Viajar es conocer lugares nuevos, descubrir culturas y, en algunos casos, descansar, pero éste no es un factor que se dé siempre. De hecho muchos prefieren complementar el viaje con algo más que genere productividad. Voluntariados estratégicos, maestrías o perfeccionamientos en carreras universitarias, o simplemente acceder a trabajos temporarios en los períodos estivales, son algunas de las relaciones más frecuentes que motivan a armar las valijas.
Si la inquietud surge tempranamente, existen programas especiales para adolescentes de 16 ó 17 años que quieren viajar y vivir la experiencia de hacer el último año de secundario en otro país, inmersos en otra cultura, con otro idioma (que no siempre es el inglés), en el seno de una familia que los recibe como parte de ella. Tanto
-AFS- como
-YFU- son organizaciones educativas- culturales, sin fines de lucro, libres de filiación política, religiosa y racial, dedicadas a promover la paz entre los pueblos del mundo y el entendimiento intercultural, a través de sus programas de intercambios estudiantiles.
Este tipo de organizaciones se desarrollan con voluntariados, por lo tanto cada ciudad cuenta con representaciones locales, y una forma de acercarse a la organización es siendo familia anfitriona, lo que permite conocer la logística para hacer que el viaje de los adolescentes no agobie la tranquilidad de los mayores.
Este tipo de intercambio representa mucho más que un idioma. Así, el mundo está abierto en una paleta de experiencias y es posible vivirlas en casi cualquier país de los cinco continentes. El beneficio es que los chicos regresan con una mentalidad abierta y una concepción cosmopolita que jamás se borra de sus vidas.
El deporte juega un papel fundamental en el desarrollo de los adolescentes y el mismo, ligado a la experiencia de un viaje, invita a abrir nuevas perspectivas. El rugby es una disciplina colmada de valores y los jóvenes que lo practican tienen una admiración infinita por los más grandes: los All Blacks, de Nueva Zelanda.
Este país propone un programa especial para varones mayores de 15 años que sueñan con el estadio de las altas varas, mientras los preparan en la enseñanza del idioma inglés bajo la tutoría de uno de los centros de aprendizaje más grandes de la ciudad llamado
, con una duración que varía desde un mes a un año.
Vivir con una familia también es posible con el programa de
, que comenzó en Francia y se expande en la actualidad por varios lugares del orbe tanto que hasta África tiene una interesante propuesta.
Se trata básicamente de un contrato para cuidar niños que brinda, a cambio, alojamiento, comida y una ayuda económica. Es frecuente que se requiera, de un Au Pair, la enseñanza del idioma nativo, por lo tanto suelen darse en países que no hablan español.
Hay que tener en cuenta que, como el participante debe cuidar niños, es un programa más beneficioso para las jóvenes de entre 18 a 28 años (aunque no exclusivo). Además no se requiere experiencia previa y por lo general no se atienden a pequeños menores de 2 años. Muchos aprovechan el tiempo para realizar cursos de capacitación o conocer otras ciudades mientras dura el periplo.
Si el tiempo destinado para salir de Mendoza y el país es el período estival de estudio universitario, y el plan es ganar dinero para continuar viajando, los programas de
son ideales, sólo accesibles para estudiantes entre 18 a 30 años, condición fundamental ya que la visa que se adquiere es la J1, la cual permite a estudiantes acceder a trabajos temporarios.
EEUU está en la cúspide de estos programas con una amplia gama de centros de esquí que habilitan a las empresas a emplear a un determinado número de extranjeros con este tipo de visas. La participación puede ser un poco costosa pero asegura el trabajo y el alojamiento en el lugar de destino y, pasado el primer mes, se recupera la inversión, pudiendo disfrutar el resto de la temporada y ahorrar.
Los puestos que suelen emplearse son frontdesk, instructor de esquí, mozos, asistente en guarderías de niños, en los locales de rentas de esquí o en las telesillas, por nombrar algunos. Los amantes de las tablas aprovechan para intercalar entre trabajo y placer esquiando gratis durante los 3 ó 4 meses que dura el programa.
Aunque para varios éste sea un programa de diversión y algo de trabajo para aquellos que hacen estudios referidos al turismo, la hotelería y la gastronomía, puede ser una gran oportunidad para hacer sus primeras armas.
Lo mismo sucede con la posibilidad que brinda el trabajo en cruceros. Sus candidaturas suelen ser bastante competitivas y la exigencia del idioma se eleva pero es un buen modo de viajar sin invertir y ganar dinero mientras se navega por remotos mares.
Asimismo no es para pasar por alto la cantidad de horas que se pasa en alta mar y la reducción de los espacios de la tripulación dentro de un crucero, aunque la satisfacción de llegar a puerto es enorme.
Se encontrará diversión, variedad de gente de todos los países y culturas, y brinda la posibilidad de aprender idiomas y conocer una gran cantidad de sitios. Los empleos son muy variados a bordo de estos enormes barcos pues tienen que cubrir todas las necesidades de los pasajeros y de la mini ciudad flotante.
Así músicos, azafatas, cocineros, masajistas, mucamas, personal training, de mantenimiento, estilistas, fotógrafos, niñeras, mozos, y muchos otros más. Cada empresa de crucero tiene sus propias reglas de reclutamiento y exámenes, incluso algunas cuentan con escuelas propias para capacitar.