No siempre el nivel horizontal sobre el que caminamos en la ciudad es seguro. Por cientos de metros se observan diversas trampas, entre las cuales las veredas rotas figuran al tope de las puntuaciones negativas de la urbe, que, otra parte, tiene condiciones para presumir de "maravillosa".
Cada lector tendrá su experiencia en esta materia, y en tal sentido vecinos de calle Salta se comunicaron con Los Andes para referirse a los inconvenientes de las veredas de esa muy transitada vía, especialmente entre Garibaldi y Córdoba.
Uno de los puntos de conflicto se registra en el número 1.367, costado este, a metros de Buenos Aires, donde se ubican 3 paradas de 9 líneas de colectivos.
Un tramo de la vereda de ese lugar enfrenta un lote baldío, cerrado con chapas de metal. El sector registra intenso paso de transeúntes -que van a tomar un micro o a alguno de los negocios de la vecindad- y además es un compendio de irregularidades: desniveles, objetos o restos de material sobresaliendo, y tapa de registro de Aysam que quedó al descubierto, lista para ser impactada por el pie de un desprevenido caminante.
El vecino de al lado, Luis Baldasarre, titular de un negocio de ropa de bebé, relató la corta historia del espacio en mal estado. "Hace 2 ó 3 años se procedió a demoler una casa vieja y luego se cerró el baldío. Para tirar abajo la vivienda, fue utilizada una topadora privada de gran volumen, que 'aplastó' la vereda con los resultados a la vista".
El contribuyente realizó 4 denuncias en la Municipalidad de Capital, sin que hasta ahora se haya procedido a arreglar el inconveniente. Por añadidura, la acequia está bloqueada por material de construcción.
"El señor intendente tendría que venir a caminar por acá", apuntó Aldo Di Vianni (88) a modo de reproche. El jubilado, que se apoya en un bastón, pasa seguido por esa acera destruida, pero la "familiaridad" que tiene con el riesgoso sector lo previene de caídas. "Ya le tomé la mano", explica riéndose.
Una retirada del rubro limpieza, Andrea Ayala, no se cayó en el sitio descripto, pero si en las cercanías, sobre calle Córdoba. "Me dí un gran porrazo, ¿pero a quién voy a quejarme?", se resignó.
El panorama continúa con las mismas características por Salta hacia el norte. Hay cuadras en las que se observan veredas estropeadas que están en inmuebles abandonados, como ocurre en la esquina de Buenos Aires y Salta (noreste) donde alguna vez funcionó un almacén, o más abajo, frente a un hotel con la faja de clausurado.
Cuando hay casas u otras edificaciones cerradas, el municipio tiene mayores complicaciones para exigir el arreglo pertinente, debido la dificultad en ubicar a los propietarios, ya que muchos casos son sucesiones.
Carlos Américo Geliz (87, ex empleado de Agua y Energía) fija su domicilio por esa parte de la ciudad, y debe extremar los cuidados al caminar, aunque siempre lo hace acompañado de una persona amiga. En otro extremo de la escala etaria, Luciana Llosa (13, alumna del Colegio Universitario Central), reconoció que "la ciudad tiene muchas bondades, pero este asunto de las veredas dañadas es una calamidad".
Orlando, un pastelero ambulante que recorre muchos kilómetros a diario para vender sus confituras, manifestó estar "cansado" de auxiliar a peatones, especialmente gente entrada en años, que pierde la vertical en el irregular terreno. Vale recordar que este tipo de accidentes pueden generar el inicio de acciones legales por parte de las personas afectadas.
Responsabilidades
El secretario de Infraestructura de la Municipalidad, Raúl Cicero, indicó que "la responsabilidad de mantener las veredas es de los frentistas, salvo que el problema se derive de las raíces del árbol del lugar o de la intervención de alguna empresa de servicio, en cuyo caso el arreglo lo hacemos nosotros". Cuando la vereda se rompe por otras razones, diferentes a la expuesta, la obligación corresponde a los particulares y por eso son notificados.
El tema de los forestales no deja de ser un problema porque en la ciudad hay aproximadamente 50.000 ejemplares, 10% de los cuales presentan inconvenientes que pueden derivar en daños como los descriptos. El caso puede apreciarse explícitamente en la vereda del Correo Argentino, donde los plátanos -un patrimonio vegetal- han levantado y bastante, el terreno. Agregó que los mayores problemas en materia de intervenciones inconclusas, se producen con Aguas Mendocinas.
A raíz de esta situación está a la firma un convenio con la repartición de calle Belgrano, que establecerá que cuando el organismo del agua realice una intervención en las redes subterráneas, sea el personal municipal el encargado de efectuar las reparaciones en calles y veredas para que calle y acera vuelvan a su estado normal. "Ellos nos avisarán cuando rompen, y nosotros apareceremos para arreglar, imputando los costos a la empresa".
En tanto, el director de Obras Públicas, Antonio Curi, repasó las acciones en el rubro veredas. "Hemos hecho 500 nuevas en distintos puntos de la ciudad, y se diseñaron 5.420 rampas para personas con discapacidad. Ahora se pondrá en marcha un plan que subsanará inconvenientes en otro medio millar de aceras".
Un ejemplo de este tipo de intervenciones municipales ocurrió en calle San Juan, entre Rondeau y José Vicente Zapata, donde además se pusieron pilotines o "guarda aceras" con la finalidad de evitar el estacionamiento indebido de vehículos.
Empero, los funcionarios se quejaron de la destrucción sistemática de ciertas veredas, en casos por la falta de cuidado del contribuyente y, en su mayoría, por las maniobras del transporte de pasajeros y de carga que rompen cordones, rejillas y otros equipamientos cercanos a la calzada con sus imprudentes giros.