Viajando en Facebook

Viajando en Facebook

Cada época, cada cultura, cada recorte de la historia permite identificar sus coordenadas y las voces que la anuncian y proclaman. Facebook es uno de sus actores hoy. Su examen permite identificar el “goce del baúl”: se colocan gatos, perros, copas de vino, flores, zapatos, fotos viejas, fotos nuevas, retratos serios e insinuantes, viajes, anuncios familiares, citas de textos sobre la existencia que quisieran que otros siguieran, en fin... Es el goce silencioso con los objetos que a alguna hora del día intenta sorprender; es espacio de conspiración; a veces el destino son los amigos; otras, el público en general. Dejando las tentaciones posibles: “me gusta”, “comentar”, “compartir”.

Las proyecciones reales o imaginarias de los que se domicilian en Facebook son evidentes. El muro algunos lo ven como espejo; otros, simplemente, una pared. Espejo o pared llenan el tiempo; el vacío se pretende cubrir. Algo real, tangible, sensible, al alcance... no satisface lo suficiente. Los psicoanalistas dirían mecanismo de defensa contra la angustia: ¿ser leído, ser observado, ser imaginado, ser creíble, ser considerado, ser reconocido?

Ésa es la incógnita que cada uno debería resolver. Se necesita una mirada, quizás la de otro fuera de uno, el otro dentro de uno, o la sombra que quiere salir, que no se sabe que está colgada de la espalda y pública. Para muchos ese otro es un espejo plano, no ofrece dirección alguna. Investigar la gramática del muro es un tema que algún guiño nos haría de lo que le sucede a esta sociedad “inteligente”.

Al muro también lo habitan los que “cuelgan” sus objetos-oferta al otro social: empleador, comunidad de diálogo. Son actores más pragmáticos que usan las redes sociales para construir sus propias vitalidades.

La repetitividad de los objetos que se publican hablan de la arqueología del sujeto, del tipo de intimidad con sus objetos de vínculo; se detectan las obsesiones por lo que se quiere exhibir cotidianamente: la colección íntima de sus afanes, y los da a ver, se da a ver, se muestra para otro y que bien puede ser un mero fantasma que se imagina.

Soñamos y pensamos con palabras, pero en el muro de Facebook las palabras son imágenes y toda imagen es construida para otro, para ser vista; se quiere copropiedad social. Los mensajes que se publican dicen de la verdad que se quiere establecer con el vínculo entre sujetos.

Es un impulso muy fuerte el de-Mostrar relaciones, artefactos; deMostrar cómo me planto en mi existencia. Por un lado, está lo que se dice y por otro, lo que no se dice, pero dice. El sujeto busca construir un vínculo de algún modo. No necesariamente lo hace para participar en una red social. Unos los hacen solamente para de-Mostrar. No les preocupa la devolución social; otros buscan el reconocimiento social de su arqueología. Puede haber necesidad de exhibir o de reconocer.

Entonces, se observa que Facebook, como espejo o en la pared, tiene el afán de de-mostrar a un tercero mi ser-en-el-mundo con respecto a un segundo. Se podría pensar este tipo de encuentro como un encuentro camuflado y metonímico con un tercer sujeto.

Si lo que importa es Facebook como “red social”, lo que debería predominar son los “vínculos”, débiles (a través del “me gusta”) o fuertes (a través del “comentar” y/o “compartir”). Los vínculos fuertes se construyen a través del diálogo, del intercambio de sentidos.

En el muro se observa una temporalidad paradojal, porque lo efímero es a la vez demasiado duradero, incluso indeleble. Lo que en otro momento eran palabras dichas de las cuales no quedaba otro registro que la memoria, ahora queda escrito en el muro, aún los comentarios veloces o al pasar. Al estar escrito, se distingue de la palabra escuchada sólo por algunos, ya que eso puede ser reproducido infinitamente y llegar a lugares inimaginables.

En Facebook

Elija y agregue usted. Haga que lo posible levante la voz. Escriba y borre cuanto sea necesario; ponga puntos suspensivos, suspenda palabras, busque en zonas no invadidas. Cada línea tiene su temperatura. Algunas tendrán que callar, otras despertarán desde lo más profundo.

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