Agobiados por una profunda crisis y en medio de un boicot de la oposición, cerca de 20 millones de venezolanos están llamados a participar hoy en unas elecciones municipales en las que el oficialismo se perfila como favorito para ganar la mayoría de los cargos y consolidar la hegemonía que mantiene en el interior del país desde hace casi dos décadas.
En los comicios no participarán tres de los cuatro grandes partidos de la oposición, que llamaron a un boicot contra el Consejo Nacional Electoral, controlado por el gobierno. Los opositores acusan al ente de cometer fraude en las pasadas elecciones regionales que ganó el oficialismo y de no garantizar las condiciones para un proceso libre y transparente.
Un total de 19,7 de los 30,6 millones de venezolanos están habilitados para escoger a alcaldes en 335 municipios, de los cuales el chavismo controla 242 y la oposición 76.
El resto está en poder de disidentes de ambos bandos o independientes. Además se repetirá la elección del gobernador del estado occidental de Zulia, celebrada hace dos meses, por decisión de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, que anuló el triunfo de un opositor que se negó a reconocer a la cámara.
Entre fuegos artificiales y al ritmo de una diana militar, que se escuchó en varios puntos de la capital venezolana, Caracas, los oficialistas movilizaron su maquinaria y a sus seguidores hacia los centros electorales desde el amanecer.
La votación arrancó pasadas las 6 de la mañana y se extenderá por 12 horas, aunque es posible que pueda prolongarse si hay electores haciendo fila para votar, como ya ocurrió en anteriores comicios.
"Llegó el día para la victoria de la democracia", afirmó el presidente Nicolás Maduro, tomando una taza de café junto a la primera dama, Cilia Flores, en un mensaje difundido por la televisora estatal en el que hizo un llamado a los venezolanos a acudir a las urnas.
Ante el desinterés ciudadano por la consulta y el boicot de la oposición, algunos analistas y encuestadoras locales estimaron que la abstención podría rondar entre 50% y 60%, y superar la registrada en los comicios municipales del 2013, que fue de 41%.
Las elecciones se celebran en medio de una profunda crisis, agravada por una desbordada inflación y una severa escasez de alimentos y medicinas, que ha golpeado la popularidad Maduro, que ronda el 20%. Pese a esta situación, el presidente podría optar a la reelección en las presidenciales del año que viene.