Venta de ropa sigue frenada a pesar del cambio de estación

Desde asociaciones y negocios afirman que la gente sólo compra los días en que hay promociones o descuentos con tarjetas. Quejas por la inflación y negocios informales.

Venta de ropa sigue frenada a pesar del cambio de estación
Venta de ropa sigue frenada a pesar del cambio de estación

El rebrote primaveral no alcanza para traccionar las ventas de indumentaria de inicio de temporada. La única herramienta que logra despertar levemente el interés comercial de los consumidores son las promociones y descuentos de las cuotas sin interés que oscilan, dependiendo del banco, entre los 3 y 6 pagos.

Según comercios y dirigentes de asociaciones empresariales, setiembre ha llegado con mínimos incrementos para la ropa, que oscilan con respecto a la temporada del año pasado en un 10% pero que no alcanzan para traccionar las ventas.

“La temporada viene muy floja de ventas, si bien los precios están casi iguales al año pasado. Hoy una remera para hombre está a la venta en $ 150, el mismo valor que tenía en el 2013. Con las camisas y pantalones masculinos ocurre la misma situación, la ropa no ha tenido cambios sustanciales”, puntualizó Alberto Minzer, de la Cámara Empresaria Comercio, Industria, Turismo, y Servicios de la Ciudad de Mendoza, (Cecitys).

En sintonía desde la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), su presidente Daniel Ariosto, señaló que un cóctel de factores juegan en contra sobre las las ventas.

“La gente está perdiendo en forma constante su poder adquisitivo con sueldos que no suben al ritmo de la inflación. Los textiles en concreto están enfrentando incrementos de la materia prima con ajustes de inflación a valores reales, los que si fueran trasladados verdaderamente a la mercadería tendrían precios comerciales más altos que terminarían por planchar las ventas”, reflexionó Ariosto.

La opinión del directivo de la UCIM fue más ampliada por el empresario textil Ariel Terzi: “La tela está facturada a dólar blue, por lo tanto ha tenido un incremento del 70% anual. La cantidad de prendas, esto es volumen por unidad con respecto al año pasado, y según otros colegas del sector oscila entre un 5 y 10% menos. Pero nos encontramos que la gente no tiene ánimo de gastar”, detalló Terzi. A los costos de la materia prima, esto es de las telas, el abanico de gastos fijos logra inflar la ecuación económica hasta el punto de ocasionar el cierre de negocios.

“Nuestros costos son altísimos. En el año hemos tenido un incremento de la mano de obra del 37%, sumado al aumento del 25% en los alquileres de los locales en éste año y la presión tributaria del 40%”, subrayó Terzi. Además el empresario afirmó que la competencia desleal de los negocios informales que no pagan IVA, ni ingresos brutos y tienen precarizados a sus trabajadores aumenta más con la recesión.

En palabras de Terzi, la diferencia de costos entre un negocio textil pagando todos los impuestos contra aquellos que no lo hacen, es de un 80% a favor de los informales y en detrimento de los comercios que poseen su economía en regla.

Por los negocios

En un recorrido por las principales arterias céntricas de Mendoza, hay una realidad que según los comercios se repite: la nueva temporada no ha llegado con incrementos sustanciales en los precios de las prendas.

“Tenemos toda la ropa casi al mismo valor que el año pasado, los jeans que son los más caros los vendemos a $ 400, cuando el año pasado estaban a $ 380. Todo lo que es remería no supera los $ 170, muy similar al 2013. Los fabricantes no han hecho ajustes de precios de los productos en gran parte debido a la baja venta de invierno, se asustaron porque en las liquidaciones la gente no compró y se tuvo que devolver mucha mercadería”, señaló una vendedora de un negocio de calle San Martín.

Por calle 9 de julio, los negocios de ropa ubicados en ésa arteria comercial afirmaron que la ropa sólo logra elevar su venta en días de promoción de tarjetas.

“Los viernes tenemos el descuento del 20% con tres cuotas sin interés con un banco y otro día de la semana otros descuentos, salvo esos días el resto casi no vendemos ropa”, se sinceró una empleada de un local céntrico.

Para algunos consumidores la ropa expuesta en las vidrieras sigue estando cara. “Hay boutiques que tienen precios altísimos, no puede ser que unos chupines de jeans cuesten $ 966, o una remera de marca supere los $ 600, si algunas primeras marcas no bajan los precios no van a vender nada en ésta temporada”, señaló Adriana, una empleada administrativa.

Para Minzer, la baja de ventas en indumentaria obedece a una inflación que ha pulverizado el sueldo de los trabajadores.

“Hace un año $ 6.500 de salario representaba U$S 812, hoy con esa plata sólo logra comprar U$S 400. Es fácil sacar la cuenta, en un año el sueldo se achicó y rinde menos del 50%”, concluyó el dirigente de la Cecitys.

En setiembre bajó 8,2%

Las ventas minoristas volvieron a cerrar con caídas profundas en setiembre y las cantidades vendidas resultaron 8,2% menores a las del mismo mes del año pasado.

Las bajas anuales más fuertes ocurrieron en: neumáticos, inmobiliarias, electrodomésticos y calzados. Pero ningún rubro escapó a la tendencia descendente.

El mercado de consumo está sintiendo el ajuste en el gasto de las familias provocado por la pérdida de poder adquisitivo, y la incertidumbre general sobre lo que pueda suceder con el empleo y la economía en los próximos meses.

Sobre fin de mes impactó positivamente el lanzamiento del programa “Ahora 12”, que permitió repuntar la venta de electrodomésticos e indumentaria principalmente, pero el efecto todavía es incipiente. De todos modos, los comercios son optimistas, y esperan que en octubre ese programa ayude a amortiguar la caída, sobre todo durante el Día de la Madre.

En setiembre, de lunes a jueves la mayoría de los comercios se movieron con muy poco tránsito de gente. Recién a partir del viernes la venta repuntaba, aunque en niveles que apenas están alcanzando para sostener el flujo de gastos del comercio, y por eso la necesidad de buscar canales inmediatos para aumentar el consumo.

Hubo más ofertas y liquidaciones que ayudaron a rotar la mercadería y generar liquidez en el comercio. Pero el público compra con mucha cautela.

El financiamiento fue más abundante en setiembre, sobre todo a partir del plan oficial. Pero siguen creciendo los rebotes en las tarjetas y complica la operación. Para concretar ventas, algunos comercios ofrecieron descuentos de hasta 20% por pagos en efectivo.   
Con el resultado de setiembre, en los 9 meses del año, las ventas acumulan una baja promedio de 7,7% anual.

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