Seguramente si le preguntamos a alguien que tuvo la oportunidad de irse de viaje de egresado (en la primaria y/o secundaria) qué recuerdos tiene de esa experiencia, se le dibujará una inmediata y pícara sonrisa en el rostro. Es que más allá del destino elegido, son de esos días en la vida que se disfrutan a pleno.
Pero, por supuesto, para disfrutar con tranquilidad hay que tener ciertos cuidados y precauciones. En estos casos lo fundamental es contratar a una empresa de viajes que esté en regla con la resolución vigente en el país que es controlada por en Ministerio de Turismo de la Nación. La misma determina qué requisitos deben cumplir para prestar este tipo de servicio. En Mendoza, hoy son 9 las empresas oficialmente habilitadas.
Estas agencias son:
Veris Tempus, CEO Servicios Turísticos, CATA Internacional, TTL (Transportadora Turística Luján), Brastur, Aramendi y asociados, Aymara turismo, La Mochilera y Risco Viajes.
A diferencia de otro tipo de servicios turísticos, como puede ser gastronomía u hotelería, las agencias provinciales necesitan contar primero con una habilitación de la cartera de Turismo Nacional.
“Todas las agencias de turismo de Mendoza tienen que cumplir con los requisitos de la ley nacional para ser habilitadas. Una vez que tienen esa parte, desde el Ministerio nuestro se registran acá. Sí o sí deben tener una sede física para atender al público”, explicó Verónica Sottano, subsecretaria de Desarrollo Turístico de la Provincia.
Así, quienes deseen asesorarse acerca de este tipo de travesía, lo primero que deben consultar a la compañía que van a contratar es si disponen del llamado “Certificado Nacional de Autorización para Agencia de Turismo Estudiantil”.
Es la garantía que tiene el usuario de que está ante una agencia autorizada. “Es un comprobante imprescindible que la empresa de viajes deberá poseer para demostrar su debida habilitación para firmar contratos garantizados. Además, esa constancia da cuenta de que la agencia integra el fideicomiso que asegura el viaje en caso de que existieran incumplimientos contractuales”, define parte de la resolución, que puede consultarse en
Cuota cero
Luego de que ocurrieran varios casos de estafas a chicos que contrataban su viaje y después, por una u otra razón, la empresa no los llevaba a destino, se lanzó una resolución para que esto no suceda más. Se trata de la “cuota cero” y es el primer pago que hay que realizar para, posteriormente, abonar las cuotas que integran el costo total del viaje. El dinero, que representa seis por ciento del valor del contrato, va a un fideicomiso del Estado.
“Es como pagar una cuota más del viaje, pero con la garantía de que hay un respaldo gubernamental si la empresa no responde. Se deposita en una cuenta del Banco Nación y luego se empieza a pagar el plan que se elija con normalidad. Pero hay gente que no quiere pagar este dinero y, por ahorrarse unos pesos, contratan paquetes que no tienen garantías”, definió Javier Agrelo, vicepresidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo. quien además aseguró que no hay ningún tipo de restricción para que los estudiantes viajen fuera de Argentina.
Por su parte, Ismael Geredus que es apoderado y gerente de TTL Luján enumeró algunos de los requisitos que se les exige: “Certificado de contratación del hotel, del transporte, de los seguros de responsabilidad civil, de accidentes y de asistencia médica. Tenemos que presentar una declaración jurada del contrato con el que trabajamos, una lista del personal que viajará con los chicos y una síntesis del programa ofrecido”. Además, el empresario contó que los tres destinos más elegidos son Carlos Paz, Mar del Plata y Bariloche. Los precios de los paquetes, que tienen todo incluido, van desde $ 2.500 a $ 7.000.
“Nosotros elegimos una empresa que tiene sucursales en todo el país porque nos pareció que eran los más sinceros de todos los consultados. Empezamos a pagar el viaje, que nos salió más de $ 6.000, unos dos años antes”, recordó Juan Cruz Corral (18) que empezó su feliz 2013 junto a sus compañeros del Liceo Agrícola en Bariloche.
