puse recontento (ríe) y empezamos a grabar. Y ahora que el disco tiene un tiempo, para mí es un trabajo con canciones nuevas.
Me entusiasmó muchísimo hacerlo, conocí mucha gente, fue inspirador, conocí músicos que ya conocía por sus trabajos. Y eso se nota en el final del trabajo, no es solo una cuestión de gusto personal, sino artístico.
-¿Sos meticuloso a la hora de grabar?
-Digamos que soy meticuloso en algunas cosas, y en otras nada meticuloso. Para mí es importante que la canción quede lo mejor que uno pueda dejarla. Y que cada cosa que uno tocó ahí suene perfecta, pero en el sentido de perfección del corazón.
Que se note el espíritu del músico. Y soy muy meticuloso con las letras, porque me parece que cualquier canción se merece ser pensada hasta las últimas consecuencias. Después hay errores que se convierten en aprendizaje, y creo que hay una cuestión de concentración y ponerle todo lo que uno tiene.
-El arte de tapa en singular, ¿esa elección fue por diversión?
-Bueno, todo es para divertirse, las canciones son para divertirse, y a la vez para decir alguna cosa que uno quiera decir. Con las tapas de los discos lo que siento en general, es que trato de hacer algo que llame la atención de algún modo, que la persona que va a escucha el disco le llame la atención la tapa, y se meta dentro de algo.
Esa es la idea, por ahí puede parecer cualquier cosa pero para mí tiene su sentido. Tampoco planifico muchas cosas, y si se genera alguna confusión a mí me sirve. Me gusta eso de generar algo raro.
Al igual que en su disco “Cinco”, el músico canta junto a su pareja, la actriz Valeria Bertuccelli, el tema “No te apartes de mí”. Pero antes que la música los unió la actuación. Fue en el rodaje de “1000 Boomerangs” (1995, de Mariano Galperín) donde se conocieron y luego compartieron otros proyectos cinematográficos como “Silva Prieto” (1998, Martín Rejtman) y “Los guantes mágicos” (2003, Martín Rejtman).
-¿No pensaste en volver a la actuación?
-Lo nuevo no depende de mí, no genero esa clase de proyectos. Hice cuatro películas y eso sucedió porque un director creyó que era capaz de hacerlo y yo pensé que podía hacer eso. Al no ser actor no estoy a la espera de que eso surja.
Pero sí me gustaría hacer algo. Y no creo que tenga que ver con la timidez, yo soy tímido para algunas cosas, y para otras no. Me interesan todas las artes, algunas son más imposibles que otras, pero es cuestión de probar.
-¿Estás en un momento de madurez artística?
-Sí, alguna clase de madurez creo que tengo. No podría decir que soy absolutamente maduro. Pero logré cierta experiencia en algunas cosas y eso hace que todo sea un poco más fácil. Pienso que todavía, como todo el mundo, tengo mucho que aprender y ganas de hacer. Pero esa experiencia me permite ser más esponjoso y aceptar más los conocimientos, estoy más abierto. No estoy tan cerrado como cuando era más chico.
Momento fabuloso
Luego de 13 años como solista, algo que Vicentico no planea abandonar, es su proyecto con Los Fabulosos Cadillacs. La banda celebra sus tres décadas y, aunque hace años que no planean una gira por el país, las esporádicas presentaciones que realizan se convierte en un ritual de celebración, que convoca una multitud. Lo hicieron en mayo pasado en Chile y para noviembre volverán a México.
-¿Cómo vivís esta nueva etapa de Los Fabulosos Cadillacs?
-Cada vez que nos juntamos es una nueva fiesta, íntima y personal, que te lleva mucho tiempo en reponerte. Pero no hablo de excesos, hablo a la intensidad vital de compartir con hermanos de toda la vida un concierto. Nos gusta que sea de esa manera, que no sea salir a tocar por tocar. Que cada vez sea importante.
Así me da mucha satisfacción y orgullo de saber que lo que queremos hacer, lo llevamos así. Tenemos una relación muy entrañable y profunda. Este año haremos tres conciertos más.
-Encontraron ese equilibrio entre la banda y sus proyectos personales…
-Igual en los grupos humanos y sobre todo de música, el equilibrio es algo que no se busca. Es lo opuesto, es el desequilibrio del caos que es lo que nos gusta. Pero nos sentimos bien en ese caos. Y encontramos un modo, entre ese caos y ese desequilibrio se haga con felicidad, y no con susto. Nos gusta ese salto al vacío y juntarnos cada tanto.
La ficha
Vicentico presenta "Último acto"
Día y hora: hoy, a las 21.
Lugar: auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de Cuyo 610).
Entradas: $150 (platea general), $300 (platea Platinum), $450 (platea Golf) y $600 (platea Vip). En: Chamu Rockería (Lavalle 35, local 16 galería Independencia) y en www.tuentrada.com
