El papel protagónico de las fuerzas armadas en la crisis venezolana está expuesto a plena luz del día este fin de semana, con el presidente Nicolás Maduro tratando de conservar su apoyo y el líder opositor Juan Guaidó intentando ganarlas para su bando.
Maduro apareció ayer con gorra militar de camuflaje para observar el entrenamiento de soldados en la Academia Militar, al tiempo que la oposición manifestaba frente a varios cuarteles para alentarlos a un alzamiento.
Guaidó, que se proclamó presidente interino en enero y es reconocido por más de 50 países, ha dicho reiteradamente que basta ganar a los militares para poner fin al mandato de Maduro, instalar un gobierno de transición y convocar a elecciones libres lo antes posible.
"Hoy nos movilizamos de forma cívica y pacífica a los puntos de concentración y unidades militares más cercanas en todo el territorio nacional", dijo Guaidó a través de Twitter. El objetivo es llevar nuestro mensaje sin caer en confrontación ni provocaciones.
Pequeños grupos de manifestantes se movilizaron pacíficamente a los distintos cuarteles en Caracas para exhortar a los militares a desvincularse del gobierno de Maduro.
"Convoco a nuestra Fuerza Armada a posicionarse del lado nuestra Constitución Nacional y de la transición pacífica para nuestra República. El momento de actuar es ahora", dijo Guaidó en un documento que los adversarios del gobierno esperaban entregar a las tropas y que finalmente fue leído ante la negativa de los centinelas de recibir el escrito.
El documento ratificó el compromiso del líder opositor con el sector militar, que incluye desde una mayor atención al apresto operacional hasta mejoras socioeconómicas, entre otras reivindicaciones.
Las movilizaciones se desarrollaron sin incidentes.
"Necesitamos contar con los militares para que esto cambie. Hoy no será, pero tengo fe que recordándoles que hay algo mejor, pronto los militares le dirán ya no más a Maduro", dijo Dayanna Silva, una estudiante de 19 años.
El líder opositor sostiene que el mandato de Maduro es ilegítimo porque logró la reelección en mayo de 2018 en unos comicios fraudulentos.
Maduro, por su parte, alega que Guaidó forma parte de un complot dirigido por Washington para derrocarlo.
“O el imperio yanqui o la Venezuela chavista, ahí está el centro de la contradicción principal de esta época histórica”, dijo el mandatario a la tropa en un discurso difundido por la televisión estatal.
El mandatario acusó a Washington de pretender "recolonizar" a la América Latina y el Caribe y apoderarse de las riquezas de Venezuela mediante "una guerra de carácter no convencional" para debilitar su gobierno.
"Tienen una conspiración con mucho dinero para debilitar, para dividir y destruir la Fuerza Armada Nacional Bolivariana desde adentro con un grupo de traidores", afirmó.
Una figura clave en el conflicto es el ministro de Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, quien se unió a Maduro en la visita a los cadetes en Cojedes.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijo que Padrino se había retirado de un plan, supuestamente en el último momento, para unirse a la oferta de Guaidó para derrocar a Maduro. Sin embargo, en declaraciones junto a Maduro el jueves, Padrino prometió lealtad al gobierno venezolano y habló con desdén de los supuestos esfuerzos detrás de escena para que los militares se alzaran, afirmando: "Pretenden comprarnos como si fuésemos mercenarios".
En un posible signo de su propia debilidad, a pesar de contar con el aparente respaldo militar, el gobierno de Maduro no se ha movido para arrestar a Guaidó.
El 30 de abril, Guaidó encabezó un intento de revuelta militar junto a un puñado de agentes de los cuerpos de seguridad que se presentaron frente a una base aérea en Caracas para pedir a los militares que se sumen a sus esfuerzos por derrocar a Maduro.
Pese al amplio respaldo popular que tiene Guaidó y el rechazo al gobierno de Maduro, a quien muchos acusan de ser el responsable de la severa crisis política y económica que azota al país, el líder opositor no ha logrado minar el apoyo de los jefes castrenses ni lograr el alzamiento de importantes unidades militares.
Tras su llamamiento del martes se produjeron choques que dejaron cinco muertos y más de 200 personas heridas.
Reunión clave con el canciller ruso
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, será recibido hoy en Moscú por el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en medio de la conmoción que generó la fallida rebelión contra el presidente Nicolás Maduro reportada en Caracas en la semana que pasó.
La reunión entre ambos diplomáticos se llevará a cabo un día antes de otra que Lavrov celebrará mañana con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en Rovaniemi, Finlandia, donde ambos hablarán acerca de la situación de Venezuela.
La crisis venezolana fue uno de los asuntos que discutieron el viernes en una conversación telefónica los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Estados Unidos, Donald Trump.
Después de ese diálogo, Trump dijo públicamente que Putin le aseguró que no tiene intención de intervenir en la crisis venezolana.
Estrategia
Estados Unidos lidera una ofensiva diplomática para sacar a Maduro del poder en Venezuela y fue el primer país en reconocer como presidente a Juan Guaidó, el antichavista que se proclamó presidente en enero pasado por encargo de la Asamblea Nacional (AN, parlamento).
Rusia, en cambio, reconoce a Maduro como presidente legítimo de Venezuela y es una de las voces más firmes en contra de una eventual intervención militar de Estados Unidos en el país caribeño.