Entre los siglos XIII a XVI hubo un interés muy grande de misioneros, embajadores y mercaderes italianos de conocer la India, el sudeste asiático y China. No los movilizaba la conquista. Para la Iglesia, era la oportunidad de convertir al cristianismo a aquellas almas paganas, envidiando lo logrado por el Islam; para los comerciantes, eran nuevos mercados y abultadas ganancias y la expresión del espíritu del Renacimiento humanista italiano.
Estos fueron los primeros viajeros conocidos porque dejaron relatos de sus travesías y Europa comenzó a tener una idea de lo que existía más allá del Oriente Medio.
Los árabes, con la expansión del Islam hacia Oriente a partir del año 750, tenían un mejor conocimiento geográfico y político de Asia Central, la India, el sudeste asiático y China.
Sus sacerdotes y mercaderes viajaban a través de la Ruta de la Seda o por mar, desde los puertos de Mocca en el Mar Rojo y Siraf y Ormuz en el Golfo Pérsico.
1245–1247. Giovanni Pián da Carpine: Fraile franciscano nacido en Italia. Parte de Lyon en 1245 junto a Stephen de Bohemia, portando una carta del Papa Inocencio IV dirigida al Gran Kan del imperio mongol para convertirlo al cristianismo y firmar una paz cristiana. Cruza el río Volga, por la actual Polonia, continuando por el norte del Mar Caspio y Aral hasta la ciudad de Karakorum adonde arriba en 1246.
1253-1255. William de Rubruck, Luis IX Rey de Francia, tal vez conociendo el periplo de Carpine, envió a este fraile franciscano al reino mongol porque tenía conocimiento de la existencia de cristianos nestorianos y en aquellos años la caballería mongólica asolaba a la Europa del Este, habiendo invadido Hungría y Polonia. Había temor de invadir toda Europa.
1264-1269. Niccolo y Maffei Polo, mercaderes ricos de Venecia, ambos viajan al imperio mongol y en Cambaluc (hoy Pekín) conocen a Kublai Kan en 1266. Éste les entrega una carta solicitando al Papa Clemente VI el envío de unas 100 personas con alta educación para enseñar el cristianismo y sus costumbres.
1271-1295. Marco Polo, a la edad de 17 años, parte con su padre y tío rumbo a la China del imperio mongol conquistada por Kublai Kan. Cruzan Persia y desde Ormuz, deciden avanzar por tierra, pasando por las ciudades de Balkh, Kashgar, Khotan, cruzan el desierto de Taklamakan, pasan Lanzhou y arriban a Cambaluc (Pekín) en 1275 después de atravesar Oriente Medio y Asia Central. Allí se reúnen con Kublai Kan y permanecen a su servicio, con lo cual recorrió gran parte de la China e India. En 1291 parten por vía marítima a Ormuz, lo que les permite conocer las costas de Vietnam, Sumatra, la península de Malaca, las costas de la India y luego de casi 2 años y medio arriban a Ormuz. De allí por tierra, se desplazan a Venecia en 1295.
1291-1328. Juan de Montecorvino, fraile franciscano, en 1289 estuvo en Persia, allí conoció dos monjes cristianos nestorianos que venían desde China para visitar la Tierra Santa. En 1291 (44 años) fue enviado por el Papa Nicolás III a China, acompañado del fraile Dominico Nicolás de Pistoia. Desde Ormuz navegan a la India, bordean el extremo sur y por las costa Este llegan a Chennai (Madrás). Luego de permanecer un año, navegan hasta China llegando a fines de 1294 a Cambaluc (Pekín). []Según sus cartas a Roma, tradujo el Nuevo Testamento al idioma mongol y convirtió a 6.000 personas, probablemente en su mayoría alanos, turcos y mongoles en lugar de chinos. Muere en 1328 en China.
1317-1330. Odoric de Podernone, otro clérigo franciscano, de carácter amigable, enérgico y poco atado a las reglas religiosas. En 1317 parte de Venecia, pasa por el sur del Mar Negro y desciende por Persia hasta Ormuz. Navega hasta la India adonde arriba en 1321 a la ciudad de Tana (Bombay). Allí se entera de que 3 frailes franciscanos, por discusiones acerca de la identidad de Cristo con musulmanes, fueron quemados en la plaza pública. Debido a este clima inestable, toma los huesos de los tres frailes y parte hacia China arribando a Cantón. Esta ciudad lo asombra, tres veces más grande que Venecia con ríos surcados por millares de botes. En 1326 llega a Zayton donde conoce al fraile Andrea de Perugia, luego viaja hacia Hangchow y de allí navega por el Grand Canal hasta Pekín. Extrañamente no menciona a J. de Montercorvino que por entonces se encontraba allí. En 1330 regresa a Italia y en 1331 fallece. Su funeral en su ciudad de Udine, provocó marchas de su pueblo que duraron varios días, y que se extendieron a pueblos vecinos y movilizaron a la nobleza local y hasta Beatrice de Bavaria viajó a Udine. Como resultado, fue propuesta su beatificación, la cual fue realizada en 1775. Este simpático fraile fue uno de los mejores relatores de lo que vio en China, de su pueblo, sus costumbres y comidas.