El alemán Sebastian Vettel obtuvo su cuarto título en un Mundial de Fórmula 1 a los 26 años y es, precisamente esa “juventud”, la que presagia que podrá seguir acaparando logros y batiendo récords en lo que dure su trayectoria en la máxima categoría automovilística.
El alemán, apodado el “Joven Maravilla”, continúa con su carrera ascendente y se perfila para igualar o, tal vez superar, la gesta ya alcanzada por su compatriota Michael Schumacher, campeón del mundo en siete oportunidades.
Vettel nació el 3 de julio de 1987 en la localidad de Heppenheim cercana al histórico circuito de Nurburgring, uno de los escenarios que marcaron a la Fórmula 1 a través de los años. Como es habitual, el rubio piloto también se inició en el karting y empezó a demostrar su capacidad al volante conquistando 18 de las 20 carreras de la Fórmula BMW Alemania 2004.
Al año siguiente resultó el mejor de los jóvenes de la Fórmula 3 Euroseries. Los distintos equipos de la Fórmula 1 pusieron los ojos en él y en 2006 pudo mostrarse con tan sólo 19 años en una sesión de ensayos libres, en Turquía, tripulando un Sauber-BMW.
Un año después, Vettel debutó oficialmente en carrera en el Gran Premio de los Estados Unidos disputado en Indianápolis, reemplazando al polaco Robert Kubica, actualmente en proceso de recuperación física tras un grave accidente en un Rally Italiano. En su estreno, el alemán exhibió sus cualidades y finalizó en el octavo lugar, consiguiendo de este modo ser “el piloto más joven” en lograr puntos en el Campeonato Mundial.
Posteriormente, participó en otras siete competencias con Toro Rosso, el equipo satélite de Red Bull, alcanzando en 2008 su primera victoria en el Gran Premio de Italia, para erigirse, entonces, en el más joven ganador, con 21 años y 73 días.
Tras este aprendizaje dio el salto a Red Bull, ganando cuatro carreras, con lo que logró el subcampeonato, detrás del británico Jenson Button. La temporada 2010 le entregó su primer título mundial (también fue el "más joven" en alcanzarlo) y al año siguiente repitió en Japón.
En 2012, con 5 triunfos y otras importantes posiciones dentro de las 20 carreras disputadas, Vettel se llevó el tercer título, en tanto que en la actual temporada pudo lograr el cuarto, cuando todavía restan dos competencias por disputarse.
En el panteón de la máxima categoría del automovilismo a Vettel sólo le quedan por delante su compatriota Michael Schumacher, siete títulos mundiales -cinco de ellos consecutivos entre 2000 y 2004-, y el argentino Juan Manuel Fangio, cinco coronas en los años 50.
“Me impresionó sobre todo al principio por su madurez y ahora continúa su camino, va a ser cada vez más fuerte. Ser campeón por cuatro años seguidos a los 26, una edad a la que yo estaba ganando mi primera carrera... El hecho de haber ganado antes tres títulos seguidos le ha dado una fuerza increíble psicológicamente y no quiere parar”, señaló Prost sobre el hombre que le ha igualado.
Las estadísticas de Vettel son cada vez más impresionantes: 116 grandes premios disputados para 36 victorias y 43 'poles positions'.
Un porcentaje que se corresponde con la manera en la que Red Bull y Vettel han dominado la Fórmula 1 desde 2010 al haber juntado al mejor piloto, coche e ingeniero, Adrian Newey.
A pesar de los ataques y algunas críticas, Vettel siempre se muestra sencillo, sonriente y accesible, disponible a los aficionados y contento de ser campeón del mundo en un equipo volcado en esta empresa. “Soy un poco testarudo”, decía el alemán cuando se le preguntaba si tenía algún defecto.
La superioridad del alemán molesta a algunos de sus rivales. Sus detractores también levantaron la voz después de la victoria que consiguió en Malasia, en marzo, cuando desoyó las órdenes de equipo y adelantó a su compañero.
Vettel también 'enfada' cuando levanta su dedo para celebrar una 'pole position' o una victoria.
“Tuvimos una pequeña charla con algunas personas del equipo por una razón que se me escapa, parecen ofendidos por este gesto", señaló el alemán hace quince días en Suzuka.