Hay una problemática que afecta a los seres humanos en tiempos de adicción a los celulares: cómo ahorrar batería. Pero hay varias soluciones que deambulan en los portales que están más cerca del engaño que de la realidad.
Una de las falacias más populares es la de cerrar aplicaciones en segundo plano. Muchos creen que al terminar los procesos de las apps que no se están utilizando se ahorra batería. ¿Funciona? La respuesta es no. Y lo peor es que pasa exactamente lo contrario.
Cerrar las aplicaciones de repente puede tener el efecto opuesto y hacer que, al final, el smartphone consuma más energía por culpa de ese proceso.
El propio director ejecutivo de Apple, Tim Cook, lo dijo en reiteradas oportunidades. Las aplicaciones que se ejecutan en segundo plano no dañan en absoluto la batería del iPhone, por lo que carece de sentido cerrarlas.
Lo que ocurre es que al estar suspendidas (o "congeladas") sólo lograrás ocasionar un gasto de energía innecesario, porque obligás al sistema a reactivar el proceso cuando iniciás nuevamente la app en cuestión. Así se consume el doble de energía sin necesidad alguna.
¿Y qué es lo recomendado? Las soluciones para optimizar la batería simplemente apuntan a reducir el brillo de la pantalla, desactivar el Bluetooth, inhabilitar la geolocalización de las apps y mermar el uso de los datos/Wi-Fi.