¿Se tiene que quedar en Mendoza para las vacaciones, porque no le da el tiempo o no le dan los billetes para intentar otros destinos? Pues no se amargue mi amigo. Usted vive en uno de los destinos turísticos más buscados de Argentina. Así de simple.
El crecimiento de visitantes a nuestra provincia en los últimos años ha sido impresionante. Ninguna otra provincia ha visto cómo se duplicaba, triplicaba, cuadruplicaba, quintuplicaba la afluencia turística a su territorio. Y no debe ser porque los mendocinos seamos unos buenos tipos solamente, sino porque tenemos cosas para ofrecer.
¿Si tenemos? La pucha si tenemos, anote: Laguna del Diamante, el Camino de Villavicencio a Uspallata, el camino del Inca, el Camino de la Carrera, Aconcagua, Horcones, Puente del Inca, Penitentes, Las Cuevas, Los Molles, Laguna de la Niña Encantada, Pozo de las Ánimas, la Caverna de las Brujas, Valle Noble, Valle Hermoso, el Campo de la Luna; los volcanes: Llancanelo, La Pasarela; los Castillos de Pincheira, Potrerillos, Cacheuta, los bosques Teltecas, el Tupungato. Súmele los embalses: póngale Nihuil, Reyunos, Agua del Toro, el Carrizal, Potrerillos, Valle Grande.
Y si quiere joda hay festivales y fiestas por doquier. Nombro algunos;; el Festival de la Libertad en Las Heras; el Festival de Alta Montaña en Uspallata; El Festival de la Tonada, en Tunuyán; La Cueca y el Damasco en Santa Rosa; Rivadavia le Canta al País; Vendimia Federal y la Fiestas de la Vendimia, que son 18 y sus derivaciones menores.
A todo esto deberíamos sumar el turismo derivado del vino que cada vez cuenta con más adeptos, y la oferta gastronómica que no se priva de nada a la hora de tirar algo comestible a las brasas.
La propuesta es interesante por donde quiera que se la mire y lo más interesante: no tiene que hacer aduana, ni esperar horas en un paso fronterizo.
Todo se hace cómodamente y en absoluta libertad.
Cualquiera de estas ofertas seguramente llamaría la atención y llenaría de satisfacción a los turistas más exigentes. Me estoy olvidando de una punta de lugares más chiquititos pero no menos bellos, que son para disfrutar días enteros, al borde de un arroyo, al pie de un cerro en una de esas quebradas incomparables que tiene la montaña. Yo no me lamentaría si no pudiera tomarme vacaciones en otro lugar de Argentina o de países aledaños. De hecho yo no puedo hacerlo, simplemente saldría, cada fin de semana, a encontrarme con una belleza diferente pero imponente al fin, como lo hago. Esta provincia tiene oferta turística para regalar. Ya sé que puede ser más cara que otros destinos, pero lo que hay para ver créame que merece que usted le dedique un tiempito.
Y no sé si después se va a lamentar de haberse quedado. No lo sé. Pase sus vacaciones en Mendoza. Hay turistas del mundo entero que vienen a hacer lo mismo. Ahora, si le gusta la playa, bien puede armar su carpa en la playita de Luján. Eso sí: no pretenda hacer buceo ni surfing. No da para tanto.